sábado, 28 de febrero de 2009

ANTONIO ELORZA, ¿el terrorista?

Pongo a continuación un artículo de Ortzi sobre ese supuesto intelectual y su manipulación asqueante de lo vasco.

Pero no me resisto a comentar que este estalinista de pro ha mentido sobre los crímenes de Stalin y de los PCs más que cualquier otro. Que si se aplicase su criterio ultragarzoniano de que es terrorista de ETA todo el que ... (bueno, ya lo sabeis), él sería uno de los principales terroristas del estalinismo en España y debería ser condenado a 1000 cadenas perpetuas con la doctrina Parot incluida. Ah, y sus empleadores, los ex-franquistas Cebrián y Polanco (este a título póstumo), también por encubridores.

Podría hacer un estudio de muchas de sus declaraciones pero, sinceramente, su importancia es lo más parecido a la caca de perro que se te pega en los zapatos. Te la quitas pero no vas comentándolo por ahí.

Aquí teneis el artículo:

Antonio Elorza, reclamo universitario del PSOE (en el DEIA del 28-2-2009)



Antonio Elorza, reclamo universitario del PSE

Francisco Letamendía

EL lugar privilegiado que ha otorgado Patxi López al catedrático Antonio Elorza en su campaña electoral, con amplia repercusión en los medios escritos y audiovisuales, nos ofrece el inesperado placer de poder someter su significado personal a la crítica electoral y política. El discurso del candidato del PSE-EE a la Lehendakaritza (al menos el discurso visible, o de superficie) se ha centrado en la equidistancia, en el vasquismo razonable, en el alejamiento del antinacionalismo del PP y, por supuesto, en el rechazo a la violencia, acompañado de una actitud de valentía moral ante la misma. Se entiende que la presencia privilegiada de Antonio Elorza en los actos de campaña aportaría prestigio intelectual a estos objetivos, constituyéndose en cierto modo en paradigma de la política cultural y universitaria a seguir desde Ajuria Enea en caso de triunfo del candidato.

Pero, si se miran de cerca, las características personales del profesor Elorza presentan ciertas incongruencias con este objetivo. ¿Prestigio intelectual? Si alguna vez lo tuvo, hace décadas que ha abandonado toda profundización teórica en aras de unas obsesiones que van poco más allá de lo periodístico. Lleva años utilizando un único concepto el de religión política (que por cierto no es de cosecha propia, sino de Mona Ozouf), el cual le sirve para meter en el mismo saco a todos los blancos de sus fobias, el nacionalismo vasco en todas sus expresiones y el islamismo. La falta de rigor de sus invectivas y el tono gacetillesco con que las expresa hace tiempo que son el hazmerreír de los intelectuales serios franceses y británicos con los que me relaciono (para ponerse a la altura de los cuales Elorza tendría que ponerse gafas de aviador). Algunas opiniones de estos autores aparecieron en el prólogo de mi libro Juego de espejos, lo que este hombre, que para esas cosas tiene memoria de elefante, nunca ha olvidado.

¿Vasquismo, amor a lo propio? Muchas cosas habría que decir; pero prefiero que las digan sus familiares de Azkoitia, su pueblo natal. Un primo suyo escribía lo siguiente en el Diario Vasco del 18 febrero 2006 en respuesta al artículo de Elorza Azkoitia, Azkoitia, publicado previamente en el mismo diario: "Hoy como ayer, afortunadamente, sigue habiendo todo un abanico de ideologías en nuestra familia, y hoy como ayer, sigue primando la solidaridad por encima de las diferencias políticas: nos ayudamos unos a otros y nos reunimos en las celebraciones familiares. Pero quizás a ti, te sea imposible comprender esto, porque tú nunca has cultivado las relaciones familiares. De verdad nos ha parecido ruin el uso que haces de la familia azkoitiarra… Desde la difamación de la familia pasas a la difamación de Azkoitia. ¿Cómo se puede ser tan osado para hacer un análisis de una situación y de un pueblo que no conoces? Solamente citas una fuente de la que te has servido en esta ocasión y no es otra que un programa de Tele5. ¿Cómo un historiador que firma como catedrático puede basarse en un programa de esta índole para anatematizar a todo un pueblo? ¿De qué conoces Azkoitia? ¿De lo que te ha dicho el reality de la Madame de Gran Hermano?"

¿Pacifismo, valentía ante la violencia? No quiero -ni puedo- explayarme en el primer punto. Pero, desde luego, la presentación de Elorza como un hombre ecuánime y pacífico despertaría, en los pasillos de la Universidad Complutense y en los corrillos de las Áreas de Ciencia Política y de la de Historia de las Ideas Políticas de la citada Universidad, reacciones que irían de la sonrisa irónica a la carcajada a mandíbula batiente.

Respecto a su valentía en general, y ante el terrorismo en particular, no puedo menos que echar mano de mis recuerdos personales. Cuando Elorza fue nombrado en 2001 miembro del tribunal que tenía que otorgar la cátedra que la UPV-EHU había entregado a mi departamento en razón a mis dos sexenios, tuvo el insuperable arrojo de poner públicamente a parir un artículo mío en un libro colectivo escrito junto a la flor y nata de la ciencia política francesa, asegurándose de la imposibilidad de respuesta en la que se encuentra cualquier candidato en mis circunstancias. No fue esa su única demostración de arrojo: el día de la vista, que le correspondía celebrarse en la Facultad de Leioa, Elorza manifestó que su seguridad corría peligro a causa de los violentos (al parecer, el violento era yo), y el tribunal, con el beneplácito del entonces director de mi departamento, Paco Llera, y del decano de la Facultad Susperregi trasladó el tribunal a la Facultad de Empresariales en una sala donde la plana mayor de Basta Ya! ocupaba ya las primeras filas para oír a su candidata Edurne Uriarte, a quien efectivamente le fue otorgada la plaza. Esta egregia cumbre teórica de la ciencia política, que forma hoy parte de la plantilla de FAES y del ABC, nos deleita un día sí y otro también en todos los medios con su elaboradas reflexiones sobre temas politológicos tan profundos como la cacería de Bermejo.

El PSE-EE de Patxi López podría haber utilizado como reclamo cultural otro tipo de intelectuales. Porque intelectuales serios y honestos los tiene; pienso en Imanol Zubero y en muchos otros, en el País Vasco y en el Estado, con cuya amistad me honro. Pero ha elegido conscientemente a Antonio Elorza. Pues lo siento, Patxi, pero eso significa que por debajo de tu discurso visible hay otro discurso más de base que está dando ya por sentada la alianza con el PP y con el partido de Rosa Díez, en cuya bisagra actúan personas como Antonio Elorza. Sus congéneres -Llera, Edurne Uriarte (telefónicamente)- van a reunirse este domingo en un céntrico hotel madrileño junto a personajes como Rosa Díez y Mayor Oreja para proceder, si se confirma un triunfo que dan por seguro, al reparto de prebendas, y para ocupar -ellos en concreto- los cargos de responsabilidad de las políticas cultural y universitaria del Gobierno vasco entrante.

La presencia de Elorza asegura la del PP y sus aledaños. Que Dios nos coja confesados.

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viernes, 27 de febrero de 2009

Votar en la Patximandra

En 1812 la legislatura de Massachusetts redibujó los límites de los distritos electorales. Los periodistas que observaban el nuevo mapa electoral enseguida se percataron de que habían sido trazados para favorecer a los candidatos del partido republicano jeffersoniano. Hasta tal extremo forzados que uno de los nuevos distritos tenía una extraña forma geográfica: parecía una salamandra. Este caso paradigmático de circunscripción con triunfo garantizado, fue bautizado como Gerry-mander, Gerrymandra, en referencia al responsable de la reforma, el gobernador de Massachusetts, Elbridge Gerry. Desde entonces se ha conocido como gerrymandering el procedimiento en el que se distribuyen las circunscripciones electorales en función a consideraciones partidistas. Una manipulación consciente e intencionada, aprovechando las variaciones de la distribución geográfica de los simpatizantes políticos.

En circunscripciones plurinomonales como las que tenemos por aquí, donde se elige a más de un candidato por circunscripción, esta manipulación tan soez resulta más complicada e incierta. Pero he aquí que la inventiva española ha desarrollado otra ‘solución’: se elimina una parte del cuerpo electoral. El efecto es también el de un campo de juego trampeado, un sistema electoral que, si no de triunfo garantizado, sí al menos facilitado.

Esquivando las acusaciones de manipulación electoral y de ilegalización de ideas, se ha argumentado por parte de los ilegalizadores que lo que se deja fuera es la vinculación a la violencia, no las ideas. La prueba de cargo se intenta concentrar en la no-condena, y se pone como ejemplo la presencia electoral de formaciones independentistas como EA o, aún más, de izquierda independentista como Aralar. Este argumento es sólo formalmente cierto.

Así, si bien es cierto que ambas formaciones se declaran formalmente independentistas, hay otro elemento importante en juego: el grado de legitimación que se otorga al marco jurídico-político español. En este sentido, la izquierda abertzale ilegalizada, en su actitud y trayectoria histórica se ha mostrado claramente como una fuerza antisistema, constituyéndose probablemente el hecho de la no-condena en elemento simbólico del no reconocimiento de la legitimidad estatal. En esta dimensión EA, por su origen y trayectoria y a pesar del giro actual, se ha encontrado lejos. Incluso también Aralar, que a pesar de su origen de izquierda abertzale, ha corrido quizás en demasía en busca de una homologación en las formas políticas convencionales. Esto invalida, por tramposo, el argumento de la comparación con EA y Aralar, que no a ambas como opciones.

El reto pendiente es, precisamente, la constitución de un movimiento soberanista civil con clara pretensión de subvertir el marco jurídico-político vigente. Ese sería el reto, la prueba del algodón al Estado. Indudablemente, la persistencia de la lucha armada distorsiona esta posibilidad y permite que se utilice como excusa ilegalizadora. Que el adversario sea el que apueste hoy día por la espiral represiva debería ser, está siendo, motivo de reflexión seria.

Y es que, el gerrymandering español tiene dimensiones que sobrepasan el mero hecho de posibilitar un sistema electoral de triunfo favorecido para el unionismo. La distorsión consciente e intencionada apunta también a una cuestión de fondo, la estrategia soberanista. Desde Lizarra, el soberanismo venía ensayando, con aciertos y errores, una cierta vía soberanista civil: aglutinar y legitimar mayorías soberanistas en las instituciones autonómicas para desbordarlas y convertirlas en instituciones soberanas. Estrellada contra la realidad social la ofensiva final del nacionalismo español en el 2001, la estrategia unionista posterior se centró en cooptar a sectores del PNV. Culmina ahora con la manipulación electoral que no sólo posibilita dejar artificialmente en minoría al soberanismo, sino que ante tal eventualidad obliga a éste a moderar el discurso para no espantar a los sectores con una identidad nacional más difusa. El efecto es patente en un partido tan apegado al poder como el PNV, que ha paseado a Ibarretxe amordazado durante la campaña. Pero supone una laminación de fondo al soberanismo en su conjunto, situándolo en una agónica precariedad subjetiva que suma a unos problemas objetivos de bloqueo estratégico y de dificultades de reproducción social.

La cabeza de Ibarretxe, junto con la cual caiga definitivamente el proceso abierto en Lizarra, aparece como la oportunidad abierta por la salamandra electoral vasca. Hasta tal punto paradójica, que el futuro de Ibarretxe parece más ligado a un importante apoyo hacia los partidos netamente soberanistas, EA y Aralar, que hacia el suyo propio, atrapado en la ambigüedad autonomista. Algún movimiento soterrado en tal sentido parece intuirse a favor especialmente de Aralar. Y es que haría mal el soberanismo en desistir ante la trampa electoral. El voto soberanista, legal o no, es tanto o más importante que nunca. Tan importante como las tareas pendientes y urgentes, que no son pocas, en los planos estratégico, político, social y cultural.


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jueves, 26 de febrero de 2009

La plaza Euskalherria

por José Mari Esparza (en Diario de Noticias)

ESTOS días estamos viendo cómo, con los votos del PSOE, UPN, IU y posiblemente CDN, se intenta cambiar el nombre a la plaza Euskalherria de Berriozar. Según explicaba el portavoz del PSOE, lo hacen para que la plaza "sea de todos", ya que la denominación actual "puede herir algunas sensibilidades políticas". Por lo visto anteriormente, incluso durante los siete años de alcaldía del PSOE, no hería dichas sensibilidades.



La excusa es ridícula pero les da igual. Al PSOE le ha costado 30 años darse cuenta de que tenía todas las calles y plazas de Navarra llenas de nombres franquistas y nunca le pareció que herían sensibilidades. Todos vivimos en calles y plazas que no coinciden con nuestras ideas y, sin embargo, no proponemos su cambio, por respeto precisamente a otras sensibilidades y tradiciones. Yo mismo nací en la calle Concepción, vivo en la calle Santa Lucía y trabajo en la calle San Isidro. Y no he visto, ni falta que hace, que los laicos del PSOE o IU se preocupen de ponerme nombres más acordes con mis creencias.

El tema es otro, ya lo sabemos. Se trata de dar un golpe de piqueta más al edificio de la identidad navarra, quitarle todo cuanto recuerde su milenaria pertenencia a Vasconia y seguir apuntalando el chiringuito de 1978, que rompió con una tradición y con una conciencia del ser navarro que ni siquiera el franquismo se había atrevido a cuestionar.

Euskal Herria ya existía para los navarros mucho antes que España para los españoles y con unos límites mucho más precisos. Tuvo que ser la forma que llamaron a su tierra los vascones, posiblemente antes del nacimiento del castellano. En 1564 aparece escrito por vez primera y, en 1571, vuelve a aparecer "Heuskal herria", que Lizarraga traduce como "pays des Basques" en la dedicatoria en francés que hizo a la reina Juana de Navarra. En 1643 un navarro, Axular, define sus límites, que son los mismos de la lengua: "Naffarroa garayan, Naffarroa beherean, Çuberoan, Lappurdin, Bizcayan, Guipuzcoan, Alaba herrian". España, mientras tanto, era tan grande "que nunca se ponía el sol", y tan imprecisa que sus límites se iban encogiendo año tras año. Precisamente Portugal acababa de dejar de ser española.

A partir de entonces, hasta nuestros días, la palabra Euskal Herria y sus límites siguen apareciendo con nitidez, unas veces refiriéndose al territorio donde se habla la lengua vasca, (Etxeberri, 1712; Pierre d'Urte, 1715) pero otras veces con claro sentido geopolítico: en 1745 Larramendi reclama el derecho a la libertad de las siete provincias; Humboldt dice algo similar en 1800 y Garat en 1806. Este último, al estilo francés, cita los cuatro cantones vasco-españoles y los tres cantones vascofranceses. Pero siguen siendo siete los territorios, mientras que la etérea España abarcaba el Paraguay, Chile, Florida, California…

En 1845, Richard Ford insiste: "Los vascos se llaman a sí mismos Euscaldunac, a su país Euscalería y a su lenguaje Euscara". De Navarra dice que es la antigua Vasconia y cita a Irunia, o sea "la buena ciudad", como su capital. Algo similar repetía, en 1862, el francés Davillier. En 1851, Von Radhen editó en alemán el primer mapa de las siete provincias. En 1863, el Príncipe Bonaparte mejoraba el mapa en francés, y Jules Vinson lo hizo en 1882. Euskal Herria seguía idéntica, perfectamente delimitada, mientras España se esforzaba por mantener, como "parte inseparable e irrenunciable del territorio nacional", a las islas Palaos, las Marianas, las Carolinas, las Filipinas y las Antillas.

A principios de siglo XX se edita la gran Enciclopedia Espasa-Calpe. Según la prestigiosa obra, Euskal Herria es el "nombre tradicional y típico con el que el vasco designa en su idioma a su país" y sus territorios seguían siendo los mismos que había definido Axular tres siglos antes. Mientras, en la misma Enciclopedia, se hablaba de las españolísimas provincias del Rif, Guinea Ecuatorial, Ifni o Sahara. Más que una nación, España parecía un recortable.

Digámoslo en voz alta una vez más: prácticamente todos los escritores, músicos y artistas navarros, toda la prensa, las diputaciones forales, los políticos de todos los colores, los viajeros, las enciclopedias españolas y extranjeras, en fin, todo el que ha mirado a este país sin las gafas pintadas de la reciente Transición Española, han reconocido la existencia de Euskal Herria y la pertenencia, determinante y orgullosa, de Navarra a la misma. Todavía el 7 de febrero de 1982, escribía Ollarra en Diario de Navarra : "Euskalerria es una realidad y puede ser una comunidad de etnia y de lengua".

El empeño del PSOE, UPN e IU en Berriozar de quitar el nombre de Euskal Herria de su callejero, es algo mucho más grave que una demostración de papanatismo cultural. Es la actualización de la antigua política colonial española, de negar la identidad de los pueblos conquistados para su mejor sometimiento. Eso se llamaba, y se llama, genocidio cultural.


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miércoles, 25 de febrero de 2009

Entrevista a Robert Brenner, economista: Un análisis histórico-económico de la crisis


Seongjin Jeong
Hankyoreh

Traducción para www.sinpermiso.info: Daniel Escribano

Robert Brenner ha hecho en los últimos 10 años los análisis histórico-económicos acaso más profundos y premonitorios sobre la naturaleza de la vida económica capitalista mundial del final del siglo XX, se confirma aquí como uno de los más lúcidos y penetrantes analistas del presente.

La mayoría de analistas califican la presente crisis como crisis financiera. ¿Está usted de acuerdo con esta denominación?

Es comprensible que los analistas de la crisis hayan situado el punto de partida en la banca y el mercado de valores. Pero el problema es que no han ido más allá. Empezando por el propio secretario del Tesoro, Paulson, y el presidente de la Reserva Federal, Bernanke, han sostenido que la crisis puede explicarse en simples términos de problemas en el sector financiero. Al mismo tiempo, aseveran que la economía real subyacente es fuerte, que los llamados fundamentos están en forma. La desorientación no podría ser mayor. El principal origen de la crisis actual está en el declive del dinamismo de las economías avanzadas desde 1973 y, especialmente, desde 2000. El crecimiento económico en los EEUU, Europa occidental y Japón se ha deteriorado seriamente en cada ciclo en términos de indicadores macroec onómicos muy estándar: PIB, inversión, salarios reales, etc. Aún más, el ciclo económico recién acabado, desde 2001 hasta 2007, ha sido, con mucho, el más endeble desde el período de posguerra, y ello a pesar del mayor estímulo económico público de la historia de los EEUU en tiempo de paz.




¿Cómo explicaría el debilitamiento a largo plazo de la economía real desde 1973, lo que usted llama la larga caída?

Lo que lo explica es sobre todo un declive profundo y duradero de la tasa de rendimiento en inversión de capital desde finales de los sesenta. La incapacidad de recuperar la tasa de beneficio es lo más destacable a la vista de la enorme caída de los salarios reales durante el período. La causa principal, aunque no la única, del declive de la tasa de beneficio ha sido una tendencia persistente a la sobrecapacidad en las industrias manufactureras mundiales. Lo que ha ocurrido es que nuevos poderes industriales fueron ingresando, uno tras otro, al mer c ado mundial: Alemania y Japón, los nuevos países industrializados del noreste asiático, los tigres del sureste asiático y, finalmente, el Leviatán chino. Esas economías de desarrollo tardío producían los mismos bienes que ya producían las economías más tempranamente desarrolladas, pero más baratos. El resultado ha sido un exceso de oferta en relación con la demanda en una industria tras otra, y eso ha implicado precios y, por lo mismo, beneficios bajos. Las empresas que han sufrido reducción de beneficios, además, no han abandonado dócilmente sus industrias. Han intentado conservar su lugar recurriendo a la capacidad de innovación, aumentando la inversión en nuevas tecnologías. Huelga decir que eso no ha hecho más que empeorar la sobrecapacidad. A causa de la caída de su tasa de rendimiento, los capitalistas obtenían plusvalías cada vez menores de sus inversiones. De ahí que no tuvieran más opción que aminorar el crecimiento en maquinaria, equipo y empleo; y, al tiempo, a fi n de restaurar la rentabilidad, contener las indemnizaciones por desempleo, mientras los gobiernos reducían el gasto social. Pero la consecuencia de todos estos recortes de gasto ha sido un problema de demanda agregada a largo plazo. La persistente endeblez de la demanda agregada ha sido el origen inmediato de la endeblez a largo plazo de la economía.

La crisis, en realidad, ha sido provocada por el estallido de la histórica burbuja inmobiliaria, que se ha estado inflando durante toda la década. ¿Cómo juzga su importancia?

La burbuja inmobiliaria debe entenderse en relación con la sucesión de burbujas de precios de activos que ha sufrido la economía desde mediados de los noventa y, especialmente, con el papel de la Reserva Federal estadounidense en alimentar dichas burbujas. Desde el principio de la larga caída, las autoridades económicas públicas han intentado capear el problema de una demanda insuficiente incentivando el aumento del prés t amo, tanto público como privado. De entrada, recurrieron al déficit presupuestario, evitando así recesiones verdaderamente profundas. Pero, con el tiempo, los gobiernos conseguían inducir cada vez menos crecimiento económico de lo que tomaban a préstamo. En efecto, a fin de conjurar el tipo de profundas crisis que han acosado históricamente al sistema capitalista, han tenido que aceptar la tendencia hacia el estancamiento. Durante los primeros noventa, los gobiernos en los EEUU y Europa, encabezados por la administración Clinton, intentaron célebremente romper su adicción al endeudamiento, poniendo todos proa de consuno hacia el territorio de los presupuestos equilibrados. La idea era dejar que el mercado libre gobernara la economía. Pero, como aún no se había recuperado la rentabilidad, la reducción de los déficits asestó un duro golpe a la demanda y contribuyó a producir, entre 1991 y 1995, la peor de las recesiones y el más bajo crecimiento de la era de posguerra. Para lo g rar que la economía volviera a una senda de crecimiento, las autoridades estadounidenses acabaron adoptando un enfoque aplicado por primera vez en el Japón de fines de los ochenta. Mediante la imposición de tipos de interés bajos, la Reserva Federal facilitaba el préstamo al tiempo que incentivaba la inversión en activos financieros. Al dispararse los precios de los activos, las empresas y familias obtendrían enormes aumentos de riqueza, al menos sobre el papel. Estarían, por tanto, en condiciones de tomar préstamos a una escala titánica, de incrementar infinitamente la inversión y el consumo y, así, conducir la economía. El déficit privado, pues, vino a substituir al déficit público. Lo que podría llamarse keynesianismo de precios de activos sustituyó al keynesianismo tradicional. Por tanto, durante la última docena de años hemos asistido a un extraordinario espectáculo en la economía mundial, y es que la continuación de la acumulación de capital ha dependido literalmente d e unas oleadas de especulación de dimensiones históricas cuidadosamente alimentadas y racionalizadas por los diseñadores ─y reguladores─ de las políticas públicas: primero, la burbuja del mercado de valores de finales de los noventa, y después, las burbujas de los mercados inmobiliario y crediticio de los primeros años 2000.

Usted fue profético al prever la actual crisis, así como la recesión de 2001. ¿Cuál es su perspectiva respecto a la economía mundial? ¿Empeorará o se recuperará antes del final de 2009? ¿Espera que la actual crisis sea tan severa como la gran depresión?

La crisis actual es más seria que la peor de las recesiones previas del período de posguerra, la que se dio entre 1979 y 1982, y es concebible que rivalice con la G ran Depresión, a pesar de que no hay modo de saberlo realmente. Quienes se dedican a la realización de pronósticos económicos subestimaron su virulencia porque sobreestimaron la solidez de la economía real, sin comprender hasta qué punto dependía ésta de una acumulación de deuda fundada en las burbujas de los precios de los activos. En los EEUU, el crecimiento del PIB durante el reciente ciclo económico de 2001-07 ha sido, con mucho, el más bajo de la época de posguerra. No ha aumentado el empleo en el sector privado. El incremento de maquinaria y equipo ha sido cerca de un tercio más bajo que el de la posguerra. Los salarios reales se han mantenido prácticamente estancados. Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, no se han registrados aumentos en el ingreso medio familiar. El crecimiento económico ha ido a parar íntegramente al consumo personal y a la inversión en residencia, lo que ha sido posible por el crédito fácil y el aumento de los precios de la vivienda. El resultado económico ha sido esta endeblez, aun a pesar del enorme estímulo de la burbuja inmobiliaria y de los enormes déficits federales de la administración Bush. La vivienda por sí sola sumó casi un tercio del crecimiento del PIB y cerca de la mitad del aumento del empleo entre 2001 y 2005. Era, por tanto, esperable que cuando reventara la burbuja inmobiliaria, cayeran el consumo y la inversión en residencia y se hundiera la economía.

Muchos sostienen que la actual es una típica "crisis Minsky", no una crisis marxiana, aduciendo que la explosión de la burbuja financiera especulativa ha jugado un papel central en ella. ¿Cómo les respondería?

Es ocioso contraponer así los aspectos reales y financieros de la crisis. Como he resaltado, es una crisis marxiana: hunde sus raíces en una caída a largo plazo de la tasa de beneficio y en la incapacidad de recuperación de la misma, lo que está en el origen principal de la disminución de l a acumulación de capital hasta ahora. En 2001, la tasa de beneficio de las empresas no financieras fue la menor del período de posguerra, con la excepción de 1980. Las empresas no han tenido, por tanto, otra opción que contener la inversión y el empleo, pero eso ha agravado el problema de la demanda agregada, nublándose así el clima económico. Esto es lo que explica el extremadamente bajo crecimiento observable en el ciclo económico que acaba de terminar. Sin embargo, para comprender el colapso actual hay que demostrar la conexión entre la endeblez de la economía real y el desplome financiero. El vínculo principal es la que se da entre la cada vez mayor dependencia del préstamo para que la economía siga funcionando y la predisposición pública, todavía mayor, a confiar en las subidas de los precios de los activos para lograr mantener vida la dinámica del préstamo. La condición básica de las burbujas en los mercados inmobiliario y crediticio era la perpetuación de un coste baj o del préstamo. La endeblez de la economía mundial, especialmente después de las crisis de 1997-98 y 2001, además de las enormes adquisiciones de dólares por parte de gobiernos asiáticos para mantener al mismo nivel sus divisas y el crecimiento del consumo estadounidense, provocó unos tipos de interés insólitamente bajos. Al mismo tiempo, la Reserva Federal mantuvo los tipos de interés a corto plazo más bajos que nunca desde los años cincuenta. Como prestaban tan barato, los bancos estaban dispuestos a conceder préstamos a especuladores cuyas inversiones provocaban un precio cada vez más alto de activos de todo tipo y un rendimiento en el préstamo (tipos de interés de los bonos) cada vez menor. Sintomáticamente, los precios de la vivienda se dispararon y el rendimiento en términos reales de los bonos del tesoro estadounidense se hundió. Pero como los rendimientos cayeron cada vez más, a las instituciones del mundo que dependían de los rendimientos del préstamo les resultó cad a vez más difícil obtener beneficios suficientes. Los fondos de pensiones y las compañías de seguros fueron golpeados de forma particularmente dura, pero también se vieron afectados los fondos hedge de cobertura y los bancos de inversión. Esas instituciones se mostraron más que dispuestas a realizar enormes inversiones en unas obligaciones respaldadas por hipotecas subprime más que dudosas a causa de los insólitamente elevados rendimientos ofrecidos y con desprecio de unos riesgos no menos insólitamente elevados. Lo cierto es que no lograron sacar tajada suficiente. Su masiva adquisición de obligaciones hipotecariamente respaldadas es lo que facilitó a los institutos bancarios generadores de hipotecas seguir realizando préstamos a prestatarios cada vez menos calificados. La burbuja inmobiliaria alcanzó proporciones históricas y permitió que prosiguiera la expansión económica. Ni que decir tiene, eso no podía durar mucho. Cuando cayeron los precios de la vivienda , la economía real entró en recesión y el sector financiero se desplomó, porque el dinamismo de una y de otro se fundaba en la burbuja inmobiliaria. Lo vemos ahora es que la recesión está empeorando el desplome, porque contribuye a exacerbar la crisis inmobiliaria. Y que el desplome está intensificando la recesión, porque está dificultando el acceso al crédito. Precisamente es esa interacción entre una crisis de la economía real y una crisis del sector financiero que se alimentan mutuamente lo que hace que el despeñadero hacia la depresión se resista a todas las políticas intentadas por las autoridades y que el potencial de catástrofe resulte tan evidente.

Aun concediendo que el capitalismo de posguerra hubiera entrado en un período de larga caída en los años setenta, parece innegable que la ofensiva capitalista neoliberal ha impedido el empeoramiento de la caída de la producción desde los ochenta.

Si por neoliberalismo se entiende el giro hacia las finanzas y la desregulación, no veo cómo puede haber ayudado eso a la economía. Pero si por neoliberalismo se entiende el desmedido asalto de los empresarios y los gobiernos a los salarios obreros, a las condiciones laborales y al estado del bienestar, la cosa ofrece pocas dudas: se ha impedido que la caída de la tasa de beneficio haya sido todavía peor. Con todo, la ofensiva de la patronal no esperó hasta la denominada era neoliberal de los ochenta. Comenzó con el despertar de la caída de la rentabilidad, iniciada a principios de los setenta, de la mano del keynesianismo. No condujo, empero, a la recuperación de la tasa de beneficio, y no hizo sino exacerbar el problema de la demanda agregada. El debilitamiento de la demanda agregada terminó por obligar a las autoridades económicas a adoptar formas de estímulo económico más potentes y temerarias: el "keynesianismo de precios de activos" que condujo al actual desastre.

Hay quien ha defendido que un nuevo paradigma de "financiarización" o "capitalismo financiero" ha provocado un llamado "resurgimiento del capital" (Gerard Dumeneil) desde los ochenta hasta el presente. ¿Qué piensa de las tesis de la "financiarización" o "capitalismo financiero"?

La idea del capitalismo financiero es una contradicción en los términos, porque, genéricamente hablando ─hay excepciones significativas, como el préstamo al consumidor─, el beneficio financiero sostenido depende de la obtención de beneficios sostenidos en la economía real. Para responder a la caída de la tasa de beneficio, algunos gobiernos, encabezados por el de los EEUU, incentivaron el giro hacia las finanzas mediante la desregulación del sector financiero. Pero, como la economía real seguía languideciendo, el principal resultado de la desregulación fue la intensificación de la competencia en el sector financiero, lo que hizo más difíci l la obtención de beneficios e incentivó una especulación aún mayor y la adopción de riesgos. Destacados ejecutivos de bancos de inversión y fondos hedge estaban en condiciones de obtener fabulosas fortunas, ya que sus remuneraciones dependían de los beneficios a corto plazo. Podían asegurarse temporalmente altos rendimientos mediante la expansión de sus préstamos basados en activos e incrementando el riesgo. Pero esa forma de hacer negocio, tardara más o menos en verse, era a expensas de la salud financiera a largo plazo de las propias empresas, y en el caso más espectacular, condujo a la caída de los bancos de inversión más importantes de Wall Street. Todas y cada una de las sedicentes expansiones financieras habidas desde los años setenta han terminado rápidamente en una desastrosa crisis financiera y han precisado de enormes rescates públicos. Lo que vale para el boom crediticio del tercer mundo en los años 70 y principios de los 80, no menos que para el aug e del ahorro y el crédito, la manía de compra apalancada de empresas y la burbuja de los bienes raíces comerciales de los 80, o para la burbuja del mercado de valores de la segunda mitad de los 90 y, huelga decirlo, para las burbujas inmobiliaria y crediticia de los primeros años 2000. El sector financiero parecía dinámico sólo porque los gobiernos estaban dispuestos a hacer lo que hiciera falta para apoyarlo.

El keynesianismo o estatismo parece presto a volver como el nuevo Zeitgeist [espíritu de la época]. ¿Cuál es su valoración general del keynesianismo o estatismo renaciente? ¿Puede contribuir a resolver o, cuando menos, aliviar la actual crisis?

Los gobiernos actualmente no tienen otra opción que la de volver al keynesianismo y al estado para intentar salvar la economía. Después de todo, el libre mercado se ha demostrado totalmente incapaz de impedir o hacer frente a la catástrofe económica, por no hablar de asegurar la esta b ilidad y el crecimiento económicos. De aquí que las elites del mundo político, que todavía ayer celebraban la desregulación de los mercados financieros, se hayan vuelto de un día para otro y sin excepción keynesianas. Pero hay razones para dudar de que el keynesianismo –en el sentido de enormes déficits públicos y crédito fácil para hinchar la demanda— pueda llegar a tener el impacto que muchos esperan. Lo cierto es que durante los últimos siete años, y merced a la burbuja inmobiliaria cebada por el préstamo y el gasto de la Reserva Federal y por los déficits presupuestarios de la administración Bush, hemos asistido a lo que probablemente sea el mayor estímulo económico keynesiano de la historia en tiempos de paz. Y sin embargo, no ha alcanzado sino para lograr el ciclo económico más endeble de la época de posguerra. Ahora el desafío es mucho mayor, todavía. A medida que colapsa la burbuja inmobiliaria y que la obtención de crédito se hace más y más más difícil, los hogares r educen el consumo y la inversión en residencia. Por consecuencia, caen los beneficios empresariales. Lo que trae consigo recortes salariales y un ritmo acelerado de despido de trabajadores, lo cual, a su vez, genera una espiral descendente de demanda y rentabilidad a la baja. Las familias han contado durante largo tiempo con el aumento de los precios de la vivienda para estar en condiciones de que les presten más y han ahorrado para ello. Pero ahora, forzadas por a acumulación de deudas, tienen que reducir el préstamo y aumentar el ahorro; y eso, en el preciso instante en que la economía más necesita que consuman. Lo presumible es que le grueso del dinero que el estado ponga en manos de las familias será destinado al ahorro, no al consumo. Si el keynesianismo a duras penas logró activar la vida económica en la fase de expansión, ¿qué puede esperarse que haga en medio de la peor recesión desde los años treinta? Para obtener un efecto significativo en la economía, la administr a ción Obama tendrá probablemente que pensar en una enorme oleada de inversiones públicas directas o indirectas; en realidad, en una forma de capitalismo de estado. No obstante, acometer esa tarea en serio exige superar enormes obstáculos políticos y económicos. La cultura política estadounidense es tremendamente hostil a la empresa pública. Por otro lado, el nivel de gasto y endeudamiento que todo eso implicaría podría amenazar al dólar. Hasta ahora, los gobiernos del Este asiático han financiado alegremente los déficits externos y públicos estadounidenses, a fin de mantener, a un tiempo, el consumo estadounidense y sus propias exportaciones. Pero con una crisis que está llegando a afectar hasta a China, esos gobiernos podrían ver menguada su capacidad de financiación de los déficits estadounidenses, sobre todo porque estos últimos se han disparado a una magnitud sin precedentes. La perspectiva verdaderamente aterradora que asoma en el horizonte es el desplome del dólar.

¿Cuál es su valoración general de la victoria de Obama en las últimas elecciones a la presidencia? ¿Piensa que Obama es el "mal menor", comparado con la administración Bush? Muchos consideran a Obama el Franklin D. Roosevelt del siglo XXI. Obama promete un "nuevo New Deal". ¿Cree usted que los progresistas anticapitalistas pueden dar apoyo crítico a algunas medidas de este "nuevo New Deal"?

El triunfo de Obama en las elecciones debe ser bienvenido. Una victoria de McCain habría sido una victoria para el Partido Republicano y habría dado un enorme impulso a las fuerzas más reaccionarias de la escena política estadounidense. Se habría visto como un aprobado al hipermilitarismo y al imperialismo de la administración Bush, así como a su programa explícito de eliminación de lo que queda de sindicalismo, estado de bienestar y protección ambiental. Dicho esto, Obama es, como Roosevelt, un demócrata de centro, de quien no puede esperarse que, por sí propio, haga gran cosa en defensa de los intereses de una inmensa mayoría que seguirá estando sometida a un desapoderado asalto empresarial empeñado en recuperar sus menguantes beneficios mediante la reducción del empleo, de las indemnizaciones, etc. Obama apoyó el titánico rescate del sector financiero, que acaso represente el mayor expolio al contribuyente estadounidense de la historia norteamericana, sobre todo porque se concedió sin contrapartidas para poner brida a los bancos. También apoyó el rescate de la industria automovilística, aun a sabiendas de que estaba a enormes reducciones de las indemnizaciones para los trabajadores. El balance es de Obama, como de Roosevelt, sólo puede esperarse que tome acciones resueltas en defensa del pueblo trabajador si se le empuja por la vía de la acción directa desde abajo. La administración Roosevelt sólo aprobó el grueso de la legislación progresista del New Deal, incluyendo la Ley Wagner y la Segurida d Social, arrastrado por la presión de una gigantesca y masiva oleada de huelgas. Algo parecido puede acaso esperarse de Obama.

Según Rosa Luxemburg y, más recientemente, David Harvey, el capitalismo supera su tendencia a la crisis mediante la expansión geográfica. Según Harvey, ello a menudo se incentiva mediante inversiones enormes en infraestructura para apoyar al capital privado, a menudo a la inversión extranjera directa. ¿Cree usted que el capitalismo puede encontrar una solución a la crisis actual, en la terminología de Harvey, mediante un "arreglo espacio-temporal-espacial"?

Ésta es una cuestión compleja. Para empezar, creo que es verdadera –y de importancia decisiva— la afirmación, según la cual la expansión geográfica ha sido un elemento esencial en todas las oleadas de acumulación de capital que registra la historia Puede decirse que el crecimiento del v o lumen de la fuerza de trabajo y el crecimiento del espacio geográfico son condiciones sine qua non, esenciales, del crecimiento capitalista. El auge de la posguerra es un buen ejemplo, porque se dieron espectaculares expansiones del capital en el sur y el suroeste de los EEUU y en una Europa occidental y un Japón devastados por la guerra. Las inversiones de los EEUU jugaron un papel decisivo, no sólo en los propios EEUU, sino también en la Europa occidental de la época. Sin duda, la expansión de la fuerza de trabajo y del área geográfica capitalista era indispensable para las altas tasas de beneficio que hicieron tan dinámico el boom de posguerra. Desde un punto de vista marxista, éste fue un ciclo clásico de acumulación de capital, e implicó, necesariamente, tanto la integración de enormes masas de trabajadores fuera del sistema, especialmente del agro precapitalista en Alemania y en Japón, como la incorporación o reincorporación de espacios geográficos adicio n ales a una escala enorme. Sin embargo, yo creo que, vista en perspectiva, la pauta mostrada por el largo declive al que hemos venido asistiendo desde finales de los sesenta y principios de los setenta, ha sido diferente. Es cierto que el capital ha respondido a la rentabilidad menguante mediante la expansión exterior, intentando combinar técnicas avanzadas con mano de obra barata. Se calla por sabido que el Este asiático constituye el caso principal: representa indudablemente un momento de alcance histórico-universal, una transformación esencial, del capitalismo. Pero a pesar de que la expansión al Este asiático puede interpretarse como respuesta a una rentabilidad menguante, no ha sido, en mi opinión, una solución satisfactoria. Porque, a fin de cuentas, la nueva producción industrial que tan espectacularmente ha surgido en el Este asiático, a despecho de que produzca más barato, se solapa demasiado con lo que se produce en el resto del mundo. El problema es que, a escala s i stémica, eso exacerba más que resuelve el problema de sobrecapacidad. En otras palabras: la globalización ha sido una respuesta a la rentabilidad menguante; pero como las nuevas industrias, lejos de ser esencialmente complementarias en la división mundial del trabajo, son redundantes, el resultado ha sido la persistencia de los problemas de rentabilidad. El balance, creo yo, es que para resolver realmente el problema de rentabilidad que ha asolado durante tanto tiempo al sistema ─lenta acumulación de capital y generación de niveles de préstamo cada vez mayores para mantener la estabilidad─, el sistema necesitaba una crisis que había sido durante tan largo tiempo aplazada. Y como el problema es la sobrecapacidad, enormemente agravada por la acumulación de deuda, lo que aún se necesita, según la visión clásica, es una depuración sistémica, esto es, la purga de las empresas de costes altos y beneficios bajos, con el consiguiente abaratamiento de los medios de produc c ión y la reducción del precio de la mano de obra. Ésta de la crisis es la vía histórica por la que el capitalismo ha logrado restaurar la tasa de beneficio y sentar las bases necesarias para una acumulación de capital más dinámica. Durante el periodo de posguerra se logró evitar las crisis; el coste de evitarlas fue la incapacidad para reactivar la rentabilidad, lo que llevó a empeorar la situación de estancamiento. La crisis actual es la depuración que nunca sucedió.

Entonces, ¿cree usted que sólo la crisis puede resolver la crisis? Ésta es una respuesta marxiana clásica.

Creo que es lo más probable. La analogía sería como sigue. De entrada, a principios de los años treinta, el New Deal y el keynesianismo resultaron ineficaces. En realidad, a pesar de la amplitud temporal de toda una década, no lograron sentar las bases de un nuevo boom, como se vio con la caída en la profunda recesión de 1937-38. Pero, finalmente, como resultado d e la larga crisis de los treinta, se llegó a la purga de los costes altos y de los medios de producción con beneficios bajos, lo que terminó por sentar las bases para unas tasas de beneficio altas. De manera que, a fines de los años treinta, podía decirse que la tasa potencial de beneficio era alta y que todo lo que se necesitaba era un estímulo de la demanda. Esa demanda, huelga decirlo, vino a proporcionarlas el enorme gasto armamentístico de la Segunda Guerra Mundial. Así pues, durante la guerra se obtuvieron tasas de beneficio altas, y esas tasas altas sentaron las bases necesarias para el ulterior boom postbélico. Pero yo creo que, aun si se hubieran ensayado, los déficits keynesianos no habrían podido funcionar en 1933, porque antes era necesario, por decirlo en términos marxianos, una crisis que saneara el sistema.

¿Cree que la actual crisis supondrá un desafío a la hegemonía de los EEUU? Teóricos del sistema-mundo como Immanuel Wallerstein, tamb i én entrevistados por Hankyoreh, sostienen que la hegemonía del imperialismo americano está en declive.

Ésta es una cuestión muy compleja. Tal vez ande yo muy errado, pero pienso que muchos de los que creen que ha habido un declive de la hegemonía estadounidense tienden a ver esa hegemonía en términos de poder geopolítico, y al final, como capacidad militar norteamericana. Desde este punto de vista, es principalmente el predominio estadounidense lo que produce el liderazgo americano, es el poder estadounidense sobre y contra otros países lo que mantiene a los EEUU en la cumbre. Yo no veo así la hegemonía estadounidense. Yo veo a las elites del mundo, especialmente a las del núcleo capitalista en el sentido lato de la palabra, muy satisfechas con esa hegemonía norteamericana, porque eso significa que son los EEUU quienes asumen el papel y el coste de policías del mundo. Eso vale también, en mi opinión, incluso para las elites de los países más p obres. ¿Cuál es el objetivo de los policías del mundo norteamericanos? No es atacar a otros países. Es, sobre todo, mantener el orden social a escala mundial, crear condiciones estables para la acumulación de capital global. Su principal propósito es erradicar cualquier desafío popular al capitalismo, proteger las relaciones de clase existentes. Durante la mayor parte del periodo de posguerra, hubo desafíos nacionalistas-estatistas, especialmente desde abajo, al libre albedrío del capital. Fueron, desde luego, sometidos por los EEUU con la fuerza más brutal, con las expresiones más descarnadas de la dominación estadounidense. Aunque dentro del núcleo lo que había hegemonía norteamericana, fuera de ese núcleo había dominación. Pero, con la caída de la Unión Soviética, la entrada de China y Vietnam en la vía capitalista y la derrota de los movimientos de liberación nacional en lugares como Sudáfrica y Centroamérica, la resistencia al capital en el mundo en vías de desarrollo f u e, al menos temporalmente, debilitada. Así, actualmente, los gobiernos y elites no sólo de Europa occidental y oriental, Japón y Corea, sino también de Brasil, la India y China ─la mayoría de países que pueda usted nombrar─ prefieren el mantenimiento de la hegemonía estadounidense. La hegemonía norteamericana no caerá por el surgimiento de algún otro poder capaz de competir con ella por el dominio del mundo. China, más que nadie, prefiere la hegemonía americana. Los EEUU no planean atacar a China y, hasta la fecha, han mantenido su mercado completamente abierto a las exportaciones chinas. Con los EEUU en el papel de policías del mundo y asegurando un comercio y unos movimientos de capital cada vez más libres, China puede competir en términos de costes de producción en un campo en igualdad de condiciones, y eso es increíblemente beneficioso para China; mejor, imposible. ¿Puede seguir la hegemonía estadounidense con la actual crisis? Ésta es una pregunta harto más a rdua. Pero creo que, en el primer caso, la respuesta es sí. Las elites del mundo quieren por encima de todo mantener el actual orden globalizado y los EEUU son la clave para ello. Nadie, entre las elites del mundo, intenta explotar la crisis y los enormes problemas económicos de los EEUU para desafiar a la hegemonía norteamericana. China sigue diciendo "no vamos a seguir pagando para que los EEUU sigan derrochando", en alusión a los actuales récords en déficits por cuenta corriente sufragados por China durante la pasada década y a los titánicos déficits presupuestarios que están generando actualmente los EEUU. Pero ¿cree usted que China cortará ahora con los EEUU? En absoluto. China todavía está vertiendo todo el dinero que puede en los EEUU para intentar que mantegan a flote su economía y poder ella mantener así su vía de desarrollo. Claro está que siempre es posible todo lo que se desea. La profundidad de la crisis china puede llegar a ser de tal calado, que ya n o le permita financiar por más tiempo los déficits de los EEUU. O la política de la Reserva Federal de embarcarse en unos déficits cada vez mayores e ir imprimiendo moneda podría terminar llevando al hundimiento del dólar y provocando una verdadera catástrofe. Sea ello como fuere, los dados están echados. Si tales cosas llegaran a suceder, habría construir un nuevo orden. Pero en condiciones de crisis profunda sería extremadamente difícil, porque en circunstancias así, los EEUU, lo mismo que otros estados, podrían fácilmente deslizarse por la pendiente del proteccionismo, el nacionalismo o incluso de la guerra. Creo que en este momento las elites del mundo están todavía tratando de evitar esa deriva: no están preparadas para eso. Lo que quieren es mantener los mercados, el comercio, abiertos. Y ello porque han comprendido que la última vez que el estado recurrió al proteccionismo para resolver el problema fue durante la Gran Depresión, lo que no sirvió más que para empeorarla , porque cuando algunos estados iniciaron políticas proteccionistas todo el mundo hizo lo propio y el mercado mundial se cerró. Luego, por supuesto, vino el militarismo y la guerra. En la actualidad, el cierre de los mercados mundiales sería evidentemente desastroso; por eso elites y gobiernos se afanan de consuno en impedir salidas proteccionistas, estatistas o militaristas. Pero la política no es sólo la expresión de lo que las elites quieren, y además, las elites son tornadizas, y lo que quieren puede cambiar de un día para otro. Por lo demás, las elites suelen estar divididas, y la política tiene autonomía. De manera que, por poner un ejemplo, difícilmente puede descartarse que, si la crisis se pone muy fea ─lo que llegados a este punto no sería una gran sorpresa─, asistamos al regreso de políticas derechistas de carácter proteccionista, militarista, xenófobo o nacionalista. Este tipo de políticas podría tener no sólo un amplio atractivo popular. Sectores crec i entes del mundo empresarial podrían llegar a verla como la única salida, puesto que si ven a sus mercados hundirse y al sistema en depresión, pueden considerar necesaria la protección contra la competencia y subvenciones públicas a la demanda mediante el gasto militar. Ésta fue, huelga decirlo, la respuesta que prevaleció en gran parte de Europa y Japón durante la crisis del periodo de entreguerras. Tenemos ahora a una derecha apabullada por los fracasos de la administración Bush y por la crisis. Pero si la administración Obama no es capaz de impedir el hundimiento económico, podría volver fácilmente… sobre todo porque los demócratas no ofrecen la menor alternativa ideológica real.

Ha hablado de una crisis potencial en China. ¿Qué piensa del estado actual de la economía china?

Creo que la crisis china irá a peor, mucho peor de lo que la gente espera. Por dos razones esenciales. La primera es que la crisis norteamericana, y la crisis global más en gen e ral, es mucho más grave de lo que la gente esperaba, y en última instancia, la suerte de la economía china depende inextricablemente de la suerte de la economía estadounidense y de la de la economía global. No sólo porque China depende en gran medida de sus exportaciones al mercado estadounidense; también porque la mayor parte del resto del mundo depende a su vez mucho de los EEUU, y eso incluye especialmente a Europa. Si no voy errado, Europa se ha convertido recientemente en el mayor mercado de las exportaciones chinas. Pero como la crisis originada en los EEUU ha llegado a Europa, el mercado europeo se contraerá también para los bienes chinos. De modo, pues, que la situación es para China mucho peor de lo que la gente esperaba, porque la crisis económica es mucho peor de lo que se esperaba. La segunda razón es ésta: el entusiasmo con el crecimiento realmente espectacular de la economía China ha llevado a mucha gente a ignorar el papel desempeñado por las burbujas en curso seguido por la economía china. China ha crecido básicamente con las exportaciones, y señaladamente, merced a un creciente excedente comercial con los EEUU. A causa de ese excedente, el gobierno chino ha tenido que tomar medidas políticas para mantener baja su moneda y competitiva su industria. Concretamente, ha comprado a gran escala activos denominados en dólares estadounidenses imprimiendo enormes cantidades de renminbi, la moneda china. Pero el resultado ha sido la inyección de enormes cantidades de dinero en la economía china, haciendo cada vez más fácil el crédito durante un largo periodo. Por un lado, las empresas y gobiernos locales han utilizado este crédito fácil para financiar inversiones en masa. Pero esto ha hecho cada vez mayor la sobrecapacidad. Por otro lado, han usado el crédito fácil para comprar tierras, casas, acciones y otros tipos de activos financieros. Pero eso ha contribuido a generar grandes burbujas de precios de activos, las cuales, lo mismo que en los EEUU, han contribuido a su vez a disparar préstamos y gastos. Cuando estallen las burbujas chinas, el calado de la sobrecapacidad se hará más evidente. El estallido de las burbujas chinas representará, también en gran parte del resto del mundo, un duro golpe para la demanda de consumo e inducirá una dañina crisis dañina. En suma: la crisis china puede llegar a ser una cosa muy seria, y podría hacer que la crisis global tomara un rumbo todavía más grave.

Así, usted cree que la lógica capitalista de superproducción se da también en China.

Sí, como en Corea y en gran parte del Asia oriental a finales de los noventa. No es tan distinto. Lo único que no ha ocurrido todavía es el tipo de revaluación de la moneda que mató, que liquidó realmente a la expansión industrial coreana. El gobierno chino está haciendo todo por evitarlo.

Por lo tanto, no está usted de acuerdo con la definición de la sociedad china como "economía de mercado no capitalista".

No, en absoluto.

¿Cree usted, pues, que China es actualmente capitalista?

Creo que es totalmente capitalista. Acaso pudiera haberse dicho que China tenía un mercado no capitalista durante los ochenta, cuando experimentaba un impresionante crecimiento merced a las empresas urbanas y aldeanas. Eran de propiedad pública, de los gobiernos locales, pero operaban en el mercado. Esa forma económica puede decirse que iniciaba la transición al capitalismo. Así, tal vez hasta principios de los noventa, se mantuvo un tipo de sociedad de mercado no capitalista, especialmente porque había un gran sector industrial de propiedad y dirección del estado central. Pero a partir de entonces lo que ha habido es una transición al capitalismo que, a día de hoy, puede darse por completamente colmada.

¿Qué piensa de la dureza de la crisis económica coreana que se avecina? ¿Cree que podría ser más grave que la crisis del FMI de 1997-98? Para hacer frente a la crisis venidera, el gobierno de Lee Myung-bak está resucitando ahora la inversión para construir enormes infraestructuras sociales al estilo de Park Cheng-Hee, especialmente el "Gran Canal" de la península coreana, al tiempo que copia las políticas de crecimiento verde de Obama. Sin embargo, el gobierno de Lee Myung-bak intenta todavía mantener las políticas de desregulación neoliberal del período que siguió a la crisis de 1997, especialmente mediante el Acuerdo de Libre Comercio entre los EEUU y Corea. Podría llamársele propuesta híbrida, ya que combina lo que parece un anacrónico retorno al método de desarrollo dirigido por el estado al estilo de Park Cheng-Hee con el neoliberalismo contemporáneo. ¿Servirá para combatir o paliar la crisis que se avecina?

Lo dudo mucho. No necesariamente porque represente una vuelta al capitalismo organizado por el estado, al estilo de Park, ni porque abrace el neoliberalismo . Es porque, cualquiera que sea su forma interna, sigue dependiendo de la globalización en un momento en que la crisis global está produciendo una extraordinaria contracción del mercado mundial. Hablando de China daba yo hace un rato por probable que se encuentre con un grave problema. Pero China tiene salarios bajos y un mercado interno potencial enorme, de manera que con el tiempo es concebible que pueda tener una posición mejor que Corea para afrontar la crisis, aunque tampoco estoy totalmente seguro de eso. Descuento, en cambio, como seguro que Corea se verá duramente golpeada por la crisis. Ya le ocurrió en 1997-98, pero le salvaron la burbuja del mercado de valores estadounidense y el consiguiente crecimiento del préstamo, el gasto y las importaciones norteamericanos. Pero cuando reventó la burbuja del mercado de valores estadounidense en 2000-02, Corea cayó en lo que se antojaba como una crisis aún más gr a ve que la de 1997-98. Hete aquí, sin embargo, la burbuja inmobiliaria estadounidense vino recientemente al rescate de Corea. Pero ahora ha reventado esa burbuja, la segunda burbuja estadounidense, y no hay una tercera para sacar a Corea de la crisis. No es necesariamente porque Corea lo esté haciendo mal. Es que no creo que haya en parte alguna del mundo una vía de salida fácil para nadie que se haya convertido en parte de un sistema capitalista verdaderamente global e interdependiente.

Así, está diciendo que el entorno externo está mucho peor que nunca antes.

Ésa es la idea principal.

¿Cuáles son, pues, las tareas más urgentes de los progresistas en Corea? Los coreanos progresistas son muy críticos con Lee Myung-bak. Suelen apoyar el estado del bienestar y la redistribución de la renta como alternativa al proyecto de Lee de invertir en la construcción del Canal, con grandes costes sociales. Ésta es la cuestión más caliente en la sociedad coreana de hoy. Los progresistas coreanos señalan que, a pesar de que Lee Myung-bak hable de crecimiento verde, su proyecto de construcción destruiría ecosistemas enteros. ¿Está de acuerdo con ellos?

Evidentemente, hay que oponerse a esos proyectos, ecológicamente desastrosos.

¿Cree que, en plena crisis económica, la construcción de un estado del bienestar como el de Suecia sería una estrategia razonable para los progresistas coreanos?

Creo que lo más importante para los progresistas coreanos es el refuerzo de las organizaciones del movimiento obrero. Sólo reconstruyendo el movimiento obrero coreano puede la izquierda construir el poder que necesita para obtener cualquiera de sus reivindicaciones. La única manera de que el pueblo trabajador pueda realmente desarrollar su poder es mediante la construcción de nuevas organizaciones en el transcurso de la lucha, y solo mediante la lucha puede lograr el adv e nimiento de políticas progresistas o la definición de lo que debería ser una política progresista en este momento. Creo que la mejor manera de forjar una respuesta política de izquierda actualmente es contribuir a que la gente más afectada se organice y logre poder para definir colectivamente sus intereses. De modo que, más que intentar resolver ahora, de modo tecnocrático, desde arriba, la cuestión de cuál sea la mejor respuesta, la clave para la izquierda es catalizar la reconstitución del poder del pueblo trabajador. Obviamente, el movimiento obrero coreano se ha visto debilitado desde la crisis de 1997-98. Como mínimo, la prioridad para los progresistas debería se plantearse qué hacer para mejorar el contexto de la organización de la fuerza de trabajo, qué hacer, precisamente ahora, para reforzar los sindicatos. Sin una reactivación del poder de la clase obrera, la izquierda no tardará en descubrir que la mayor parte de cuestiones de políticas públicas se convierten en m a teria de pura especulación académica. Quiero decir que si la izquierda tiene que influir en las políticas públicas, ha de haber un cambio, un gran cambio, en la correlación de fuerzas de clase.

¿Espera usted que los recientes fracasos del neoliberalismo abran puertas a los progresistas de todo el mundo?

El fracaso del neoliberalismo ofrece, desde luego, importantes oportunidades que no teníamos antes. El neoliberalismo nunca resultó atractivo para buena parte de la población. El pueblo trabajador jamás se ha identificado con mercados libres, finanzas libres y todo eso. Pero creo que la mayor parte de la población se había convencido de que era la única opción, de que no había alternativa. Pero ahora la crisis ha revelado la bancarrota total del modelo neoliberal de organización económica, y puede vislumbrarse el cambio. Se ha manifestado eso con vigor en la oposición del pueblo trabajador americano a los rescates de los bancos y del sector financiero . Dicen, sobre poco más o menos: "nos han contado que salvar las instituciones financieras, los mercados financieros, es la clave para restablecer la economía, la prosperidad. Pero no nos lo creemos. No queremos que ni un centavo más de nuestro dinero vaya a aquellos que no hacen más que robarnos". De modo que hay un gran vacío ideológico y se ha abierto un importante flanco para la penetración de ideas de izquierda. El problema es que hay muy poca organización del pueblo trabajador; está solo, carece de expresión política. Así que puede decirse que hay grandes oportunidades creadas por el contexto político o por el clima ideológico, pero que eso, por sí mismo, no proporcionará soluciones progresistas. De modo que, nuevamente, la máxima prioridad para los progresistas ─para cualquier activista de izquierda─, allí donde deberían ser más activos, es en el intento de reavivar las organizaciones del pueblo trabajador. Sin resucitar el poder de la clase obrer a , poco progreso podrá hacerse, y el único modo de revivir ese poder es la movilización para la acción directa. Sólo mediante la acción, colectiva y masiva, del pueblo trabajador se podrá crear la organización y acumular la energía necesaria para proporcionar la base social para una transformación, por así decirlo, de su propia conciencia, para la radicalización política.

Robert Brenner , miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO , es director del Center for Social Theory and Comparative History en la Universidad de California-Los Ángeles. Es autor de The Boom and the Bubble (Verso, Londres, 2002), un libro imprescindible para entender la historia económica del último medio siglo, el origen de la llamada "globalización" y la situación presente. (Hay una excelente versión castellana de Juan Mari Madariaga: La expansión económica y la burbuja bursátil , Akal, Madrid, 2003).

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La Unesco cataloga de «vulnerable» la situación del euskara


M.Eizmendi-J. Vivanco
Gara

La situación del euskara ha pasado en ocho años de estar «en peligro» de desaparición a un estatus de «vulnerable», según la Unesco. Así lo recoge el último «Atlas de las lenguas en peligro en el mundo», presentado ayer en París. Una mejora que sólo parece traducirse en la CAV, ya que el autor del análisis reconoce que en Nafarroa y en los tres territorios de Ipar Euskal Herria su posición es aún «más débil».


En el último «Atlas de las lenguas en peligro del mundo», presentado por la Unesco, de los 6.000 idiomas hablados a lo largo y ancho del planeta, hay 607 en situación «vulnerable», es decir, que «la mayoría de los niños hablan la lengua, pero su uso puede estar restringido a determinados ámbitos, como, por ejemplo, el familiar», según la interpretación dada por este organismo.



Éste sería el caso del euskara, idioma que en su anterior Atlas, en 2001, era catalogado como «en peligro» de desaparición. En cualquier caso, la Unesco advierte en su nuevo análisis de que ha modificado los baremos de interpretación y sus categorías. Aceptando ese avance en positivo, sin embargo no lo es tanto en los herrialdes de Lapurdi, Zuberoa y Benafarroa, donde la situación sigue estando más o menos como hace ocho años, «en peligro severo».

En total, según este informe internacional, 660.000 personas en los siete territorios tienen el euskara como lengua m aterna; de ellas, se acota, menos de 80.000 viven en Ipar Euskal Herria. En estas cifras se ha basado el encargado de compilar los datos para Europa, el profesor de la Universidad de Helsinki Tapani Salminen, y que se antojan un tanto «anticuados», ya que, según se informa, es una estimación hecha por el lingüista Larry Trask en 1997 en base a un censo de 1991.

El etnolingüista finés reconoció ayer a GARA, vía e-mail, que la catalogación de «vulnerable» dada al euskara tiene que ver con la «dura competencia del español y francés en el día a día». Pero también es consecuencia, añade, de que «a pesar de la alta protección oficial» que tiene la lengua en la CAV, su posición es «más débil» en Nafarroa e Ipar Euskal Herria.

Salminen insiste en aclarar que la de «vulnerable» no debe ser entendida como una catalogación a las puertas de estar «en peligro», pero sí que su estatus «merece preocupación». A modo de ejemplo, comenta que hay lenguas «vulnerables» habladas po r millones de personas.

GARA quiso contrastar estas reflexiones con varios expertos en la materia de nuestro país. Olatz Altuna es integrante de Soziolinguistika Klusterra y ha coordinado las tres últimas ediciones de «Euskal Herriko kale neurketa». «Para medir la fuerza de una lengua existen múltiples variantes, pero quizás su uso oral sea el más significativo y en el caso del euskara las última investigaciones indican que, aunque haya incrementado, la situación es muy distinta en los diferentes territorios», explica. Subraya que, sobre todo, ese incremento se ha registrado en los ámbitos formales (escuelas, instituciones...) y no así en los informales, donde incluso ha disminuido.

En su opinión, el perfil de los bilingües ha cambiado cualitativamente. «Más de la mitad de los los jóvenes bilingües tienen como primer idioma el castellano, y eso no ocurría hace unos años». Ahora tienen «más facilidad para expresarse en castellano y eso tiene un efecto directo en e l uso».

Otro aspecto que hay que tener en cuenta, en opinión de Altuna, es la necesidad de atraer a las personas emigrantes al euskara. «En los últimos años el aspecto más significante en la evolución social de Euskal Herria ha sido el fenómeno migratorio, y es imprescindible poner más medios para atraerlos».

Andrés Iñigo es el responsable de la sección Jagon de Euskaltzaindia. Reconoce que el euskara ha dado un paso en la calificación de Unesco pero, aún así, coincidiendo con Altuna, afirma que la mayor debilidad reside en el uso. «El conocimiento ha aumentado, pero hay que dar pasos para fomentar el uso del idioma, y para ello son necesarias políticas lingüísticas eficaces y poner más medios, no sólo en educación, sino que también en los medios de comunicación, en el ámbito socio-económico... Ahí es donde hay que incidir más, porque el conocimiento no asegura su uso».

El mal ejemplo francés

El euskara es una de las 28 lenguas que este Atlas incl u ye dentro de los estados español y francés. En el caso del primero, además del gascón, hablado a ambos lados del Pirineo y considerado «en peligro», se citan el aragonés y el asturiano-leonés; ambos se encuentran «en peligro», con unos 10.000 y 150.000 hablantes estimados, respectivamente. Es decir, según el nivel de vitalidad de la Unesco, «los niños ya no lo aprenden en sus familias como lengua materna».

Ni catalán ni gallego presentan riesgos. Tapani Salminen subraya la fortaleza del primero, al que califica como «la lengua minoritaria más fuerte de Europa». Del gallego, subraya la ayuda protectora que le otorga su proximidad al portugués.

En el caso del Estado francés, la histórica defensa a ultranza de su idioma oficial le lleva a ser destacado por la Unesco, dado que buena parte de las lenguas que se hablan dentro de su territorio se encuentran «seriamente en peligro» de desaparición. Son los casos del normando, valón, borgoñés, loreno y bretón (unos 250. 0 00 hablantes calcula para este último). El corso, por contra, con un 64% de hablantes estimado sobre la población de la isla, logra estar ligeramente «mejor», es decir, «en peligro».

Este Atlas, presentado en París en vísperas del Día Mundial de la Lengua Materna, permite hacer búsquedas según múltiples criterios y clasifica las 2.500 lenguas en peligro diferenciadas según cinco grados de vitalidad: vulnerables, en peligro, seriamente en peligro, en situación crítica y extintas (desde 1950).

Algunas de sus informaciones son particularmente preocupantes: de los 6.000 idiomas existentes en el mundo, más de 200 se han extinguido en el curso de las tres últimas generaciones, 538 están en situación crítica, 502 seriamente en peligro, 632 en peligro y 607 en situación vulnerable.

Con todo, la situación que presenta el informe no es sistemáticamente alarmista. Así, Papua Nueva Guinea, el estado con la mayor diversidad lingüística del mundo (se hablan allí más d e 800 lenguas), es también uno de los que, proporcionalmente, tiene menos en peligro (88). Además, hay lenguas que el Atlas señala como extintas y que son objeto de una revitalización activa. Es el caso del córnico (Cornualles) o el sîshëë de Nueva Caledonia, que podrían transformarse de nuevo en lenguas vivas. Ya ocurrió en su día con el hebreo.

Además, según la Unesco, gracias a políticas lingüísticas favorables, ha aumentado el número de hablantes de varias lenguas indígenas. Es el caso del aymará central y el quechua en Perú, del maorí en Nueva Zelanda, del guaraní en Paraguay y de varias otras lenguas de Canadá, de Estados Unidos y de México.

Diez hablantes

El Atlas de la Unesco revela que 199 idiomas cuentan con menos de diez hablantes y que otros 178 tienen un número comprendido entre 10 y 50. Están al borde de la extinción.

Hizkuntza gutxituen gaineko ardura, aurtengoan Nafarroa Oinezek
Etxarri Aranatzeko Andra Mari ikastolak antolatuko du aurten N afarroa Oinez jaia. Prestaketa lanetan buru-belarri ari dira, baina bestelako egitekoak ere hartu dituzte beren gain. Euskararen egoera eta ikastolen lana han eta hemen zabaldu eta ezagutarazi nahi dute, baina gutxitutako hizkuntzekiko duten ardura ere handia da. Jaiaren web orria da horren isla; bertan «Hitzen Bidaldia» izeneko atalean kreolera, miskitoera, mundurukuera edota rapa nui hizkuntzen gaineko datuak eta haien patuaren gaineko xehetasunak ematen dituzte.

GARA

«Si olvido mi lengua materna, para qué quiero mi boca»
Alilet Nemtushkin, un poeta de la minoría china evenki, resumía en unos de sus poemas el sentimiento ante el temor a perder su lengua:

Si olvido mi lengua materna,
y los cantos que entona mi pueblo,
de qué me sirven mis ojos y oídos,
para qué quiero mi boca.

Marie Smith Jones era una anciana nativa india que falleció el 21 de enero de 2008. Con ella, se fue la última hablante de la lengua eyak, localizada en Alaska. Jefa de la nación del mismo nombre, había participado entre 2000 y 2005 en la elaboración del Proyecto Lenguaje Eyak. Y como Marie, con la muerte de Tefvic Esenc en 1992 se extinguió el idioma ubyh, en Turquía; y con la de Ned Maddrell en 1974, le ocurrió al manés, de la Isla de Man. Resulta imposible calcular el número de lenguas desaparecidas a lo largo de la historia de la humanidad. Pero que han desaparecido y desaparecen es más que una evidencia. Sólo desde la llegada de Crsitóbal Colón a América se han perdido 115 de los 280 idiomas hablados por aquel entonces.

Según la Unesco, sólo en las tres últimas generaciones se calcula que han desaparecido unos dos centenares de lenguas. Hoy día, por ejemplo, en el África Subsahariana, cuya poblac i ón usa más de dos mil idiomas para comunicarse, es decir, casi un tercio de todos los del mundo, es muy probable que al menos un diez por ciento desaparezca en los próximos cien años.

El Atlas constata también que India, Estados Unidos, Brasil, Indonesia y México, países con una gran diversidad lingüística, son al mismo tiempo aquellos que tienen más lenguas en peligro. En Australia señala no menos de 108 lenguas en distinto grado de peligro. J.V.

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domingo, 22 de febrero de 2009

Abajo los muros de los cuarteles


Coincidiendo con el 20 Aniversario de la Insumisión los grupos antimilitaristas KAKITZAT y KEM-MOC hemos realizado una concentración, al igual que en las primeras presentaciones de insumisos, a las puertas del Gobierno Militar de Bilbao como forma simbólica de recordar que el 20 de febrero de 1989 se produjeron las primeras renuncias de insumisos al Servicio Militar Obligatorio, en concreto en esa ocasión se presentaron ante diferentes Gobiernos Militares del Estado Español 57 insumisos.



En esta comparecencia pública han estado presentes personas ligadas a diferentes movimientos sociales, profesores de la Universidad del País Vasco y representantes de los sindicatos ELA, CCOO, LAB, ESK, STEE-EILAS, CGT y CNT.

La Insumisión se desarrolló desde el año 89 hasta el 31 de diciembre del 2001 –fecha en que se abolió la mili-. A lo largo de estos 12 años 25.000 jóvenes del Estado Español -12.000 en Euskal Herria- nos declaramos insumisos como forma de apostar por una sociedad con unos valores diferentes a los que imperan en la institución militar. 1.670 insumisos terminaron en la cárcel a lo largo de los 12 años que duró esta movilización social.

Con esta presentación pública, tanto las personas que en su momento participamos en esta lucha, y las personas que nos han acompañado, hemos querido manifestar que hoy, al igual que hace 20 años, seguimos apostando por una sociedad desmilitarizada donde no tengan cabida Campos de Tiro de la OTAN, Acuartelamientos e Instalaciones Militares, Fábricas de Armas, Maniobras del Ejército, Aumento de los Gastos Militares... Nuestros instrumentos de lucha para conseguir estos objetivos son la desobediencia civil y la movilización ciudadana. El ejército profesional es una lacra social que denunciamos en su momento a través de la INSUMISIÓN y seguimos denunciando en la actualidad.
Kakitzat Koordinadora Antimilitarista

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Los anticapitalistas comen terreno a los socialistas franceses



El radical Besancenot desbanca en un sondeo a Aubry, la nueva líder del PS



ANTONIO JIMÉNEZ BARCA - París - 22/02/2009 EL PAIS

Días después de que Ségolène Royal perdiera la elección a secretaria general del Partido Socialista (PS) francés frente a su oponente Martine Aubry, un amigo y militante de su corriente se le acercó y le dijo: "De todas maneras, Ségolène, esto habría sido un infierno. Si hubieras resultado elegida, ellos te habrían hecho la vida imposible. Mira el nivel de odio. Ellos no te habrían dejado respirar ni un minuto".

El socialismo sigue noqueado en Francia y desde 1988 no gana unas presidenciales
Ellos, naturalmente, no son los miembros de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), el partido de centro-derecha del presidente Nicolas Sarkozy; ellos son los compañeros socialistas con los que se enfrentó en la votación. El párrafo no lo filtró tampoco un miembro de la derecha, naturalmente. Pertenece al último libro de Royal, titulado Femme debout (Mujer en pie).

El PS quedó literalmente partido en dos la noche del 22 de noviembre de 2008 en la que, tras un recuento interminable, Aubry se impuso a la ex candidata presidencial Royal por una diferencia ridícula de 42 papeletas en una votación en que participaron más de 130.000 militantes. Aubry se hizo esa noche con un triunfo amargo, cuestionado, conseguido después de un congreso fracasado e inútil y de varias semanas extenuantes utilizadas por todas las corrientes para martillear a las facciones enemigas.

Desde entonces el Partido Socialista, que no gana unas elecciones presidenciales desde 1988, avanza noqueado, intentando recomponerse la cara de los tortazos que se ha dado a sí mismo. Con todo, Aubry ha comenzado a dirigir una oposición centrada en la crítica de la gestión de las medidas anticrisis aprobadas por Sarkozy. En los últimos días, además, hay intentos de aproximación entre las dos corrientes, irreconciliables hace meses. Pero hay un dato revelador que hunde a los socialistas franceses en los más oscuros pronósticos: según un sondeo reciente, los franceses consideran a Olivier Besancenot, el dirigente del Partido Anticapitalista, el mejor opositor político al presidente Sarkozy. El 23% de los encuestados así lo afirmó. Bastante por encima de Aubry (el 13%) y Royal (el 6%).

Así, por un lado, este cartero mileurista admirador del Che y los zapatistas y que propugna sin ningún empacho y sin miedo a parecer rancio la nacionalización de la banca o la lucha de clases, está mordiendo a la izquierda del PS y se consolida como atípico líder de una izquierda francesa descabezada y desconcertada.

Por otro, a pesar de los intentos de Aubry, la protesta callejera consecuencia del malestar social que genera la crisis la están organizando y monopolizando los sindicatos, y no el PS. El pasado 29 de enero las centrales sindicales fueron capaces de movilizar a más de 1,5 millones de personas. Aubry y sus colaboradores asistieron... como invitados.

EL PERSONAJE: OLIVIER BESANCENOT LÍDER DE LA IZQUIERDA RADICAL FRANCESA
El nuevo «enfant terrible»

JUAN PEDRO QUIÑONERO | PARÍS. ABC.
Domingo, 22-02-09

Olivier Besancenot, fundador del recién creado Nuevo Partido Anticapitalista en Francia es un líder joven y carismático que se ha convertido en el fantasma que inquieta a los dinosaurios socialistas, comunistas y conservadores del Partido Socialista.

«Yo no soy un Le Pen de extrema izquierda. Yo soy un militante revolucionario, consagrado a la destrucción pacífica del capitalismo. Se equivocan quienes dicen que soy el mejor aliado objetivo de Nicolas Sarkozy. La izquierda liberal se pierde sola cuando sigue el camino de la derecha...».

Olivier Besancenot (Levallois-Pérret, 1974), hijo de profesores, licenciado en historia, cartero profesional, se ha convertido con ese lenguaje en el fantasma que inquieta al PS, la estrella emergente de los programas de variedades con «vocación social».

«El Nouveau Parti Anticapitaliste (NPA) que hemos fundado no pactará nunca con el gran capital. Nosotros pedimos una subida masiva del salario mínimo, inmediata; la construcción masiva de pisos para los pobres; el abandono inmediato de la energía nuclear...» repite Besancenot, recordando el principio fundacional del NPA recién fundado, con 9.000 militantes: «Nosotros tenemos una orientación revolucionaria. Hay que fundar otro Estado, controlado por los trabajadores».

Con ese discurso, Besancenot consiguió 1 millón 200.000 votos (4.25 %) en las presidenciales que dieron la victoria Nicolas Sarkozy (2007), para convertirse con relativa rapidez en un personaje más o menos carismático.

Se licenció en historia. Para convertirse pronto en responsable de la comunicación de Alain Krivine, secretario general de la difunta Liga Comunista Revolucionaria (LCR), cuando era eurodiputado. Víctima la familia trostkista de tres o cuatro escisiones, Krivine decidió pasar el testigo a su adjunto. Besancenot abandonó su carrera de burócrata trostkista, encontró a la mujer de su vida y se consagró a la política revolucionaria, sin abandonar su trabajo de cartero en la rica ciudad de Neuilly, donde se gana la vida laboriosamente (unos 1.000 euros mensuales), de lunes a viernes.

Ante la sopa de letras de tres o cuatro partidos trostkistas, el dúo Krivine / Besancenot tuvo la idea genial: enterrar la LCR y crear un nuevo partido, el NPA, cuya política reposa esencialmente en la imagen y retórica de Besancenot: el primer líder de extrema izquierda que pasa regularmente en todas las grandes emisiones de variedades, aportando una nota de color, y entonando la lucha de clases.

Besancenot maquilla la reciedumbre de su discurso político con un look moderno: buen corte de pelo; camisetas blancas sin cuello ni mangas; vaqueros; ademanes líricos... «No quiero saber nada de las difuntas burocracias comunistas. Yo defiendo el socialismo ecológico, feminista, anti globalización, anticapitalista. Estoy con los jóvenes, con los huelguistas que nos dan ejemplo de lo que hay que hacer para acabar con el Estado capitalista».

Fin de la izquierda tradicional

La crisis en curso, a juicio de Besancenot, anuncia el fin de los partidos de izquierda tradicionales (PS y PCF). Y él es el único político profesional que está en todas las manifestaciones de protesta. Su imagen de joven serio, grave, una brizna retórico, pasa bien en los telediarios, a los que aporta una imagen menos convenida que los dinosaurios socialistas, comunistas y conservadores.

Su compañera y madre de su hijo aporta al nuevo líder la imprescindible cobertura «comunicacional». Ella, Stéphanie Chevrier, es directora literaria en una editorial importante. Se trata de una ayuda preciosa: en menos de dos años se han publicado media docena de libros consagrados a su hombre y sus ideas, con las consiguientes entrevistas.

Hay quienes piensan que la ascensión de Olivier Besancenot es pan bendito para Nicolas Sarkozy. De hecho, el presidente de la república también lo piensa, y le habría comentado a François Hollande, ex primer secretario del PS, ex de Ségol_ne Royale: «Durante veinte años, la derecha sufrió de la existencia envenenada de la extrema derecha de Jean-Marie Le Pen. Eso se acabó. Ahora os toca a vosotros sufrir los estragos de Olivier Besancenot».


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INSUMISIÓN: Algo más que un aniversario

Estos días se cumplen veinte años de las primera presentación de objetores insumisos en los gobiernos militares. Veinte años de las primeras presentaciones públicas de jóvenes desobedientes, que se negaban a acudir al servicio militar, a colaborar con los ejércitos, con el militarismo y con todo lo que representa. Que decían no a la sumisión, al autoritarismo, al machismo, a las guerras preventivas, a la política de dominación militar de los pueblos, a la resolución armada y violenta de los conflictos, a la carrera armamentística, a la industria militar. Veinte años desde que se pusiera en pie aquella locura maravillosa de desobediencia civil no violenta decidida un año antes por el movimiento de los objetores de conciencia organizados. Una locura, sí, porque no podemos olvidar que se decide en un momento crucial para el movimiento antimilitarista



Los objetores de conciencia habían dejado de ir a la carcel, en espera de que se hiciera una ley que regulara dicha opción. El retraso en ponerla en práctica había hecho que hubiera una bolsa de miles y miles de objetores en espera de lo que se decidiera hacer con ellos, supuestamente los más concienciados, los más experimentados, los que más daño podían hacer al estado y al ejército en su respuesta antimilitarista.

Por eso cuando se decide poner en práctica la nueva Ley de Objeción de Conciencia, que quiería encauzar el problema sin poner en cuestión el sistema, el Estado declara una amnistía dejando exento de cumplimiento a los miles de veteranos objetores, queriendo con ello romper el movimiento y crear una fractura entre los nuevos jóvenes objetores y los antiguos (táctica que irá utilizando una y otra vez en todo el proceso). Lo que no se espera es la reacción del movimiento: DESOBEDIENCIA, INSUMISIÓN.

Una estrategia que muchos tildan de locura, de llevar al desastre a los que opten por ella. Y es verdad, no olvidemos que con la negativa pública a colaborar, con las presentaciones, y asumiendo las consecuencias, el resultado individual era represión y cárcel.

Pero era una locura, sí, MARAVILLOSA. Se pretendía poner en evidencia todo un sistema injusto, asumiendo la represión como mejor forma de ponerlo en evidencia, dejando muchas veces en ridículo al Estado, y ganar apoyos y mayorías sociales. Y fue una locura maravillosa porque en contra lo que se pensaba en los círculos de poder y en la oposición responsable, una parte importante de la juventud de entonces apoyó la idea, se comprometió con ella, y participó activamente en la lucha con aquellos que se animaban a ponerla en práctica. Año a año el número de insumisos aumentaba, y su apoyo social y político se multiplicaba. Hay que recordar que, en un principio, ni los partidos de la izquierda parlamentaria (H.B, E.E, PCE-I.U) apoyaban la idea.

Una locura maravillosa, porque también se demostraba en la práctica que había otras formas de hacer política, de hacer las cosas. Las decisiones se tomaban en asambleas con la participación de todos y todas (esto fue muy importante, porque aunque en un principio se pudiera pensar que era un problema que iba a afectar única y exclusivamente a los jóvenes, el papel de la mujer en este proceso ha sido muy importante, en la toma de decisiones, en la participación en las asambleas, en las movilizaciones). Y siempre con un respeto escrupuloso a la decisión individual final. La decisión estratégica era colectiva, pero la asunción era individual, respetando todas las decisiones (y esto se vió claramente en el momento del plante, del rechazo al 3º grado penitenciario).

La insumisión se gano a la juventud de aquél momento, se ganó a la calle, al sentir mayoritario de esta sociedad. Ni la estrategia del Estado, siempre bien pensada, pudo con ella. Ni cuando aumentó las penas de carcel queriendo hacer una nueva diferenciación entre nuevos insumisos y anteriores (los segundos rechazaban la libertad condicional en solidaridad con los nuevos), ni el último intento del estado, cuando ya le era insoportable mantener tantos jóvenes presos, otorgando el 3º grado penitenciario (“sólo” había que dormir en la cárcel) rechazado con el plante público, con el quebrantamiento de condena y vuelta a la cárcel.

Un movimiento único, que supuso, a pesar de los momentos duros, un privilegio para tod@s aquell@s que pudieron participar en él. Que creó una forma de ser, de pensar, y de actuar por encima de los encuadramientos políticos. Que generó una red de relaciones sociales y personales dificilmente superables. Que nos dejó muchas imágenes en nuestras retinas (insumisos con la mochila en las puertas de los gobiernos militares dispuesto a entrar en prisión, acudiendo a juicios dispuestos a asumir las consecuencias de su acción, renunciando a su salida individual para mantener la lucha colectiva, decenas, centenares de jóvenes apaleados por la polícia sin una sola respuesta, manteniendose sentados con los brazos entrelazados, dejando en evidencia la brutalidad y la sin razón de sus aporreadores y de quienes les enviaban, junto a otras acciones alegres, imaginativas, trasgresoras, que rompían moldes con las formas tradicionales de reivindicacion y protesta) En definitiva, un ejemplo de lucha radicalmente comprometida, radicalmente desobediente frente a situaciones injustas, que ¿por qué no? pudiera ser trasladada a otros ámbitos de la lucha política y social.

Mariano Gómez Sanz


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jueves, 19 de febrero de 2009

Una izquierda anticapitalista vasca, ¿por qué no?



Por MARCE FRAILE, GORKA RAMOS,
DIEGO CALVO y MIKEL ARIZMENDIARRIETA
Militantes de Ezker Alternatiboa-Ezker antikapitalista




Esta convocatoria electoral debería de servirnos para, en lugar de guiarnos por el último lema del marketing electoral y emitir un voto rutinario; o, como mal menor, para realizar una reflexión y evaluación de la situación en que vivimos, la actuación de los partidos políticos y las propuestas de futuro que dicen defender.



La clave es cómo piensan actuar las fuerzas políticas que se presentan y qué respuestas se aplican ya ante la evidente crisis de sistema capitalista y la involución progresiva de las libertades democráticas y civiles.

El pasado enero, 110.000 personas se registraban en el paro (cantidad que solo acaba de empezar), más de un 20% sin recibir prestaciones. El indicador de riesgo por ausencia de bienestar de la población en el 2008 era del 23,1 por ciento, un total de 184.237 hogares, con unas 454.089 personas implicadas (según GV). Se calcula que 900.000 personas carentes de trabajo subsisten con ingresos inferiores al nivel de pobreza. Y mientras las rentas del capital suben más de 2,6 puntos del PIB, y las del trabajo bajan en más de 5 puntos.

En la campaña los candidatos son ajenos a esta realidad y pretenden aturdirnos con proclamas mediáticas sobre la alternancia, el cambio o el pacto. Pero el gobierno tripartito (PNV, EA, EB-IU) y el PSE han venido aprobando, conjuntamente, los Presupuestos económicos actuales; que en relación al gasto social, no solo nos mantienen 8,3 puntos por debajo de la media Europea o a 2 puntos de la media del Estado español, sino que sistemáticamente se han venido recortando contra el aumento de las necesidades.

Hoy en día es escandalosa la política de reducción del impuesto de sociedades al 28%, la supresión del impuesto de patrimonio, la aprobación de cientos de expedientes de regulación EREs, las subvenciones a la enseñanza, a la sanidad privada y a las grandes empresas.

Los banqueros, empresarios y partidos políticos que nos gobiernan desde el Estado español o desde el gobierno tripartito tienen bastante responsabilidad ante este panorama social y vital tan poco halagüeño que han creado. Zapatero e Ibarretxe han adoptado como medida de solución a la crisis la transferencia de los fondos públicos, para sostener los intereses bancarios y de las cajas. Mientras éstos obtienen beneficios, esto luego no se revierte encréditos a las familias, ni a las empresas que no prometan aumentar al doble sus beneficios.

Esta amenazadora extensión de la pobreza, la creciente injusticia y desigualdad social y la destructiva e ilimitada expoliación natural con las grandes infraestructuras TAV, Supersur, etc… que están en marcha, hacen temblar la estabilidad social, el equilibrio ecológico y las expectativas de una vida digna para la mayoría de la población en Euskal Herria. Si a esto le añadimos la desmoralización y frustración que arrastramos la población vasca en torno a la negación del derecho a decidir nuestro futuro, la indecente ilegalización de formaciones políticas como D3M y Askatasuna y la viciada espiral continua de represión y violencia armada de ETA, el panorama es más que sombrío.

Hoy, a la ciudadanía de izquierdas, el sentido común nos dicta que lo que se impone es que impulsemos la organización, la participación y la movilización social, para aplicar un conjunto de soluciones de emergencia en el terreno de las alternativas radicales al capitalismo y la democracia que nos permitan revertir esta situación.

Además cada días somos más los jóvenes y no tan jóvenes anticapitalistas que no nos sentimos representados por ninguna de las fuerzas políticas existentes, y al igual que en otros puntos de Europa y del Estado español estamos decididamente trabajando desde la base social, los movimientos y la izquierda por la formación de nuevas herramientas de acción política, democráticas y no institucionalizadas, que nos permitan superar este sistema capitalista decadente e irracional que nos avoca permanentemente a la destrucción y la barbarie.

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miércoles, 18 de febrero de 2009

Arkakusoen jauziez

Joseba Azkarraga Etxagibel

Ba omen dator demokraziaren festa. Badator txeke zuria sinatzeko unea. Laster jakingo dugu zakurren arkakusoek edo katuenek, zeintzuk egiten ote duten jauzi handiagoa, halakoxea baita espektakulu mediatiko bihurturiko gure demokrazia eredua (are, zirkuko agertokian guztiek lekurik ez dutenean).



Polisaren antolamendua erdigunean jartzeko erritua behar zuen. Politikarien zorri eta arkakusoen jauziez haratago, politikaren muineko galderak uste baino altuera handiagoa baitu: Zein da bizitza ona? Zelan bizi nahi dut/dugu? Zein proiektu indibidual eta kolektibok merezi ote du bizitzeak? Hortxe, Politika, letra larriz, ez espektakulu larregiz.
Galdera potoloegiak? Ez nuke esango momentua gutxiagorako denik: munduan, eredu ekonomiko, sozial, kultural, moral, energetiko eta ekologiko baten porrota begi aurrean dugu. Eta, polisari buruzko debatean, era horretako krisi sistemikoek behar lukete unerik aberatsenak. Baita euskal polisari buruzkoan ere, partea (euskal gizartea) osotasunean dagoen bezalaxe (mundua), osotasuna partean kondentsatzen baita.
Besterik da euskal politikaren eremutxoan garaiz konturatzen ari ote garen sistemaren pitzaduraren tamainaz, sakoneraz. Politiko profesionalen agendetan zulo kognitibo itzelak baitaude, eta debatea zinez pobrea da, ondorioz. Herritarren zuloak ez dira gutxiagorako: “Begira, arkakuso horrek jauzi polita eman du” dio oraindik aspertu ez den herritarrak, espektakulo mediatikoaren argiek itsuturik.
Demagun, politikaren sakoneko galderak planteatzen direla hauteskundeotan. Esaterako: Zorriez gain, zorra nahi al dugu gure bizieraren oinarrian? Kontsumismoa nahi al dugu gure eredu ekonomiko eta kulturalaren erdigunean? Mundua txikitu den honetan, euskararen herriak biziraun ahal izango du hegemonia gune sendoak sortu barik? Umeen hazkuntza jarri nahi al dugu lehentasunen zerrendan? Hazkunde ekonomiko etengabearen paradigma, betegarria bai, baina bateragarria ote da biosfera mugatu batekin?
Gaur Progresoa ulertzeko dugun modua (etengabeko hazkunde ekonomikoa), soluzioa ala galbidearen muina ote den galdetzeko adorerik ez dago euskal politikagintzan. Beharbada ez dago Europa osoan. Galdera lotsagabe horrek kalte egingo bailioke boto kopuruari. Eta, halere, duda egiten dut ba ote dagoen galdera garrantzitsuagorik.
Garaiz omen gaude mundua birnorabidetzeko, eutsigarritik jotzeko etsigarritik baino. Ordea, krisi sistemikoaren aurrean politikari askok gehiago kontsumi dezagun eskatzen digute. Eta ni, beharbada xalotasun pixka batekin, zain nago politikari profesionalen batek noiz esango kontsumo-gizartea irrazionaltasunari eraikitako monumentua dela; are, izadiaren aurkako krimen izendatu beharko genukeela (naturaren, hurkoaren eta niaren kontrako krimena baita).
Bada, ez: gaurko errespetagarri gehienek belarriekin txalo egiten dute sistema ekonomiko, sozial eta kultural horren alde. Eta, gainera, suari egur gehiago bota nahi dion piromanoaren antzera joka dezagun eskatzen digute. Eta herritarrok, jokoan blai: “Begira, oraingoan jauzi handiagoa egin dezake arkakuso malapartatu horrek”.
Ikasle batek, azterketa idatzian Gandhik aspaldi esandakoa irakatsi zidan: “Munduko biztanle guztiak modu duinean asetzeko beste baliabide, izan, badugu; ez, ordea, gutxi batzuen kapritxoak betetzeko lain”. Datu funtsezkoa da. Eroan dezadan xalotasuna goialdeetara: gauzak horrela, 1848an John Stuart Mill-ek zioen moduan “bizitzaren artea perfekzionatu” behar genuke, “progresatzeko artearen kezkarekin hain xurgaturik” bizi ordez.
Martxoak 1, herritarrok bozkatzeko eguna. Ea hurrengo lau urteetako egun guztiak jardun politiko aktiborako diren. Ea politikaren objektu barik, subjektu izateko diren. Bakoitza bere modura, abian herria. Polisa egunero eta ekintza ororen bidez egikaritzen ari baikara.


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