miércoles, 27 de agosto de 2008

Ya lo deciamos, la autodeterminación es la solución

El conflicto de Osetia del Sur y Abjasia contra Georgia hunde sus raíces en la política de Stalin a la hora de crear Georgia con incrustaciones foráneas para prevenir una posible "separación" de Georgia (en vez de crear una Osetia unida y una Abjasia separada de Georgia).

Pero una vez Georgia fue independiente anuló la autonomía de sus dos "regiones" e intentó culminar el proceso de "georgización" de esos territorios. La reacción de ambos y el apoyo de Rusia llevó a una independencia de facto con la que el imperialismo georgiano intentó acabar atacando a la población civil oseta (como había hecho en el valle de Kodori en Abjasia en el 2006).

Independientemente de que Rusia no tenga la más mínima credibilidad para argumentar su respeto al derecho de autodeterminación (mientras prosigue el genocidio de Chechenia, por ejemplo) y de que en el conflicto están en juego las relaciones interimperialistas entre EE.UU. y su aliadillo Georgia con Rusia, lo cierto es que dos nuevos pueblos han ejercido su derecho a la autodeterminación. La emigración forzosa de miles de georgianos parecía inevitable despues de que se convirtiesen en la punta de lanza del gobierno de Georgia en querer acabar incluso con el idioma y la cultura de esos dos territorios. Como también parece lógica la vuelta de los refugiados abjasos y osetios de Osetia del Norte, Rusia, Armenia o Turquía (hasta aquí se fueron cuando Stalin inició la georgización de Abjasia hace muchos años). Y hay que recordar que las importantes minorias rusas, armenias o de georgianos autonomistas (generalmente, de tercera o mas antigua generación) no han sido tocadas.

Parece claro que de existir revolucionarios en esos países, ellos habrían (o han) apoyado críticamente la autodeterminación de esos territorios, la vuelta de los refugiados osetos y abjasios ... etc. Seguramente habrían sido muy críticos con muchas de las decisiones de sus gobiernos, pero eso no quita el hecho de que un objetivo prioritario de cualquier marxista revolucionario sea acabar con la opresión nacional de su país.

Y si eso se consigue porque el imperialismo ruso les apoya por razones propias, bienvenido sea. Y aquí la comparación con Kosovo es totalmente pertinente. Si Kosovo logró su independencia con el apoyo de EE.UU., bienvenido sea. Porque lo que ningún revolucionario kosovar podría permitirse es continuar bajo la bota del imperialismo serbio después de que el gobierno asesino de Milosevic intentase llevar a cabo un genocidio en Kosovo (es curioso que los estalinistas españoles y vascos (HB en este caso) coincidieran en este punto).

Y si mañana el Tibet se independiza de la bota china y de ese imperialismo que persigue también acabar con el pueblo tibetano, pues lo aplaudiremos. Al igual que harán los revolucionarios tibetanos que se opondrán con todas sus fuerzas a cualquier intento de régimen teocrático en su país.

Este artículo no debería insistir en lo obvio, en que esa es la labor de los internacionalistas, luchar contra todas las opresiones incluida la nacional. Su labor no es, desde luego, la de tantos estalinistas imperialistas que ante cualquier conflicto analizan con lupa los conflictos interimperialistas y apoyan a una parte o a otra no en función de los derechos de los pueblos sino de si conviene o no a "sus" imperialismos, los regímenes burgueses herederos de los corruptos regímenes estalinistas en Rusia, China o Serbia. Aparte de que estos "revolucionarios de cartabón y tiralíneas", sacrifican alegremente la posibilidad de crear grupos políticos de izquierda (que no sean pro-imperialistas, se entiende) en los países en que existe una opresión nacional por parte de sus imperios amigos. ¡Vaya internacionalismo!

NOTA 1: A estos solo se les suele ocurrir acusarnos de "nacionalistas" por defender la liberación de las naciones. Curioso.
E incluso les parece mal que les tildemos de estalinistas. Dado que (ahora) les parece un insulto, debo aclarar que entiendo por estalinista toda aquella línea política que se reivindica de la revolución de Octubre sin hacerlo de la heroica lucha que llevó a cabo la Oposición de Izquierda para evitar que los enterradores de la revolución tomasen el poder en el PCUS y en la URSS. Y por lo que se ve, esa carencia sigue impregando los análisis políticos de esa gente. Lástima.

NOTA 2: Algunos han acusado (en el artículo contra las manifestaciones de los cazadores, por ejemplo) a este blog de hacerle el juego a la derecha porque perjudicaríamos las opciones electorales de la izquierda al meternos con temas "sensibles".
Los miembros que hacemos este blog coincidimos y discrepamos en muchas cosas. Pero uno de nuestros clarísimos acuerdos consiste en poder (y deber) criticar las acciones y omisiones de la izquierda vasca. Que bastante enfangada está ya en políticas inútiles (o peor) de las que no podrá salir sin una crítica radical a sus métodos y procedimientos, a sus acciones y omisiones. Las voluntades que pierda ya las recuperará si cambian las conciencias, que es de lo que se trata y no de otra cosa.

Txema



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