Mostrando entradas con la etiqueta Internacionalismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Internacionalismo. Mostrar todas las entradas

sábado, 31 de enero de 2009

Una muy digna rabia


Joxe Iriarte, Bikila

Rebelión

Amorru Duinaren I. Mundu Jaialdiaren partaideak eta EZLN-ko kideak. Niretzako ohore handia da, zuen artean egoteko gonbidatua izana. Mila esker.

Estimados compañeros y compañeras, presentes en este festival de Digna Rabia. Miembros del EZLN. Es un gran honor estar entre ustedes.

De entrada, PERMÍTANME exteriorizaros la gran satisfacción que me supone poder compartir con ustedes mis opiniones sobre una serie de temas, justo en un momento en que el sistema capitalista ha entrado en crisis, y empiezan a brotar nuevos estallidos de Rabia, hasta en la propia Europa, como son la rebelión de la juventud griega que todavía colea, o las movilizaciones de protesta que se expresan en estos momentos contra la agresión Israelí contra Gaza.

Rabia que se puede expresar de muchas formas, a golpe de manifestación, de barricada y cócteles molotov contra los cuerpos represivos, o las entidades bancarias, símbolos por excelencias de sistema capitalista, pero igualmente mediante formas de resistencia pacifica o de desobediencia civil, como lo fue el movimiento por la insumisión al servicio militar obligatorio en el estado español que termino en victoria (ahora nos falta lograr que los mercenarios profesionales que han sustituido al viejo ejercito de recluta salgan de Afganistán y demás lugares donde están presentes); o de otras formas producto de las diferentes realidades; pero así mismo, con serena rabia, analizando, reflexionado, dialogando, preparando las armas teóricas, y las estrategias para dar vuelta a la tortilla, como decimos en nuestro país. Esto es, con el corazón caliente y la cabeza fría.



Y como no, con la alegría y desbordante vitalidad que observo en los múltiples espacios, actos y festejos, que componen este festival.

Este festival de la Digna Rabia, en tanto que lugar de encuentro de diferentes experiencias, y también opiniones, (pues la izquierda ha sido, es, y será siempre plural) supone un acontecimiento gozoso y esperanzador, como lo fue a otro nivel, hace 15 años, la irrupción del EZLN en la esfera nacional y mundial, justo al poco de la caída el Muro de Berlín y la proclama del “nuevo orden mundial” por parte de Bush padre, lo cual para los voceros del sistema suponía el “fin de la historia”, o el no va mas del desarrollo de la humanidad. Acontecimiento que por su dimensión y enfoque que suponía en soplo de aire fresco, y sobre todo, daba la razón a esa metáfora tan querida de Marx, de que la revolución, o la rebeldía, es un topo que cuanto menos se piensa irrumpe a plena luz.

Ósea, creando y reinventado HISTORIAS.

Topo, este, de la llamada a la revuelta y la revolución, que debe brotar por todo el mundo y con más fuerza si cabe. Y es que a DIFERENCIA de 1994, donde el neoliberalismo, la ideología que en aquel momento guiaba el capitalismo, y ACOMPLEJABA a la mayoría de la IZQUIERDA (que descubría las excelencias del “libre” mercado y las privatizaciones, lo cual a mas de un ministro de izquierdas le llevo a gritar ¡enriqueceos!; ósea, robemos) estaba en plena expansión, hoy esta en bancarrota, y el sistema capitalista EN PLENA CRISIS. Por ello que nuestro reto sea infinitamente mayor. Esto es, no se trata solo de resistir, sino de luchar por un cambio de paradigma a escala global.

Parafraseando el mensaje del Che a la Tricontinental, deberíamos de gritar hoy: creemos, diez, veinte, mil… rebeliones a la griega, insurrecciones a lo EZLN, ocupaciones de tierras y de fabricas, huelgas generales, ¡contra el capitalismo y por la humanidad!

Esta es mi modesta opinión.

De hecho, frente a quienes desde distintos foros del sistema abogan por un supuesto capitalismo ético (¿cabe contradicción en sus términos más flagrante?), incluso por su refundación, hay que afirmar sin ambages, ¡qué no! Que lo que queremos es darle la estacada mortal.

Por varias razones: Razones éticas, ya que el capitalismo, ese sistema que surgido hace unos 500 años (cuya acumulación primitiva lo realizo a costa de la colonización del continente que bautizaron con el nombre de América) y que según Carlos Marx, surgió “chorreando sangre sudor y lagrimas por todos los poros de su piel”, no ha dejando de generar todo tipo de guerras y calamidades, depredando la naturaleza hasta provocar efectos tan desoladores como el cambio climático. Y que además, cada cierto tiempo entra en crisis, con dramáticas consecuencias (bancarrotas, paro, hambrunas y guerras) ya que el capitalismo lleva la crisis inscrito en sus genes.

Y por pura supervivencia, razón tiene Hugo Blanco. La sentencia de Rosa Luxemburgo, “¡Socialismo o barbarie¡ es, desgraciadamente, más actual que nuca, vistos los peligros de nuevas guerras y conflagraciones, y por la velocidad que esta alcanzando la degradación medio ambiental y la catástrofe que de ello se deriva.

Por lo tanto, nos debemos dotar de un enfoque que contemple un cambio de sociedad en el horizonte, que llamaremos revolución (que no sabemos cuando y como se realizara), y a la corta cambios o reformas, cuanto, mas profundas y rápidas sean mejor.

Las reformas, como la agraria, o las llamadas institucionales, o de gestión de la economía, son también necesarias. Una crisis puramente destructiva, sin alternativas positivas a la corta, también nos perjudica, ya que a falta de medidas efectivas serán los sectores más desfavorecidos los que más sufrirán sus nefastas consecuencias, y además, una crisis sin salida, con un cambio negativo de la correlación de fuerzas, pueden abrir las puertas al fascismo, al racismo y la xenofobia, amen de guerras y todo tipo de dictaduras. Recordemos la década de los 30, justo después de la Gran Depresión.

Los viejos debates sobre si la superación del capitalismo seria mediante reformas sucesivas, o vía revolución, hoy no tienen sentido. Los antiguos reformistas dejaron de serlo para convertirse en gestores y lacayos del capitalismo, siendo la izquierda radical quienes exigen reformas radicales que hagan de puente hacia la orilla socialista. Ciento es que lo de puente es pura metáfora. Ya que la experiencia nos demuestra que son imposibles los tránsitos pacíficos y sin ruptura hacia el socialismo. Recordemos CHILE! Y no porque no fuese deseable, sino por imposible. Las Clases DIRIGENTES NO SE DEJARAN EXPROPIAR SOLO MEDIANTE VOTOS. EXIGIRAN PELEA. ¡Y LA TENDRAN!

Lo vemos en el presente. Los financieros causantes de la crisis, ladrones y sinvergüenzas de todo pelo quieren que paguemos nosotr@s los efectos de la crisis por ellos creada.

Todo gobierno burgués y capitalista, sea neoliberal o keynesiano, está por privatizar los beneficios y socializar las perdidas. Y en ese sentido van todas las medidas anticrisis que están tomando. Nosotros debemos de luchar y exigir lo contrario. Por ejemplo, la nacionalización de la banca y los sectores productivos y ponerlos bajo control de trabajadores, usuarios y depositarios.

Paralelo a los objetivos sociales y económicos debemos luchar por el mantenimiento o a ampliación de la democracia, según realidades y países.

Además de explotador, el capitalismo cuando lo ve necesario no duda en potenciar sistemas como el fascismo, el nazismo, y todo tipo de dictaduras militares. En los países llamados del primer mundo, al poco de la II Guerra Mundial, por la correlación de fuerzas surgida de la II Guerra Mundial, los capitalistas aceptaron el llamado Estado de Bienestar, en cuyo seno se lograron importantes conquistas democráticas. Pero la contrarrevolución liberal, consiguió invertir esas conquistas, y que sus negocios quedasen fuera del control y o la ingerencia de las instituciones “democráticamente” elegidas, y por supuesto, de las organizaciones de defensa de los asalariados.

El capitalismo hoy, presenta su verdadero rostro, exigiendo a los estados que le que saque de la crisis. Estados, que en su formato o fase neoliberal no han dejado de adelgazar en su vertiente social, pero fortalecerse en el terreno represivo (leyes que restringen derechos, readecuación de sus policías y ejércitos, etc).

El ejemplo mas claro lo vemos con relación a la llamada lucha contra el “terrorismo”. Por doquier crean espacios de impunidad, Guantanamos de todo tipo, donde se conculcan derechos humanos. EL estado español, no es una excepción. Es mas, ha sido una avanzadilla al utilizar leyes llamadas antiterroristas, propiciando medidas legislativas para ilegalizar partidos políticos vascos y cerrar diarios como EGIN y Egunkaria (el único diario en lengua vasca, que felizmente ha sido reemplazado por otro nuevo gracias al apoyo popular), a la vez que han permitido que en sus comisarías se siga interrogando mediante malos tratos, incluso con torturas, como lo demuestran las denuncias de Amnistía Internacional.

Represivo y además opaco. Cuanto más inexpugnable, más opaco se vuelve el estado burgués para el ciudadano, y este mas transparente e indefenso. Utilizando una metáfora, diríamos que el Estado se asemeja al radiólogo que oculto tras el aparato de rayos X ve todas nuestras entrañas mientras nosotros no podemos verlo a él

Nos han hecho creer además, que ciudadano de los países desarrollados es igual a consumidor pasivo, pero que nada tiene que decir a la hora de decidir que producir, como producir, para que producir, aduciendo que es el mercado (según la ley de la oferta y la demanda) el encargado de hacerlo. Cuando en realidad, el consumo es inducido por la mercadotecnia, que no tiene mas objetivo que el beneficio (ocultando sus efectos depredadores sobre personas y ecosistemas).

Su modelo perfecto de ciudadanía consumista sería la híper obesa población estadounidense, auténticos pavos cebados con el hígado hipertrofiado del cual extraerán el paté, ósea, el beneficio.

Claro que lo para algunos, es consumo artificial y desordenado, para otros supone hambrunas, epidemias, emigraciones masivas, como las que se asoman a las costas europeas cada vez más repletas de murallas y muros de topo tipo. Ya lo dice un dicho vasco: gutxiren asea, askoren gosea! ¡Hartazgo de unos pocos, hambre de muchos! Los muchos es la mayoría de la humanidad.

Por tanto, cuanto antes acabemos con el capitalismo, menos dolor y más probabilidades tendremos de instaurar un sistema socialmente justo y ecológicamente más sostenible.

II

Pero para acabar con el capitalismo nos harán falta estrategias adecuadas, acumulación de fuerzas y voluntad de victoria.

Nada más erróneo que pensar, que las crisis, incluso las que suponen un derrumbe momentáneo del sistema (como ocurrió en el crac del 29-33) traerán por sí mismas la liquidación o superación del sistema capitalista. Las lecturas teleológicas, sobre la inevitabilidad de su desaparición, producto de sus contradicciones internas, como las que realizó la socialdemocracia de principios del siglo XX, así como ciertos marxistas deterministas se han demostrado erróneas. El capitalismo es lo suficientemente fuerte, versátil y dotado de recursos, entre ellos los de los Estados, para reflotarse cargando a terceros lo efectos de la crisis, que si no se le obliga a lo contrario nos llevara al desastre una mil veces, hasta que la cosa no tenga ya remedio (esa es la lección de la Revolución Rusa, a pesar de su desenlace final). No en vano dispone también a su favor todos los recursos del Estado burgués.

Nada será posible sin lucha. Sin articular una línea de resistencia en la calle, en las fabricas y también en las instituciones. Remarco esto, porque en Europa tiene su importancia el ocupar espacios institucionales, sin los cuales es muy difícil lograr una audiencia popular, incluso sacar a la luz muchas de las tropelías del sistema, ocultas a la población. Aunque difícil, no es imposible salir tal como se entra. Sin ningún beneficio material y con el mismo espíritu de lucha. Lo digo, con el ejemplo de cuatro años, que no son muchos, de experiencia institucional, y que desde luego no es única.

Experiencia basada en la independencia de objetivos, sin pactos (salvo casos excepcionales) con los partidos burgueses, y mucho menos formando gobierno con ellos. Experiencia que combine dentro y fuera de las instituciones la defensa de lo mejor del Estado del Bienestar compatible con la justicia social y el desarrollo sostenible (que incluye el frenazo de muchas áreas productivas y modos de funcionamiento socialmente innecesarios) y avances cualitativos en el control de los recursos productivos, económicos y energéticos que deben formar parte de la agenda política y de la actividad social de la ciudadanía.

Y para luchar se hace necesaria la autoorganización independiente y soberana de los movimientos sociales, en cuyo seno los militantes deben de trabajar respetando y promocionando su autonomía. Esta idea no es nueva. Esta presente en los libertarios de siempre, en el propio Carlos Marx, quien dijo que “la liberación de los trabajadores seria obra de los trabajadores mismos” siendo los comunistas, “su fracción más consciente”. Nada que ver, con la nefasta idea de las vanguardias autoproclamadas, sean civiles o armadas, que consideran los movimientos sociales meras correas de transmisión de sus políticas. De esto tenemos sobrada experiencia en el País Vasco.

Pero también, hemos conocido experiencias contraías, como la que viví durante los años 1977-79, en mi pueblo Errenteria, donde existió una asamblea popular, que en los momentos álgidos agrupaba 5000 luchadores representantes de fabricas, sectores populares, vecinales, y donde las decisiones se tomaban (a veces, como en todo acontecer humano, cometiendo errores importantes, que en no siempre sabíamos apreciar) en el plenario de la asamblea y tras conocerse las opiniones de sus representados. Y lo hacíamos, hasta con el pueblo rodeado por la policía presta a intervenir.

III

Lucha y resistencia, coherencia entre fines y medios, imaginando una sociedad diferente, con nuevos valores acordes con lo que defendemos.

Durante el periplo neoliberal, salvo honrosas excepciones, la izquierda dejo de ser izquierda. Y la que perduro, también salvo excepciones, perdió o el atrevimiento, o la capacidad para imaginar una nueva utopía que le sirviese para animar las luchas del presente y alumbrar la sociedad del futuro. Sin duda en ello contribuyo, el síndrome producto del derrumbe del mal llamado socialismo real que nos arrastro incluso a los que desde lejos fuimos extremadamente críticos con dicho modelo, y sobre todo el acomplejamiento, de quienes desde su arrepentimiento proclamaban que el capitalismo y a democracia liberal era “lo menos malo, o, el mejor de los mundos posibles”.

Es hora de cambiar de tercio.

En primer lugar, recuperando el impulso ético, la honestidad y la coherencia, que siempre han estado (lo mismo que lo contrario, la degeneración y la corrupción) en la izquierda revolucionaria. Impulso ético acorde a la causa de los oprimidos, que es siempre de proyección humanista y naturaleza democrática, y que no busca el beneficio personal. Un revolucionarismo carente de humanidad, que utiliza cualquier medio, incluido él más sangriento y bárbaro, para alcanzar el supuesto fin (aunque sea colectivo), tampoco vale. No digamos del mesiánico que pasa por encima de las personas, pueblos y clases reales, arrogándose una representación que no tiene, lo cual le conduce a grave errores y degeneraciones. La experiencia de lo que fue el llamado socialismo real, debe estar tan presente como la critica al capitalismo. No en vano, duro casi un siglo, y sus efectos los arrastramos todavía.

En segundo lugar hay que rescatar, regenerar, refundar la idea del socialismo. El socialismo, (o como se quiera llamar en el futuro la sociedad alternativa) no puede ser una mera proclama a usar en las grandes efemérides. Debe de ser un proyecto alternativo para los momentos críticos, que además de luchar por objetivos inmediatos, abogue y luche por otro mundo basado en otras reglas y valores más acordes con el respeto de los derechos humanos (individuales y colectivos) la solidaridad, la libertad, la igualdad y la fraternidad. Objetivos proclamados por las izquierdas desde hace dos siglos y hoy todavía sin conseguirlos.

Un proyecto que aprendiendo de sus errores, además de se ser humanista, sea respetuoso con Ama Lur, la tierra madre. Para el capitalismo, la tierra y la persona es mercancía que se compra y se vende para obtener beneficio. Pero el socialismo burocrático, no fue en muchos casos mejor. Creyeron el equilibrio del terror. Participaron de lleno en la carrera armamentística, capaz de destruir todo el planeta. El uso irracional de los recursos naturales y de tecnologías contaminantes, la prepotencia burocrática produjo el accidente nuclear de Chernobil o la desecación de lago Aral. China ha construido la macro-presa de la Tres Gargantas, cuyos desastrosos efectos sobre el medio ambiente y las personas afectadas, puede ser incalculable. Eso no lo podemos olvidar.

El socialismo no puede ser confundido como un proyecto desarrollista, partidario de la superación de las contradicciones que impiden al sistema capitalista el desarrollo ilimitado de las fuerzas productivas (en realidad destructivas), tal como se malentendió en el pasado por un cierto marxismo economista e híper desarrollista. Debemos evitar que el mundo natural y el humano choquen entre sí.

Supone para mi un terrible dolor contemplar la destrucción de ecosistemas de gran valor y extraordinaria belleza, y sobre todo el de neutro entorno diario saturado por infraestructuras de todo tipo, siendo este tema uno de los terrenos de mayor conflicto entre ecologistas y el sistema. Concretamente, en el País Vasco, la Lucha contra el Tren de Alta velocidad (cuyo alto costo económico repercutirá negativamente en el terreno social, y su impacto medio ambiental será terrible) esta generando una amplia respuesta articulada en una coordinadora que agrupa partidos sindicatos, organizaciones populares y ecologistas que han sido capaces de lograr una gran audiencia en la sociedad.

Un proyecto humanista y mundial que conserve y defienda y la pluralidad y diversidad lingüística y cultural. Modernidad y tradición (que no tradicionalismo), son dos caras de la misma moneda, que a su vez tiene su lado luminoso y su lado oscuro. En nombre de la modernidad y del universalismo se han destruido pueblos y culturas, pero en nombre de la tradición protegido ritos e intereses de poder, como la ablación de las mujeres africanas, o la venta de hijas por sus padres.

No es lo mismo internacionalismo, esto es la solidaridad entre las clases y los pueblos oprimidos que el cosmopolitismo supuestamente “anacional”, generalmente imperialista, o incluso, falsamente izquierdista, producto de una mala o interesada interpretación de aquel eslogan, ¡los obreros no tienen patria! Cosa cierta cuando se trata de las patrias imperiales (Marx lanzo tal consiga para denunciar a las burguesías que en nombre de la patria utilizaba a los trabajadores como carne de cañón); pero no cuando se trata de reclamar para el pueblo trabajador la soberanía de las tierras y el disfrute de los propios recursos y desarrollo sus propias culturas. Creo que esa, era la idea de Sandino cuando proclamaba una “Patria de hombres y mujeres libres! O de Zapata y su grito ‘¡Tierra y Libertad!

La antigua Unión Soviética y la China Popular, no fueron ejemplos de lo que podríamos llamar internacionalismo interno y externo: deportaciones de minorías consideradas traidoras, asimilación más o menos forzosa de lenguas y culturas, todo ello en nombre del socialismo.

Como vasco, siento el mismo apego a mi lengua propia que el que tenéis las comunidades indígenas a la vuestra. Y sé que la desaparición de la misma no se produce de forma espontánea sino por opresión. No hace tanto tiempo, durante la dictadura franquista ya antes de ella, a los niños que hablaban vasco en horas escolares, los maestros les ponían un anillo al dedo, con el objeto de que si para el final de clase no se lo habían puesto a otro compañer@ que hiciese lo mismo que él, sufriese castigo. Así además de humillante, el sistema del anillo creaba una red de obligada complicidad.

El terrible estado en que quedo la lengua vasca durante la dictadura franquista, empujo a mucha gente a construir escuelas que en un principio fueron clandestinas, posteriormente permitidas pero aunque no legales (lo cual atenuaba la represión pero no el gasto económico). En el presente, el vasco es la columna vertebral de la enseñanza pública de la Comunidad Autónoma de Euskadi, en parte gracias al pasado esfuerzo (político y cultural), pero solo lo es de forma deficiente y territorialmente limitada, en la Comunidad Foral de Navarra, y solamente privada, aunque legalizada en las tres provincias de Iparralde (ubicadas en la Republica francesa). [1]

Nuestro problema no es solamente cultural. Los vasc@s, en tanto que ciudadan@s, no pueden decidir libremente su futuro nacional. Se nos obliga a ser españoles o franceses, sin que podamos dar nuestra opinión al respecto, constitucionalmente negada. Y los que así nos vemos y pensamos, no pedimos más que el mismo derecho de los españoles y franceses para ser europeos en pie de igualdad.

Cierto es que las burguesías, y las elites, nacionales, suelen utilizar tales reivindicaciones en su beneficio, hablando en abstracto de construcción nacional y en concreto de sus intereses particulares. Lo mismo diría de los caciques y dirigentes tradicionales de muchas comunidades indígenas. Por eso nuestra idea de construcción nacional esta vinculada a un proyecto de izquierdas diferente a las de nuestra propia burguesía. Y sobre todo, como un proyecto nacional, abierto y solidario a otros pueblos. Por esos defendemos el derecho a la autodeterminación nacional, como un principio democrático que debe formar parte de todo programa de izquierdas.

Digo esto, porque si bien en el pasado al alimón de los movimientos anticoloniales y antiimperialistas, así como durante el periodo que se conoció como la “Primavera de los pueblos del Este de Europa”, tal demanda gozo de gran predicamento en la izquierda radical y anti-imperialista (no así en la social democracia, siempre plegada a los intereses de Estado); tras los posteriores acontecimientos en lugares como los Balcanes, se observa un notable desafecto.
Muchas gentes de izquierda antaño partidarias de tal concepto, hoy ven con recelo las propuestas autodeteminacionistas, y no digamos nacionalistas. Sin distinguir entre distintos nacionalismos, y sin darse cuenta que rechazando todos –supuestamente-, caen bajo la influencia de los nacionalismos dominantes. Los del estatus quo.

Esto no quita, que en efecto, no prestemos atención a los peligros presentes en todo nacionalismo (como el internacionalismo según se utilice tiene los suyos, en nombre del internacionalismo proletario el estalinismo hizo barbaridades), incluido el de los pequeños. No es infrecuente en la historia, casos de pueblos oprimidos convertidos en opresores de otros pueblos o de sus propias minorías. Un caso extremo es sin duda, el sionismo, surgido con la intención de agrupar la población judía dispersa por el mundo, frecuentemente utilizada como chivo expiatorio, y que con el nazismo sufrió un autentico holocausto y que termina convirtiéndose en potencia ocupante e imperialista, espejo invertido de sus antiguos verdugos.

Ningún pueblo o nación, grande o pequeño es homogéneo, ni esta exento de minorías o de pluralidades diversas, máxime en momentos de grandes emigraciones económicas, guerrás y calamidades.

Incluso hay que reconocer, que tal pluralidad, dificulta no pocas veces la puesta en marcha de un proceso autodeterminativo, dado que puede darse ideas diferentes en torno a la conveniencia o no de su ejercicio. El derecho de autodeterminación, no es una varita mágica. Pero es la única, la mejor, o si se quiere la menos mala de las soluciones.

Me extenderé en ello:

Supone el modo más razonable de solucionar democráticamente un conflicto de aspiraciones nacionales diferentes y lograr una sociedad mas cohesionada, más integrada y aunque respetuosa de su pluralidad. Es además, es un buen un punto partida para toda la sociedad de la nación oprimida en la medida de que no supone de entrada, una opción determinada (nacionalista o unitarista) sino el auto-reconocimiento por parte de toda la sociedad, en nuestro caso la vasca, de su mayoría de edad para poder decidir con toda libertad la relación con las naciones limítrofes y como solucionar sus problemas internos.

Un pueblo que, decide lo que decide (separase o reunificarse) al hacerlo de forma democrática y sin injerencia alguna, genera mejores condiciones para su cohesión interna y relaciones externas. Nostr@s queremos buenas y amistosas relaciones con España y Francia. Ello solo es posible en pie de igualdad. Ello ayuda además ha hacer causa común en otros temas, inherentes a la condición de izquierdas. Fruto de ello es nuestra admiración y amistad con militantes como Jaime Pastor y Olivier Besacenot y las organizaciones que representan en los Estados Español y Francés

Las virtudes de un proceso autodeterminativo no se limita a lo nacional, puesto que su ejercicio alienta valores y aspiraciones que engarzan con el ideal libertario e igualitarista, de un mundo formado por pueblos y personas libres, que eligen en libertad sus formas de gobiernos y sus relaciones sociales. De ahí, que siempre estuviese presente en el diccionario de los movimientos progresistas y no de los conservadores o reaccionarios.

Y sobre todo engarza, con la democracia en su sentido mas fuerte, de autogobierno y auto actividad popular, bastante asentada en la cultura y de las sociedades occidentales (aunque muchas veces conculcada con guerras, golpes, fascismos y dictaduras varias): que el pueblo decida libremente es un argumento fuertemente democrático, y si además así ocurriese, difícilmente objetable, tal como afirmaba el Tribunal Constitucional de Canadá respecto a una hipotética mayoría en Québec.

En lo relativo al sujeto. “El sujeto de la autodeterminación debe ser, en principio, toda la ciudadanía del territorio nacional que pretende autodeterminarse, los nacidos y los no nacidos en él, los partidarios de la independencia y los contrarios”. Y con esto quiero aclarar, que para nosotros es ciudadano vasco- por tanto sujeto de derecho- quien vive y trabaja en el país vasco, haya nacido donde haya nacido.

Otra cosa es, si tal proceso autodeterminativo se pueda o deba realizar al mismo tiempo en los siete territorios, o de forma discontinua acorde a los ritmos exigibles por las voluntades de dichos territorios. Tema este, harto complicado en la actual situación.

La autodeterminación el camino. La soberanía plena, el objetivo. Todos/as somos conscientes, que en el mundo de hoy, la soberanía nacional-estatal, esta sufriendo fuertes limitaciones, hasta el extremo de que salvo por parte de determinados países (imperios que deciden sobre otros y no permiten que nadie se inmiscuya en lo suyo, por ejemplo, la política de los USA ante Irak) se hable mas de soberanías compartidas, que de soberanías totalmente independientes (prueba de ello es el proceso de Construcción Europa).

En efecto, son muchos los poderes surgidos en la era de la globalización, tales como las instituciones transnacionales, los pactos entre Estados, intereses geopolíticos, los cuales, sea, por “libre” aceptación sea, por imposición, condicionan y limitan la soberanía de los estados nacionales, y no digamos de las gentes y los pueblos sin Estado propio.

Y sin embargo, para nosotros, sigue siendo un objetivo pertinente por nuestra condición de pueblo minorizado que quiere situarse en pie de igualdad con las demás naciones que conforman Europa, y sobre todo, para que poder enfrentarse mediante políticas sociales y económicas a los desmanes desreguladores y culturalmente homogenizadores de la globalización capitalista, posibilitándose así la articulación social y nacional de la ciudadanía de Euskal Herria.

Muchos nos preguntan. ¿Qué sentido tiene en la era de la globalización, y en concreto en la de la construcción europea abogar por un Estado soberano, incluso independiente? La respuesta, es: el mismo sentido que mantener los actualmente existentes. Con el argumento añadido de que son un marco mas adecuado para “construir relaciones sociales”, según expresión de Michael Keating.

Los Estados al estilo del Estado español, además de los inconvenientes anteriormente reseñados, no aportan ninguna ventaja derivada de su mayor tamaño respecto a las naciones que oprime, a la hora de buscar soluciones a problemas que solo pueden darse a escala más amplia. Sin embargo tienen el inconveniente de, de ser demasiado grandes para “conformar sociedades nacionales autogobernadas capaces de funcionar”. Idea esta, defendida por el laborista Raymond Williams, que la utiliza para afirmar su opción galesa y europeísta, frente a la Gran Bretaña actual.

La ampliación de la esfera supranacional favorece en cierto modo la viabilidad de entidades políticas nacionales más pequeñas que los estados actuales. Aunque por otra parte, esta creciente interdependencia obliga a interrogarse sobre el alcance en este contexto de conceptos como soberanía e independencia. Para todos, los que lo gozan en la actualidad y los que aspiran a ejercerla. Esto es. Separación e independencia al viejo estilo; o reajuste y remodelación de los viejos estados en aras de una Europa, federal, confederal, que tenga en cuenta las naciones realmente existentes.

En una palabra. Estaríamos hablando de un federalismo vasco-europeo de nuevo cuño, asociado a un proyecto Europeo (también de nuevo cuño), más acorde con las necesidades sociales, culturales, económicas y políticas de sus habitantes. Y por supuesto, muy alejada de la Europa imperialista del presente.

Ondo esanak onartu,

Gaizki esanak barkatu! [2]

--------------------------------------------------------------------------------

[1] Euskal Herria, el País del Euskera –lengua vasca- comprende siete territorios históricos. Cuatro, cuatro ubicadas en dos comunidades autónomas del Reino de España (Comunidad Autónoma de Euskadi y Comunidad Foral de Navarra) y tres en la Republica Francesa (Lapurdi, Baja Navarra y Xuberoa)

[2] Estimen lo bien dicho,

Disculpen lo mal dicho


Leer más......

viernes, 10 de octubre de 2008

¿Izquierdas nacionalistas?

Santiago Alba Rico
Les Noticies (Asturias)

Derechos individuales y derechos nacionales son incompatibles.

Pluralidad, multiculturalismo, transversalidad identitaria, humanismo cosmopolita, todas los proyectos emancipatorios del siglo XX parecen amenazados por bucles melancólicos y narrativas densas que allanan los impulsos idiosincrásicos y sofocan las libertades individuales. Frente a la tierra sagrada y las costumbres milenarias, la identidad postmoderna, dividida en astillas volanderas, cabe en un bolsillo o en una cartera: la tarjeta de crédito, la tarjeta de El Corte Inglés, la tarjeta de Air-Europa, la tarjeta de la empresa, la tarjeta del teléfono móvil. Contra las representaciones colectivas y las pantanosas memorias compartidas, bastan estos cinco diminutos cartoncitos para convertirnos en ciudadanos del mundo y poder dar lecciones a los demás.




Los que así razonan olvidan que a la mayor parte de la humanidad se le pide que aprenda a manejar un ordenador cuando todavía no sabe leer; se le pide que abandone el regazo del Estado cuando nunca ha llegado a tener uno; y también se le pide que cuestione la identidad y se eleve livianamente de la tierra aún antes de haber podido posar los pies en ningún suelo; se le pide, en fin, que se vuelva post-moderno sin haber pasado por la modernidad. Los que así razonan olvidan además que la libertad depositada en sus cinco cartoncitos no es el resultado de ningún ejercicio de libertad, no nació y no se mantiene a partir de una decisión individual sino al final de una intensa intervención sobre los territorios que determina a escala internacional un reparto desigual de soberanía nacional. “Los derechos de los ingleses están por encima de los derechos humanos”, esta frase del imperialista Disraeli resume la regla histórica cuya aplicación muchas veces violenta sigue permitiendo a las potencias occidentales hablar de derechos humanos y libertades individuales: el cosmopolitismo no es más que el nacionalismo victorioso de los que están protegidos por un Estado fuerte, la sublimación interesada de una hegemonía territorial. El cosmopolitismo, por decirlo así, es un derecho de los ingleses y de los españoles; el humanismo sin fronteras es un derecho exclusivamente nacional. Pero no hay ahí nada individual. Al contrario. Basta reparar en la reacción institucional y subjetiva en Europa frente a la inmigración y en la hospitalaria vulnerabilidad de África para voltear el tópico: los que viajan como individuos ven levantarse inmediatamente ante ellos rígidas barreras nacionales mientras que los turistas pueden entrar en todas partes precisamente porque no son tratados como individuos sino como ingleses o españoles. En el mundo hay nacionalismos fuertes y nacionalismos débiles. Los únicos que son radicalmente no-nacionalistas -radicalmente individuales- son los inmigrantes, que arrojan el pasaporte al mar para que no les devuelvan a un territorio del que han sido expulsados y que no les reconoce ningún derecho nacional. Habría que ser muy cínico para ver en el cuerpo desnudo y vulnerable del inmigrante un triunfo del universalismo y el cosmopolitismo en lugar de una derrota del nacionalismo africano frente al nacionalismo europeo.

Democracia y nacionalismo son incompatibles.

Patriotismo constitucional, división de poderes, valores universales, la democracia misma, que sólo reconoce ciudadanos, parece amenazada por este vocerío de identidades esencialistas -vascos, catalanes, chechenos, palestinos, kurdos- que reclaman reconocimiento como sujetos políticos; es decir, que quieren decidir como vascos o chechenos y no como sujetos de razón. Los que así argumentan -por ejemplo, en nuestro país- olvidan que España no se creó a través del voto ni se mantiene a través de él sino mediante una violencia histórica que se prolonga, bajo distintas formas, hasta el presente; que no es obra del “consenso” consciente de sus habitantes sino de ese oscuro “plebiscito cotidiano” de Renan que reintroduce una y otra vez -con la inestimable ayuda de los medios de comunicación y los políticos- toda la densa opacidad de las costumbres y los atavismos “nacionales”. Los que así argumentan olvidan además que los nacionalismos débiles -el vasco, el catalán, el gallego- son tan jacobinos y liberales, si no más, que el nacionalismo español dominante; y que nuestros antinacionalistas nacionalistas -como Savater, Félix de Azua o Albert Boadella- prefieren conservar España, aún a costa de la democracia, antes que vivir en una democracia llamada Euskal Herria o Cataluña. Nuestros intelectuales cosmopolitas son en realidad españoles cosmopaletos.

Hay nacionalismos fuertes y nacionalismos débiles. La evidencia es que no se alcanza la “españolidad” a través de la democracia sino que -al revés- se obtiene un cierto grado de democracia a través de la “españolidad”. Pero los límites de esa democracia están impuestos por la “españolidad” misma. La “españolidad”, por ejemplo, no es tan democrática como para españolizar a todos los inmigrantes ni para desespañolizar, si así lo quisieran, a los vascos. Aún más: si se trata de impedir la españolización de los inmigrantes estamos dispuestos a aceptar leyes racistas y campos de concentración inhumanos y si se trata de impedir la desespañolización de los vascos estamos dispuestos a silenciar o aplaudir la ilegalización de partidos, la tortura y la criminalización política.

La derecha tiene razón.

En 1923, durante las sesiones del IV congreso del partido bolchevique, Kalinin fijó la doctrina oficial de la Unión Soviética en la cuestión de los nacionalismos: “La política soviética debe tener como fin enseñar a los pueblos de la estepa kirguiz, uzbecos y turcomanos, los ideales del obrero de Leningrado”. Frente a él, Sultán Galiev, el comunista tártaro depurado por Stalin después de haber sido su adjunto en el Comisariado de Nacionalidades, había defendido la creación de una Internacional Colonial Comunista independiente y denunciado el rusocentrismo de la política oficial soviética, con el argumento bien fundado (como demostraban las palabras de Kalinin) de que “la sustitución en Occidente de la burguesía en el poder por el proletariado no provocaba ni provocaría ningún cambio en las relaciones del proletariado occidental con los países oprimidos de Oriente, pues esta clase heredaba la actitud nacional de la clase a la que había sucedido en el poder”. En vísperas de la descolonización, Galiev comprendía muy bien, por ejemplo, que la desislamización no podía ser la condición sino más bien la conclusión del comunismo; y que lo que él llamaba “naciones proletarias” debían elaborar su propio modelo de liberación. El error de Kalinin (“la actitud nacional” transversal a las clases sociales) tuvo pesadas consecuencias históricas. Basta pensar en la reacción del gobierno republicano español, durante la guerra civil, frente a las propuestas del comunista palestino Nayat Sidqi, empeñado en atraerse el apoyo de los independentistas marroquíes; o basta pensar en la posición de una buena parte de la izquierda francesa frente a la guerra de liberación de Argelia. El antinacionalismo esquemático de la izquierda -profundamente “nacional”- fue el que acabó confiriendo a la experiencia soviética todos los rasgos de un imperialismo clásico.

El capitalismo -no lo olvidemos- es un modelo de relación con el territorio o, mejor dicho, de apropiación territorial, a la que es contradictoriamente funcional la forma Nación-Estado. Bajo su hegemonía, tanto la sumisión como la liberación adoptan necesariamente un formato nacionalista. El nacionalismo, es verdad, masacró a millones de proletarios europeos en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, atizó el lebensraum nazi y el expansionismo fascista y alimentó y sigue alimentando todos los imperialismos: desde el colonialismo europeo decimonónico hasta el neocolonialismo de Hulliburton o Repsol. Pero fue el nacionalismo también el que hizo la revolución francesa, liberó al Tercer Mundo -al menos nominalmente- tras la Segunda Guerra Mundial y expulsó a los EEUU de Cuba.

La derecha tiene razón; comprende mucho mejor el carácter territorial de la lucha. Por eso, mientras condena los “nacionalismos”, no deja de alimentarlos selectivamente y utilizarlos a su favor. Mientras se pronuncia a favor del cosmopolitismo y contra las narrativas densas, sabe que la respuesta frente al nacionalismo debe obedecer a sus intereses económico-políticos. ¿Nacionalismos? Unos no y otros sí: el País Vasco no, Santa Cruz sí; Abjazia y Osetia no, Kosovo sí; el Kurdistán turco no, el Kurdistán iraquí sí; Palestina no, Eslovenia, Croacia, Bosnia, el Tibet... sí.

La izquierda debe hacer de derecho lo que la derecha hace de hecho. ¿Nacionalismos? Unos no y otros sí: depende del enemigo, los métodos y los objetivos. El reconocimiento de que la lógica de las clases y la lógica de los territorios se cruzan en el marco de la globalización capitalista debe llevar a un ejercicio de casuística responsable y lúcida. Hasta que sea la democracia (la pura ciudadanía) la que garantice de modo igualitario el acceso a los territorios –eso es el socialismo-, estamos obligados a ceder o a resistir desde territorios histórica y simbólicamente definidos. No hay más que nacionalismo y nacionalismos: nacionalismos fuertes y nacionalismos débiles; nacionalismos agresivos y nacionalismos defensivos; nacionalismos expansionistas y nacionalismos internacionalistas. A veces, es verdad, no es fácil encontrar la línea o no perderla; pero, como en el caso de la justicia, es fundamental empezar por reconocer su existencia.


Leer más......

miércoles, 27 de agosto de 2008

Ya lo deciamos, la autodeterminación es la solución

El conflicto de Osetia del Sur y Abjasia contra Georgia hunde sus raíces en la política de Stalin a la hora de crear Georgia con incrustaciones foráneas para prevenir una posible "separación" de Georgia (en vez de crear una Osetia unida y una Abjasia separada de Georgia).

Pero una vez Georgia fue independiente anuló la autonomía de sus dos "regiones" e intentó culminar el proceso de "georgización" de esos territorios. La reacción de ambos y el apoyo de Rusia llevó a una independencia de facto con la que el imperialismo georgiano intentó acabar atacando a la población civil oseta (como había hecho en el valle de Kodori en Abjasia en el 2006).

Independientemente de que Rusia no tenga la más mínima credibilidad para argumentar su respeto al derecho de autodeterminación (mientras prosigue el genocidio de Chechenia, por ejemplo) y de que en el conflicto están en juego las relaciones interimperialistas entre EE.UU. y su aliadillo Georgia con Rusia, lo cierto es que dos nuevos pueblos han ejercido su derecho a la autodeterminación. La emigración forzosa de miles de georgianos parecía inevitable despues de que se convirtiesen en la punta de lanza del gobierno de Georgia en querer acabar incluso con el idioma y la cultura de esos dos territorios. Como también parece lógica la vuelta de los refugiados abjasos y osetios de Osetia del Norte, Rusia, Armenia o Turquía (hasta aquí se fueron cuando Stalin inició la georgización de Abjasia hace muchos años). Y hay que recordar que las importantes minorias rusas, armenias o de georgianos autonomistas (generalmente, de tercera o mas antigua generación) no han sido tocadas.

Parece claro que de existir revolucionarios en esos países, ellos habrían (o han) apoyado críticamente la autodeterminación de esos territorios, la vuelta de los refugiados osetos y abjasios ... etc. Seguramente habrían sido muy críticos con muchas de las decisiones de sus gobiernos, pero eso no quita el hecho de que un objetivo prioritario de cualquier marxista revolucionario sea acabar con la opresión nacional de su país.

Y si eso se consigue porque el imperialismo ruso les apoya por razones propias, bienvenido sea. Y aquí la comparación con Kosovo es totalmente pertinente. Si Kosovo logró su independencia con el apoyo de EE.UU., bienvenido sea. Porque lo que ningún revolucionario kosovar podría permitirse es continuar bajo la bota del imperialismo serbio después de que el gobierno asesino de Milosevic intentase llevar a cabo un genocidio en Kosovo (es curioso que los estalinistas españoles y vascos (HB en este caso) coincidieran en este punto).

Y si mañana el Tibet se independiza de la bota china y de ese imperialismo que persigue también acabar con el pueblo tibetano, pues lo aplaudiremos. Al igual que harán los revolucionarios tibetanos que se opondrán con todas sus fuerzas a cualquier intento de régimen teocrático en su país.

Este artículo no debería insistir en lo obvio, en que esa es la labor de los internacionalistas, luchar contra todas las opresiones incluida la nacional. Su labor no es, desde luego, la de tantos estalinistas imperialistas que ante cualquier conflicto analizan con lupa los conflictos interimperialistas y apoyan a una parte o a otra no en función de los derechos de los pueblos sino de si conviene o no a "sus" imperialismos, los regímenes burgueses herederos de los corruptos regímenes estalinistas en Rusia, China o Serbia. Aparte de que estos "revolucionarios de cartabón y tiralíneas", sacrifican alegremente la posibilidad de crear grupos políticos de izquierda (que no sean pro-imperialistas, se entiende) en los países en que existe una opresión nacional por parte de sus imperios amigos. ¡Vaya internacionalismo!

NOTA 1: A estos solo se les suele ocurrir acusarnos de "nacionalistas" por defender la liberación de las naciones. Curioso.
E incluso les parece mal que les tildemos de estalinistas. Dado que (ahora) les parece un insulto, debo aclarar que entiendo por estalinista toda aquella línea política que se reivindica de la revolución de Octubre sin hacerlo de la heroica lucha que llevó a cabo la Oposición de Izquierda para evitar que los enterradores de la revolución tomasen el poder en el PCUS y en la URSS. Y por lo que se ve, esa carencia sigue impregando los análisis políticos de esa gente. Lástima.

NOTA 2: Algunos han acusado (en el artículo contra las manifestaciones de los cazadores, por ejemplo) a este blog de hacerle el juego a la derecha porque perjudicaríamos las opciones electorales de la izquierda al meternos con temas "sensibles".
Los miembros que hacemos este blog coincidimos y discrepamos en muchas cosas. Pero uno de nuestros clarísimos acuerdos consiste en poder (y deber) criticar las acciones y omisiones de la izquierda vasca. Que bastante enfangada está ya en políticas inútiles (o peor) de las que no podrá salir sin una crítica radical a sus métodos y procedimientos, a sus acciones y omisiones. Las voluntades que pierda ya las recuperará si cambian las conciencias, que es de lo que se trata y no de otra cosa.

Txema



.

Leer más......

jueves, 17 de julio de 2008

Carta abierta a propósito de la «directiva retorno»


Evo Morales Ayma presidente de la República de Bolivia

Hasta finales de la Segunda Guerra Mundial, Europa fue un continente de emigrantes. Decenas de millones de Europeos partieron a las Américas para colonizar, escapar de las hambrunas, las crisis financieras, las guerras o de los totalitarismos europeos y de la persecución a minorías étnicas. Hoy, estoy siguiendo con preocupación el proceso de la llamada «directiva retorno». El texto, validado el pasado 5 de junio por los ministros del Interior de los 27 países de la Unión Europea, fue posteriormente aprobado el 18 de junio en el Parlamento Europeo. Siento que endurece de manera drástica las condiciones de detención y expulsión a los migrantes indocumentados, cualquiera sea su tiempo de permanencia en los países europeos, su situación laboral, sus lazos familiares, su voluntad y sus logros de integración.


A los países de América Latina y Norteamérica llegaron los europeos, masivamente, sin visas ni condiciones impuestas por las autoridades. Fueron siempre bienvenidos, y lo siguen siendo, en nuestros países del continente americano, que absorbieron entonces la miseria económica europea y sus crisis políticas. Vinieron a nuestro continente a explotar riquezas y a transferirlas a Europa, con un altísimo costo para las poblaciones originales de América. Como en el caso de nuestro Cerro Rico de Potosí y sus fabulosas minas de plata que permitieron dar masa monetaria al continente europeo desde el siglo XVI hasta el XIX. Las personas, los bienes y los derechos de los migrantes europeos siempre fueron respetados.

Hoy, la Unión Europea es el principal destino de los migrantes del mundo, lo cual es consecuencia de su positiva imagen de espacio de prosperidad y de libertades públicas. La inmensa mayoría de los migrantes viene a la UE para contribuir a esta prosperidad, no para aprovecharse de ella. Ocupan los empleos de obras públicas, construcción, en los servicios a la persona y hospitales, que no pueden o no quieren ocupar los europeos. Contribuyen al dinamismo demográfico del continente europeo, a mantener la relación entre activos e inactivos que vuelve posible sus generosos sistemas de seguridad social y dinamizan el mercado interno y la cohesión social. Los migrantes ofrecen una solución a los problemas demográficos y financieros de la UE.
Para nosotros, nuestros migrantes representan la ayuda al desarrollo que los Europeos no nos dan, ya que pocos países alcanzan realmente el mínimo objetivo del 0,7% de su PIB en la ayuda al desarrollo. América Latina recibió, en 2006, 68.000 millones de dólares de remesas, o sea más que el total de las inversiones extranjeras en nuestros países. A nivel mundial alcanzan 300.000 millones de dólares, que superan a los 104.000 millones otorgados por concepto de ayuda al desarrollo. Mi propio país, Bolivia, recibió mas del 10% del PIB en remesas (1.100 millones de dólares) o un tercio de nuestras exportaciones anuales de gas natural.

Es decir, que los flujos de migración son benéficos tanto para los Europeos y de manera marginal para nosotros del Tercer Mundo ya que también perdemos a contingentes que suman millones de nuestra mano de obra calificada, en la que de una manera u otra nuestros estados, aunque pobres, han invertido recursos humanos y financieros.
Lamentablemente, el proyecto de «directiva retorno» complica terriblemente esta realidad. Si concebimos que cada estado o grupo de estados puede definir sus políticas migratorias en toda soberanía, no podemos aceptar que los derechos fundamentales de las personas sean denegados a nuestros compatriotas y hermanos latinoamericanos. La «directiva retorno» prevé la posibilidad de un encarcelamiento de los migrantes indocumentados hasta 18 meses antes de su expulsión o «alejamiento», según el término de la directiva. ¡18 meses! ¡Sin juicio ni justicia! Tal como está hoy el proyecto de texto de la directiva viola claramente los artículos 2, 3, 5, 6, 7, 8 y 9 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. En particular el artículo 13 de la Declaración reza:

«1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país».

Y lo peor de todo, existe la posibilidad de encarcelar a madres de familia y menores de edad, sin tomar en cuenta su situación familiar o escolar, en estos centros de internamiento donde sabemos ocurren depresiones, huelgas de hambre, suicidios. ¿Cómo podemos aceptar sin reaccionar que sean concentrados en campos compatriotas y hermanos latinoamericanos indocumentados, de los cuales la inmensa mayoría lleva años trabajando e integrándose? ¿De qué lado esta hoy el deber de ingerencia humanitaria? ¿Dónde está la «libertad de circular», la protección contra encarcelamientos arbitrarios?

Paralelamente, la Unión Europea trata de convencer a la Comunidad Andina de Naciones (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú) de firmar un «Acuerdo de Asociación» que incluye en su tercer pilar un Tratado de Libre Comercio, de misma naturaleza y contenido que los que imponen los Estados Unidos. Estamos bajo intensa presión de la Comisión Europea para aceptar condiciones de profunda liberalización para el comercio, los servicios financieros, propiedad intelectual o nuestros servicios públicos. Además, a título de la protección jurídica se nos presiona por el proceso de nacionalización del agua, el gas y telecomunicaciones realizados en el Día Mundial de los Trabajadores. Pregunto, en ese caso ¿dónde está la «seguridad jurídica» para nuestras mujeres, adolescentes, niños y trabajadores que buscan mejores horizontes en Europa?
Promover la libertad de circulación de mercancías y finanzas mientras en frente vemos encarcelamiento sin juicio para nuestros hermanos que trataron de circular libremente. Eso es negar los fundamentos de la libertad y de los derechos democráticos.

Bajo estas condiciones, de aprobarse esta «directiva retorno», estaríamos en la imposibilidad ética de profundizar las negociaciones con la Unión Europea, y nos reservamos el derecho de normar con los ciudadanos europeos las mismas obligaciones de visa que nos imponen a los bolivianos desde el primero de abril de 2007, según el principio diplomático de reciprocidad. No lo hemos ejercido hasta ahora, justamente por esperar buenas señales de la UE.

El mundo, sus continentes, sus océanos y sus polos conocen importantes dificultades globales: el calentamiento global, la contaminación, la desaparición lenta pero segura de recursos energéticos y biodiversidad mientras aumenta el hambre y la pobreza en todos los países, fragilizando nuestras sociedades. Hacer de los migrantes, sean documentados o no, los chivos expiatorios de estos problemas globales, no es ninguna solución. No corresponde a ninguna realidad. Los problemas de cohesión social que sufre Europa no son culpa de los migrantes, sino el resultado del modelo de desarrollo impuesto por el Norte, que destruye el planeta y desmiembra las sociedades de los hombres.

En nombre del pueblo de Bolivia, de todos mis hermanos del continente, regiones del mundo como el Magreb, Asia y los países de África, hago un llamado a la conciencia de los líderes y diputados europeos, de los pueblos, ciudadanos y activistas de Europa, para que no se apruebe el texto de la «directiva retorno».

Tal cual la conocemos hoy, es una directiva de la vergüenza. Llamo también a la Unión Europea a elaborar, en los próximos meses, una política migratoria respetuosa de los derechos humanos, que permita mantener este dinamismo provechoso para ambos continentes y que repare de una vez por todas la tremenda deuda histórica, económica y ecológica que tienen los países de Europa con gran parte del Tercer Mundo, que cierre de una vez las venas todavía abiertas de América Latina. No pueden fallar hoy en sus «políticas de integración» como han fracasado con su supuesta «misión civilizatoria» del tiempo de las colonias.

Reciban todos ustedes, autoridades, europarlamentarios, compañeras y compañeros saludos fraternales desde Bolivia. Y en particular nuestra solidaridad a todos los «clandestinos».


Leer más......

miércoles, 9 de julio de 2008

La Alianza con los empresarios frena el camino al socialismo



Siguiendo por América Latina cabría detenerse en Venezuela. Que duda cabe que frente al agresivo Imperialismo de los Estados Unidos Chávez ha jugado roles progresivos en determinados momentos y que su proyecto nacional bolivariano a supuesto ciertas concesiones al gran avance de la movilización y los movimientos de las masas venezolanas en lucha y que su discurso sobre el socialismo del siglo XXI ha sabido atraerse las simpatías de numeroso sectores de izquierda y de la intelectualidad sobre todo europea. Pero a muchos revolucionarios socialistas e internacionalistas también nos suscita algunas desconfianzas viendo determinadas practicas y políticas que por un lado nos recuerdan viejos ensayos populistas (Perón, Cardenas, etc) y determinados modelos de partido único que nos recuerdan el fracaso de los proyectos totalitarios de la burocracia del socialismo real. Aquí vamos añadir dos artículos que nos pueden ilustrar hacia una respuesta de la pregunta ¿Hacia donde va Chávez?

Permítanme una cita muy sugerente sobre los límites del pensamiento libre:“Quiero decirles esto: Nuestro enemigo principal no es el imperio, ni la burguesía, ni la burocracia. Nuestro enemigo principal es el miedo y lo llevamos dentro” Domitila Barrios luchadora incansable boliviana.

Ambos artículos han sido publicados en la Web Aporrea.org (Marce)



“Considerar que la Alianza no debe ser con los grandes empresarios sino con el pueblo trabajador, no es un extremismo de izquierda”

Stalin Pérez Borges

Prensa Marea Socialista.- El 11 de Junio el presidente Chávez rodeado por algunos de sus principales ministros reunió en el Hotel ALBA Caracas a los 500 empresarios más importantes de Venezuela. En primer lugar destacaban el responsable del grupo Polar, Mendoza, y los banqueros. En ese evento llamado "Reimpulso Productivo", el presidente Chávez anunció medidas que favorecen sobre todo al sector financiero y a los grandes empresarios ligados a las transnacionales.
Allí convocó a la unidad nacional y a una alianza con los sectores productivos nacional e intentó convencer a esos empresarios que el socialismo no los perjudicaría. Este domingo en el periódico Últimas Noticias, en su columna de los domingos el director Díaz Rangel, intenta responder a un remitido de dirigentes obreros como Marcela Máspero y a una declaración de Orlando Chirino que rechazan las medidas y la convocatoria del presidente a la alianza con los empresarios. Temerariamente Díaz Rangel utiliza el ejemplo del golpe de Pinochet contra Salvador Allende en Chile, haciendo caer la responsabilidad de ese golpe contra la izquierda de aquel proceso utilizando como pruebas documentos desclasificados de la CIA. De esta manera Díaz Rangel distorsiona la realidad del proceso histórico chileno, lava de responsabilidades a los golpistas y a las vacilaciones del gobierno del Presidente Allende e intenta hacer responsable de provocar o tener culpa de ese golpe genocida a la izquierda, y como culminación de esa posición reaccionaria sugiere que la lucha consecuente por los derechos de lo trabajadores seria causal de un golpe. Prensa Marea Socialista conversó sobre este debate, las medidas anunciadas por el presidente y sobre la propuesta política del mismo, con Stalin Pérez Borges, Coordinador Nacional de la UNT y editor del periódico Marea Socialista.
Marea Socialista: ¿Cómo recibió usted los anuncios del presidente en la reunión con los empresarios?
Stalin Pérez Borges (SPB): “Hace apenas unos meses el presidente volvió a definir a su gobierno como obrerista. Nacionalizó SIDOR, si bien es cierto que comprándola, cuando, según nuestra opinión, la transnacional tendría que pagarle al estado venezolano por haber incumplido la ley e inclusive haber cometido delitos contra Venezuela. No obstante, no se puede negar que fue una medida muy progresiva, pedida, exigida y conquistada por la lucha de los trabajadores. Esa definición de obrerista, el despido de uno de los ministros de Trabajo más antiobreros que se puedan recordar, iban en el sentido de las medidas que reclamábamos después del 2 D. Entonces, sostuvimos que la revisión, la rectificación y el reimpulso deberían apuntar a solucionar los problemas de los sectores populares. Pero este 11 de junio, con este acto con los empresarios y con las medidas económicas y sobre todo con la propuesta política que el presidente Chávez les hace a los empresarios, es un intento de vuelta atrás en el rumbo que conquistaron los trabajadores sidoristas y el pueblo entero de Guayana para la Revolución Bolivariana”.
stalin pérez borgesContinuó diciendo SPB: “La propuesta del presidente, el llamado a una alianza con los empresarios que el llamó nacionales, con la burguesía nacional según el propio presidente, al mismo tiempo que plantea una Alianza con los obreros y el pueblo, como lo hizo al volver a definir de obrerista a su gobierno exactamente el día anterior cuando firmó la incorporación de los primeros 900 trabajadores tercerizados a la nómina SIDOR son contradictorias, no complementarias, una excluye a la otra. Los antecedentes históricos que existen sobre experimentos de alianza con la supuesta burguesía nacional, muestran que conducen al fracaso de los procesos de liberación, independencia nacional y socialistas y al empoderamiento de la burguesía y el imperialismo, imponiéndose los sectores contrarrevolucionarios. Ahora que se están recordando los cien años del nacimiento de Salvador Allende ese es uno de los temas por los cuales, nosotros creemos, fue derrotada la vía chilena al socialismo. No se fue consecuentemente contra los burgueses chilenos aliados a los yanquis y estos terminaron provocando todas las guarimbas y boicot, debilitando al gobierno de la Unidad Popular y facilitando el golpe de Estado. Situación que nosotros ya hemos vivido, pero que por la acción revolucionaria de las masas hubo un 13 de abril”.
M. S.: Muchos camaradas piensan qué es una táctica del presidente por el año electoral para evitar justamente el desabastecimiento y detener la inflación?
S. P. B: “Yo quiero insistir primero en el problema político, estratégico, de la Revolución Bolivariana, ya que es esto lo que explica que las medidas no lograrán el efecto que se dice buscar. Las que habría que tomar para lograr ese efecto son otras medidas que cumplan con el nombre de obrerista que el gobierno utiliza para definirse a si mismo. El problema político es fundamental porque el presidente se equivoca de interlocutor para conseguir detener la inflación o reimpulsar la producción. No son estos empresarios, no son en general los grandes empresarios, no son los Mendoza los que quieren y tienen como necesidad detener la inflación. Los que allí estaban todos trabajan asociados a las transnacionales o sus empresas son directamente transnacionales. El ejemplo son los banqueros privados, toda la banca privada de Venezuela es transnacional, toda la banca se maneja con las reglas del neoliberalismo, además recibe gran parte de los dineros de estado como deposito, y hace negocios con ese dinero y no hay ningún control sobre esos depósitos y le importa poco si el uso que hace con ese dinero provoca inflación. Es equivocado pensar, justo ahora que el sistema bancario de Estados Unidos e internacional está colapsando, que se derrumban grandes bancos y que los estados neoliberales tienen que acudir a salvarlos con el dinero del pueblo, que esos empresarios financistas o esos bancos actuaran distinto en Venezuela. Ellos obedecen las órdenes de sus casas matrices, no les interesa ninguna propuesta de Alianza que no sea para que sus empresas realicen más ganancias y envíen más dólares a sus casas de orígenes, y si por sus aventuras financieras pierden que el estado se haga cargo de sus perdidas. Esa es la verdad. No se les puede hablar con el corazón y con un proyecto no ya socialista sino de pura independencia nacional a esos empresarios, la propia existencia de ellos depende del sistema de coloniaje con el imperialismo. Ellos hubieran actuado con Bolívar como la oligarquía. No se les puede plantear la necesidad de la unidad nacional a esos banqueros ni a los grandes grupos económicos. Ellos son una de la verdadera amenaza para la revolución”.
SPB reafirma lo que venía diciendo con estas palabras: “El presidente convocó a los empresarios de la construcción a colaborar con las multinacionales brasileñas y argentinas. Convocó a los importadores y productores o empacadores de alimentos a colaborar con las multinacionales brasileñas y argentinas. El presidente abrió un fondo de 1000 millones de dólares para que se repartan entre los empresarios locales y las transnacionales. Cuando digo multinacionales brasileñas y argentinas, digo norteamericanas, europeas, asiáticas y de todo tipo que siguen realizando grandes ganancias por medio del capital financiero y los bancos y por su participación muchas veces mayoritaria en empresas con sede en estos países. Empresas que son parte fundamental de las propias transnacionales con sede en Brasil o Argentina. Aquí vuelvo de nuevo con el ejemplo de Ternium, la supuesta transnacional Argentina con capitales brasileros, mexicanos, italianos y de EE.UU. El llamado a la unidad nacional, a seguir el camino del socialismo bolivariano muestra una gran confusión de parte del presidente. Ninguno de los 500 que allí estaban tomará ese llamado. Ellos escuchan un único llamado: el de la ganancia a cualquier costo. Ellos son los que crean empleos basura, tercerizan, botan trabajadores persiguen a las organizaciones sindicales si no pueden comprar o corromper a los dirigentes. Pero volvamos al problema político. Mendoza y su grupo de empresas es uno de los responsables principales del desabastecimiento y la especulación con los alimentos. Por qué debería cambiar ahora. Es una ilusión si el presidente cree que dándole algunos privilegios que reclaman los empresarios, ellos ya no serán un factor de desestabilización e ingobernabilidad. No importa que sean tiempos electorales o no. Para los empresarios el único tiempo es el de la ganancia y para eso aprovecharán la coyuntura electoral. El presidente se equivoca, o, si sabe lo que hace, lo que impulsa es un modelo de capitalismo que lamentablemente no alcanzará la independencia, porque estos grupos no tienen sentido de patria ni de independencia. Estos son socios menores del imperialismo y eso es lo que quieren seguir siendo. Pedirle que retornen los miles de millones de dólares que fugaron al extranjero, es otra muestra de ingenuidad. Pudieran traer ese dinero, si tienen garantía de que van a ganar más de lo que están ahora ganando y con la seguridad de que no será expropiado y lo único que le puede dar esa garantía o confianza es que haya en Miraflores un Presidente como cuando la IV República, que haga lo que ellos quieran. Entonces, es político el problema que enfrentamos, es un problema de modelo. Hay que elegir entre el modelo que planteó el presidente el 11 de junio de alianza con los empresarios o el modelo de los obreros de SIDOR de lucha consecuente contra las multinacionales”.
M. S.: Algunos hablan que esta sería una especie de NEP, o sea la política económica de Lenin luego de la guerra civil en los primeros años de la revolución Rusa, donde para solucionar el problema del desabastecimiento y la crisis de alimentos recurrió a abrir el mercado y a darles ventajas a los capitalistas. ¿Qué opinas al respecto?
S.P B.: La NEP Leninista fue una política para salir de la crisis brutal en la que había hundido a Rusia la guerra mundial primero y la guerra civil después. Esta política provocó grandes distorsiones. Los campesinos de corte capitalista que había, se enriquecieron rápidamente. En Venezuela no puede haber una NEP, en primer lugar porque no es un estado de transición al socialismo, no ha sido desmantelado el Estado Burgués, sino que estamos en un estado burgués con todas sus estructuras intactas y con elementos de Capitalismo de Estado. Hacer esa comparación sólo sirve para confundir. La apertura de la NEP Rusa se da luego de que la gran mayoría de las fábricas y empresas habían sido expropiadas. Luego del comunismo de guerra. Es la política adoptada luego del agotamiento provocado al país por años de guerra. Esa no es una política ofensiva. Estamos hablando de una política defensiva del Leninismo. Había sido derrotada la revolución en Alemania, en Italia y en otros países. Hablar de NEP en este proceso es una falsificación para ocultar que de lo que se trata el llamado reimpulso productivo es apenas de nuevos incentivos, subsidios y privilegios a los grandes empresarios, muchos de los cuales han sido golpistas y son guarimberos y saboteadores.
M. .S.: ¿Qué medidas propone para lograr los objetivos qué plantea el presidente?
S.P.B.: “Vea, en primer lugar el objetivo político. Rechazamos esa alianza de Unidad Nacional, porque es contraproducente para marchar al socialismo. Yo diría reaccionaria si se lleva acabo ya que debilita al proceso revolucionario. Nosotros proponemos una alianza del poder popular, de los trabajadores y los sectores explotados y oprimidos de la sociedad. Eso políticamente para pelear por el poder del estado. En segundo lugar las medidas de política económica, para cumplir con el discurso de avanzar hacia el socialismo y de que este es un gobierno obrerista, tienen que apuntar a atacar los problemas reales del pueblo trabajador y sus necesidades. Por ejemplo, en el caso del comercio exterior. Hay aspectos en los que el estado tiene que monopolizar las compras, las importaciones, uno es el de los alimentos, y en otros casos tiene que suprimirlos como la importación de productos de lujo. La nacionalización del Comercio Exterior y en especial en el segmento de alimentos es fundamental para controlar la inflación. En segundo lugar el tema del salario, no puede ser que se gasten miles de millones de dólares en fondos de incentivos a los empresarios sin ningún control de los trabajadores mientras que los salarios son debilitados todos los días por los aumentos de precios. Se debe instaurar una cláusula de ajuste periódico, mensual o trimestral de salarios de acuerdo a la inflación. Este ya no alcanza con la discusión de los convenios colectivos cada dos años. Los instrumentos que les facilitó a esos empresarios, son eso, incentivos y nuevos privilegios”.
Ya para finalizar esta conversación SPB concluía así: “Un problema grave para atender es el control de las finanzas, de los bancos y del crédito. La crisis de la economía internacional va a seguir profundizando la crisis bancaria, no puede ser que no haya ningún control sobre los depósitos. Nosotros creemos que el sistema de crédito es estratégico como las industrias básicas, el petróleo, los alimentos, las comunicaciones, etcétera y no puede estar en manos privadas y menos transnacionales. Pero supongamos que el gobierno no ve este problema. Este sería un debate emprender, pero el hecho es que hay que proteger ya los depósitos del estado y de los pequeños ahorristas venezolanos para que una crisis más profunda del sistema financiero internacional no cause una crisis sin control en el país. Hay que nacionalizar al menos los depósitos. Es decir, que el banco central sea el que controle y administre todo el dinero que hay en el sistema bancario. En relación al problema impositivo es otro tema muy importante. Hay que eliminar directamente el IVA y aumentar los impuestos a las ganancias de las empresas de manera progresiva, es concreto, que paga más impuesto el que más gana. Que el impuesto a la renta súbita no lo pague solamente PDVSA, lo tienen que pagar los privados que se enriquecen súbitamente, incluso trabajando para PDVSA. Estas son algunas ideas y propuestas que queremos debatir entre los trabajadores. Pero lo fundamental sigue siendo, saber y estar claro, que trabajar en la perspectiva de una alianza con la burguesía por más nacional que esta se pinte, es retroceder en el camino al socialismo. El presidente debe saber que son excluyentes, o se está con los trabajadores y el pueblo o se está con los grandes grupos económicos y las transnacionales. Un gobierno obrerista no puede elegir el camino de la alianza con la burguesía porque significa el retroceso de la revolución y esto no es ningún extremismo de izquierda, como lo ha querido dejar ver hoy Eleazar Díaz Rangel en su columna de los domingos en el diario que él dirige. Este allí se pregunta, cómo será esa movilización en defensa del socialismo autentico, refiriéndose a una cita del comunicado que un grupo de dirigentes sindicales de la corriente CTR hace, para después insinuar que estos pudieran jugar el mismo papel que jugó la ultraizquierda que apoyó al gobierno de la Unidad Popular en Chile. Esta insinuación es temeraria y hace una extrapolación descontextualizada que no compartimos y por lo tanto rechazamos, aunque no tengamos responsabilidad alguna con ese remitido.
Stalin Perez Borges es coordinador nacional de la UNT Publicado en Aporrea el 30/06/08, la fuente original de este documento en Marea Socialista
6 de julio de 2008

Chávez, tus medidas económicas no favorecen el Proceso Socialista

Por: Ricardo Galindez, El Topo Obrero
Fecha de publicación: 22/06/08

UN ARROZ CON MANGO Y DEPURATIVO

La noche del 11 de junio en los salones del Hotel Alba en Caracas, fue escenario de un evento increíble a los ojos del 11A y 2D de 2002. El mismo se tituló “Reimpulso productivo - La inversión es Venezuela”. Los presentes, el presidente Chávez quien presidía y un público de lo más selecto. Allí estaban todos los grandes representantes del capital nacional bancario, industrial y agropecuario, es decir los enemigos acérrimos del gobierno, los que han provocado una fuga de capitales de decenas de miles de millones de dólares anuales, que mantienen una política de desinversión económica, que financian todas las campañas mediáticas contra el proceso revolucionario, violan todos los derechos de los trabajadores, auspician la inflación y desabastecimiento y paremos de contar.

El presidente Chávez se paró y empezó a hacer sus anuncios. Todos ellos fueron en concordancia con la tesis central que desde hace años el gobierno viene defendiendo de tratar de incorporar a los capitalistas nacionales a su “proyecto nacional Simón Bolívar” que implica el desarrollo de un capitalismo nacional que convierta a Venezuela en una “potencia mediana”. Su discurso es coherente con la tesis de que existen empresarios progresistas y revolucionarios, pero contrario a la de un gobierno que se autotitula antiimperialista, obrerista y defensor de los derechos del pueblo. Es el permanente túnel sin salida del presidente Chávez y su más problemática contradicción.

MEDIDAS ECONÓMICAS CAPITALISTAS

De los anuncios, el más importante, por beneficioso para los empresarios y banqueros fue la eliminación del Impuesto a la Transacciones Bancarias que le ahorra MÁS DE 6.600 BILLONES DE BOLÍVARES DE LOS VIEJOS. Todo un regalo que los empresarios sabrán sacarlos del país y hasta aumentar el financiamiento de la campaña desestabilizadora.

En el discurso, el presidente Chávez señaló que este impuesto del 1,5% era una carga que generaba inflación y por lo tanto lo eliminaba para bajar dichas presiones. Pero los empresarios piensan otra cosa. Ellos siguen viendo mucho dinero en manos del pueblo por los planes del gobierno y por ello aumentarán sus precios para recogerlo y sumarlo a sus cuentas bancarias.

Luego tenemos la flexibilización en la tramitación de divisas cuyas solicitudes sean iguales o inferiores a 50.000 dólares para la importación de bienes de capital: maquinarias, piezas e insumos para la producción que de acuerdo a propios analistas empresariales incentivará la fuga de capitales en varias decenas de millones de dólares al día. Esto será así puesto que la medida le facilitará a los empresarios adquirir las divisas a través de los operadores cambiarios que serán nada más y nada menos que los bancos, el sector más beneficiado bajo el gobierno Chávez y factor principal en el saboteo económico y fuga de capitales, en vez de tener que acudir a las oficinas del gobierno. Chávez está tan consciente de que le está abriendo una puerta a los empresarios para que fuguen capitales, que el mismo día dijo que si las grandes empresas se aprovechaban de la misma para fraccionar sus pedimentos de divisas, les aplicaría la Ley.

El otro anuncio importante para los empresarios es el Plan “Cosecha Segura” que implica un aumento en la cantidad de bolívares para subsidiar la producción del campo. Para ello se destinará un fondo de 76.000.000 de Bolívares Fuertes, es decir 76 mil millones de Bs. viejos que serán usados “si los costos aumentan después de iniciado el proceso productivo”.

Ya sabemos nosotros como los empresarios inventan las habidas y las por haber a fin de justificar aumentos de costos. Un fondo más para que los que tengan más saliva, traguen más dólares.

UN PASO PA´LANTE UN PASO PA´TRAS

El gobierno sigue desarrollándose dentro de medidas capitalistas contradictorias. Ya desde la campaña electoral para su reelección, cuando se planteó eliminar el color rojo como identificador de las fuerzas bolivarianas, se viene produciendo unos movimientos oscilantes que tienen mayor peso cuando van hacia la derecha, que cuando se producen hacia la izquierda. Esto no significa que haya perdido su carácter nacionalista pequeñoburgués, pero si hay un debilitamiento progresivo de las posiciones nacionalistas y de izquierda incluso en el campo internacional, peligroso para el propio proceso revolucionario que merece una profunda discusión en las bases obreras y populares identificadas con la revolución.

Ese debilitamiento no solo se refleja en estas medidas que favorecen plenamente al gran capital bancario, industrial y agropecuario, sino en otras que van en sentido contrario al capitalismo internacional y para tan solo mencionar las más recientes están la medida progresiva de Nacionalización de SIDOR, pero donde se le permite a la antigua accionista mayoritaria conservar un 10% de las acciones y el control de la comercialización de los productos de la empresa, amén de que todavía se está negociando el cuánto pagarle a Techint, cuando tan solo por los pasivos ambientales es ella la que tiene que pagarle al estado. Si a esto le sumamos el saqueo de máquinas y el compromiso no cumplido de realizar inversiones, los montos que adeuda Techint son superiores a lo qe está pidiendo por sus acciones. Este tipo de nacionalización es mucho menos radical en lo económico, que la realizada con VENEPAL Y VÁLVULAS, hoy Invepal e Inveval.

Desde el punto político de la creación de nuevas relaciones de producción, SIDOR también representa un retroceso con respecto a las dos empresas nacionalizadas mencionadas, por cuando en la primera se dieron pasos hacia una cogestión con características de control obrero y en la segunda prácticamente es un control obrero lo que allí se desarrolla. En SIDOR, lo que hasta ahora se ve, es que la intención es que esta funcione como toda una empresa capitalista, con la generación de plusvalía que beneficie a sus accionistas. Toda una CANTV. El propio Rodolfo Sanz, quien se presentó el martes 18 en Taller Central, criticó duramente la experiencia de elección del gerente del departamento y exigió que dicha experiencia no se extendiese a otras áreas de la empresa.

Pero hay más. Estas medidas económicas, que son una extensión de las planteadas por el ex ministro de planificación Jorge Giordani, se dan en medio de un contexto político “enrarecido” por las propias declaraciones y actitudes del gobierno. Días antes el presidente Chávez declaró sobre el tema de las FARC, y de que estas debían liberar a los secuestrados sin poner ninguna condición y por otro lado que el método de la guerrilla ya no era una táctica de lucha revolucionaria.

Nosotros consideramos que la liberación de los secuestrados o retenidos por las FARC EP sin condiciones es una medida necesaria a dar por parte del grupo guerrillero si quiere reconstruir puentes con sectores importantes del pueblo colombiano, pero en el contexto que salen estas declaraciones, pareciera que las mismas fueron dadas para descompresionar los ataques que el gobierno viene recibiendo por parte del imperialismo y de la burguesía venezolana y colombiana y también de sectores pequeñoburgueses nacionales, algunos de los cuales anidados en el propio gobierno, por el papel de mediador en la liberación de rehenes.

Así mismo consideramos que señalar que “La guerra de guerrillas es historia” es un desacierto por lo genérica y ahistórica. Pudiéramos discutir caso por caso y en particular el colombiano y señalar que pueden estar dados las condiciones para que buena parte de los militantes de la guerrilla se inserten en el movimiento obrero y popular colombiano para fortalecer el proceso de ascenso que se desarrolla de un tiempo a esta parte, pero también pudiera darse una discusión de que partiendo de los territorios que la guerrilla, incluimos al ELN, controla, se desarrolle de manera complementaria y paralela a la reinserción de cuadros en el movimiento obrero y popular, un plan de reforma agraria, con la expropiación de los terratenientes que le permitiese a dichas organizaciones dinamizar la lucha del campo convirtiéndola en una lucha de masas y no solo de organizaciones de una vanguardia armada. Una reforma agraria impulsada con las masas, de seguro va a requerir brigadas de autodefensa y allí la experiencia guerrillera sería invaluable.

El marxismo no deshecha a priori ninguna forma de lucha. Cada situación concreta requiere de formas de luchas particulares. De lo que si partimos los marxistas es de la necesidad de implementar formas de combate donde se involucre a la clase obrera, campesina y movimiento popular, pues son las masas y no las vanguardias políticas las que hacen las revoluciones.

PERSPECTIVAS

Podemos decir sin temor a equivocarnos que las medidas anunciadas por el presidente Chávez, a lo sumo lograrán que algunos sectores del gran capital se acerquen al gobierno para aprovechar los miles de millones que les ofrece, con muchas facilidades y créditos blandos. Pero eso no producirá ningún cambio cualitativo en la política de desinversión desarrollada por los capitalistas y para ello no nos basamos en ninguna bola de cristal. Son las propias declaraciones después del acto “Reimpulso productivo - La inversión es Venezuela”de empresarios como Nelson Maldonado, CONSECOMERCIO quien es su presidente, señaló que en materia cambiaria “lo deseable sería la derogación de los controles porque también habría que incluir el de precios”. (Reporte diario de la Economía 13-06-2008)Es decir, las medidas no son suficientes para restablecer la confianza de los inversionistas.

En el mismo periódico en su pág 14 en el artículo “Misión Banco Adentro” se dice que Chávez llama a “invertir aguas abajo ¿pero en qué? Si el Capitalismo de Estado es el que controla todas las grandes empresas aguas arriba y de paso, la eficiencia, productividad y resultados dejan mucho que desear.”

En un artículo de opinión de VenEconomia, organismo empresarial, publicado en el periódico mencionado señala de manera despectiva que: “Chávez montó su show y lanzó una retahíla de medidas vacuas”… “el mensaje estuvo lleno de veladas amenazas al sector privado”… “En consecuencia, de todo lo anunciado es muy poco lo relevante o lo que ayudará A REACTIVAR LA ECONOMÍA. (Resaltado nuestro). Sólo una medida resulta positiva: La eliminación del Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF), lo que sin duda contribuirá a bajar la inflación. LO MALO ES QUE LLEGA DEMASIADO TARDE”. (Resaltado nuestro).

Más adelante señala: “Lo más negativo fue que: 1) Anunció nuevos subsidios, en lugar de ajustar (o liberar) los precios de los productos agrícolas, que en su mayor parte se venden por debajo del costo. Y 2) tomando la letra de Carlos Andrés Pérez en 1974, anunció un Plan Deuda cero para condonar las deudas a los productores agrícolas financiados por FONDAFA, por unos Bs.F 246 millones. Lo positivo hubiera sido liberar el control de precios y crear condiciones favorables para invertir y producir con confianza”. Es decir los empresarios no tienen confianza en el gobierno y sus medidas y por lo tanto no van a invertir lo necesario para cubrir las necesidades del mercado interno y continuarán con su política de importaciones y fuga de capitales.

Las medidas del gobierno no impulsarán la inflación hacia abajo. Ya los empresarios estiman que este año rondará por el 40% y no el 19 que recalculó el gobierno, así que el 1,5% por ciento del ITF se lo van a embolsillar y seguirán avanzando en sus planes de acumulación de ganancias sin medida.

El gobierno con su ministro de planificación Halman El Troudi y el de Finanzas Rafael Isea,* siguen buscando aliados donde solo se encuentran con enemigos de un gobierno porque este no les da plena libertad para hacer lo que les venga en gana con la economía, y no entrega las riquezas del país en su totalidad a manos de las multinacionales. Siguen regalando los dineros del pueblo a quienes son enemigos declarados de los trabajadores.

Estas medidas económicas tampoco servirán para mitigar los efectos de la crisis económica que viven los Estados Unidos y cuyos consecuencias no están lejos de empezar a sentirse, aún con los altos precios petroleros, que son los que le han permitido al gobierno anunciar un plan de inversiones que nos recuerda a los de la Gran Venezuela de CAP parte I.

Lo que si va a producir, así sea momentáneamente es un envalentonamiento de los sectores del gobierno que no ven con buenos ojos los planteamientos socialistas y de ataque a los empresarios capitalistas. El que esto se traduzca en discursos políticos en defensa de la propiedad privada de los medios de producción, incluso en conflictos laborales, es solo cuestión de tiempo o de hechos concretos donde el pueblo se plantee enfrentamientos con los dueños del capital.

Es hora que las corrientes revolucionarias al interior de la UNT, logren desarrollar acciones unitarias que empezando por la discusión de las medidas que desde el movimiento obrero proponemos para desarrollar una economía armoniosa con la naturaleza y que rinda beneficios con justicia social al pueblo trabajador, nos permitan ganar la calle y derrotar las medidas que solo engordarán las chequeras de los grandes grupos económicos.

Para los militantes del PSUV también un deber impulsar la discusión sobre estas medidas anunciadas, para que sean retiradas y en su lugar se implementen otras que nacionalizando los monopolios, y la banca, y que funcionando bajo control de los trabajadores, nos permitan construir una nueva economía al servicio del pueblo trabajador.

Si compartes estas opiniones te invitamos a que sumemos fuerzas para golpear de manera más fuerte a quienes están avanzando en sus planes de aumentar su enriquecimiento con los dineros del pueblo.

* El ministro Isea fue sustituido por Alí Rodríguez, que de seguro seguirá la misma línea económica de su predecesor.




Leer más......

jueves, 26 de junio de 2008

Un par de articulos sobre argentina

Los de este blog que estamos muy implicados en la convergencia de las izquierdas no podemos olvidarnos de la dimensión internacionalista de la izquierda. Con este par de articulos a la par de dar a conocer algo de lo que esta sucediendo en Argentina iremos publicando más articulos y opiniones sobre algunos otros acontecimientos de importancia sobre la realidad mundial y las respuestas y aprendizajes de la lucha mundial de los oprimidos...



CONFLICTO AGRARIO EN ARGENTINA: OTRO CAMINO PARA SUPERAR LA CRISIS
Enviado por editor el Jue, 19/06/2008 - 09:31 social | Argentina
Claudio Katz, Guillermo Almeyra, Maristella Svampa (primeros firmantes) y otr@s *
Desde el 11 de marzo, cuando el gobierno nacional tomó la decisión de aumentar las retenciones y hacerlas móviles en función de los precios internacionales, escaló un conflicto que ha concluido instalando una polarización política entre el gobierno y las entidades del campo. No es verdad que tengamos que aceptar a libro cerrado los argumentos y las propuestas de ambos sectores, como si no hubiera propuestas y medidas superadoras.
Detrás de las demandas de eliminación de las retenciones móviles, las entidades del campo han enarbolado un programa de liberalización del mercado exportador de alimentos, con el fin del acaparar el máximo posible de las rentas extraordinarias, mientras difunden el planteo ideológico que el Estado no debe meterse con los negocios privados.
Bajo la cobertura de un falso federalismo se promueve una plataforma de medidas afín a los intereses del agro-negocio y la Sociedad Rural, con el acompañamiento y la fuerza social de los pequeños productores que han quedado entrampados en un lock-out agrario que favorece a los grandes capitalistas del sector y apunta a crear las condiciones favorables a una restauración neoliberal.
Las clases propietarias y los grupos agrarios más concentrados no toleran siquiera una tibia e inconsecuente regulación estatal y distribución de renta, enarbolando sus intereses privados y su ganancia creciente por sobre la alimentación, el salario, la educación y la salud de todo el pueblo argentino. Hoy el campo acumula superganancias que no se encuentran en ninguna otra rama de la producción. Esa situación impar es la que permitió batir records año tras año, incluso a costa de desplazar de sus tierras ancestrales a los campesinos pobres del norte argentino y de las condiciones laborales precarias e irregulares de más de un millón de peones rurales.
La derecha cuestiona las retenciones móviles en tanto mecanismo regulador que permite divorciar los precios internacionales de los locales y amortiguar el impacto inflacionario de un encarecimiento de las exportaciones. El lock-out se ha transformado también en una trinchera política desde donde promueven regresivamente el retorno al período previo al 2001.
Los cacerolazos que hemos visto en la Capital y otros centros urbanos, pese a su heterogeneidad inicial, se han ido configurando en la antítesis de la rebelión del 2001, motorizados por sectores altos de la sociedad, muchos de ellos rentistas, y por la oposición de derecha que ya se había manifestado en las elecciones legislativas y en las presidenciales de octubre pasado.
La mayoría de los medios de comunicación, grandes grupos concentrados que detentan el poder comunicacional y el cuasi monopolio de la palabra y la imagen, han jugado un rol protagónico como aglutinantes de una derecha invertebrada, distorsionando la realidad, creando una atmósfera política artificial y una opinión popular ficticia.
La principal preocupación del gobierno frente al lock-out ha sido reafirmar su autoridad política frente a un desafío sectorial que rompe el equilibrio de alianzas que ha sostenido su gestión, desde el inicio se ha apoyado en el modelo sojero que ahora cuestiona. Recurrió a todas las variantes posibles: discursos agresivos y contemporizadores, amenazas y negociaciones y ha quedado políticamente debilitado. Incapacidad política y errores de implementación técnica unificaron el campo opositor y le hicieron perder aliados naturales.
Profundizó este esquema con el consiguiente desplazamiento de productores, afectando la soberanía alimentaria, fortaleciendo los “pools” de siembra y los grupos exportadores (Dreyfus, Cargill, Nidera, Bayer…), permitiendo la escandalosa apropiación diferencial entre los impuestos pagados por los productores y lo realmente ingresado a las arcas del Estado. No casualmente estos grupos económicos no han sido casi mencionados en la crisis actual ni por el gobierno ni por las entidades del campo.
El gobierno tampoco cambió la estructura tributaria regresiva, ni adoptó ninguna iniciativa para recuperar el patrimonio nacional rematado durante el menemismo.
A pesar de las fenomenales tasas de crecimiento del actual ciclo económico, de la fuerte creación de empleo y de la recuperación salarial, persisten la segmentación y la precarización en el mercado de trabajo, se conservan muchas de las peores leyes laborales de los ’90, e incluso de la dictadura como la de los peones rurales. Al no adoptar medidas para modificar efectivamente la distribución del ingreso la brecha entre ricos y pobres continúa ensanchándose.
La políticas en curso no pueden asegurar, ni tampoco se lo proponen, la reconstrucción de un sistema de transporte ferroviario barato y ecológicamente sustentable, aunque se proyecta un “tren bala” que nos vuelve dependientes de tecnologías que no poseemos, que es inservible para el transporte de cargas y que solo podrá ser utilizado por una elite de pasajeros de altos ingresos.
Argentina posee el raro privilegio de ser el único país que enajenó su renta petrolera y, a contrapelo de las tendencias latinoamericanas -Bolivia, Ecuador Venezuela-, no hay proyecto alguno para recuperarla, por el contrario asistimos a la profundización de la política menemista en materia de hidrocarburos. Lo mismo sucede con las empresas privatizadas de servicios públicos y la generación y distribución de energía. Los grupos de medios de comunicación hoy denunciados por su papel en la crisis son los mismos que ayer fueron beneficiados con la renovación de las licencias, basados en la ley de radiodifusión de la época de la última dictadura militar.
Debajo de toda la parafernalia de acusaciones cruzadas se advierten divergencias al interior del bloque de las clases dominantes: mientras los sectores agro financieros tradicionales exigen darle prioridad a un proceso de acumulación basado en la exportación de bienes primarios y son indiferentes al consumo y el mercado interno, los sectores industriales, al contrario, aspiran a liderar dicho proceso con apoyo subordinado del sector agroindustrial.
Cómo se resuelva esta disputa no resulta ocioso ni indiferente para el movimiento obrero y las clases subalternas, como tampoco lo es la intervención estatal, aún a sabiendas que lo más probable sea un acuerdo donde el modelo primario-extractivo-exportador no será modificado sustancialmente, con las consecuencias sociales y ambientales y el tipo de desarrollo que lleva implícitas, lo que exige desarrollar por parte de todo el movimiento popular, un planteo de transformaciones profundas más allá de dichos acuerdos.
No puede haber neutralidad ante la amenaza de que la derecha logre parte de sus demandas y coloque sobre la agenda futura su programa de restauración neoliberal. Una liberalización de las exportaciones como demandan los ruralistas y los ideólogos del establishment dispararía los precios de los alimentos con el consiguiente efecto sobre los salarios reales de los trabajadores y las condiciones de vida y existencia de las clases populares.
Rechazamos enérgica y categóricamente su chantaje y defendemos el derecho del gobierno a implementar retenciones móviles y cupos de exportación. Pero sostenemos que el curso que ha tomado hasta el día de hoy lejos de ser una palanca para iniciar un cambio efectivo del modelo, cohabita con él, favorece a los grandes propietarios y “pool” sojeros y a los grandes exportadores, mientras afecta a su propia base popular al mostrarse impotente para un control eficaz de la inflación.
Los abajo firmantes pretendemos contribuir a cambiar los ejes del debate y discutir soluciones populares efectivas para el agro.
Sin que sea una enumeración taxativa:
Creemos necesario afectar las ganancias de los grandes propietarios, los grupos exportadores, comercializadores y “pool” de siembra, que se quedan con el grueso de los beneficios. También comenzar a discutir la nacionalización de varios segmentos de estos sectores
Elaborar un plan agrario que permita organizar la producción de acuerdo a un programa racional que permita contar con alimentos baratos y de calidad para todo el pueblo. Que contemple una política de fomento a los pequeños campesinos y de garantía de sus tierras, así como medidas protectoras del ambiente y una política de estatización de los insumos de los productores medianos y pequeños y de impuestos diferenciados según el tamaño de sus exportaciones.
Regular el comercio exterior y los precios mediante una junta nacional de granos y carnes, adoptar una clara reforma fiscal desgravando las cargas tributarias al consumo, modificando las alícuotas del impuesto inmobiliario y a las ganancias.
Eliminación del IVA de los productos esenciales en el consumo popular y aplicación efectiva de la Ley de Abastecimiento.
Es imperioso derogar la ley de Videla del peón rural y garantizar el blanqueo de todos los trabajadores en negro, así como garantizar la capacidad adquisitiva de los salarios para todos los trabajadores y del subsidio a los desocupados.
Con esta declaración apuntamos a que una tercera voz a favor de las mayorías populares comience a cobrar cuerpo frente a la crisis actual.
* Primeras firmas:
Claudio Katz, Guillermo Almeyra, Maristella Svampa, Hugo Calello, Susana Neuhaus, Guillermo Gigliani, Alejandro Bercovich, Mabel Bellucci, Eduardo Faletty, Ezequiel Adamovsky, Claudia Korol, Clara Algranatti, Jose Seoane, Antonio Bitto, Jorge Marchini, Jorge Sanmartino, Eduardo Lucita, Bruno Fornillo, Martin Bergel, Hernan Ouviña, Diana Mauri, Ricardo Orzi, Guido Galafassi, Agustín Santella, Gustavo Robles, Emilio Taddei, Judith Feldman, Leandro Sowter, Mabel Twaites Rey, Aldo Casas, Nora Ciapponi, Antonio Por, Beatriz Morales, Claudio Pandolfi, Pablo Guillermo FRISCO, Irene Muñoz, Herman Schiller, Guillermo Caviasa, Julio Vergara, Ariel Petruccelli, Alejandro Medici, Franco Catalani, Manuel Gonzalo Navarro, Aníbal Viguera, Alberto Wiñaszki, Eduardo Gorostegui, Nicolás Lion. Meriem Choukroum, Mariano Féliz, Liliana Soto, Daniel Pereyra, Octavo del Valle, Fernando Stratta, Joaquin S. Gomez, Carlos M. Herrera, Hernan Camarero, Silvana Ferreira, Omar Acha, Hernan Apazza, Agustín Nieto, Leandro Andrini, Héctor Menendez, José Luis Heller, Luis Galand, Luciano Alonso, Natalia Vega, Alejandro A. Cieri, Diego Heluani, Ernesto Javier Díaz, Daniel de Santis, Alan A. Rusch, Francisco G. Pavan, Oscar Martínez, Daniel Ximénez, Virginia Ciffarelli, Guillermo Perez Crespo.
Adhesiones a: jorgesanmartino4@fibertel.com.ar eduardo.lucita@gmail.com

Una catástrofe amenaza a los trabajadores: desabastecimiento, inflación, caída salarial, despidos y demás calamidades
Ruralistas y gobierno K están llevando el país al desastre
¡Es urgente que la clase obrera salga a luchar
por sus reivindicaciones!
Hay que formar un polo de clase
Hagamos el 9 de Julio un
acto independiente en Plaza de Mayo
Como señalamos más arriba, entre los trabajadores se ha venido abriendo paso un elemento potencialmente “revolucionario” en medio de la confusión generada en los últimos meses. Se trata del total hartazgo con los dos contendientes: el gobierno K, pero también con los ruralistas, entre crecientes sectores obreros y populares por una crisis que parece no tener fin y que ya está afectando de manera concreta sus condiciones de vida y salario.
Al mismo tiempo, existen también un conjunto de organizaciones de la izquierda, representaciones sindicales independientes, movimientos de desocupados e intelectuales, que se han manifestado de una manera más o menos consecuente de forma independiente de ambos sectores patronales en pugna.
El problema es que la extrema polarización política entre ambos bandos patronales, el rol de las burocracias sindicales y también la abierta capitulación de sectores de la izquierda subordinándose a las entidades patronales agrarias o al gobierno K dejó, por momentos, muy poco “espacio” para una expresión independiente y de clase ante la crisis.
Sin embargo, creemos que es imperioso trabajar por la aparición de un polo de clase que comience a recoger y expresar lo que ya se está viendo: un creciente odio social entre sectores populares y de trabajadores por los dos bandos patronales que se están disputando la renta agraria extraordinaria en su solo beneficio.
Precisamente, este trasfondo de hartazgo creciente, puede estar creando mejores condiciones para que esta posición independiente se exprese.
Es por estas razones que desde el nuevo MAS creemos que es una obligación que hagamos una convocatoria unitaria para que el próximo 9 de Julio, desde todos los sectores que se han manifestado de manera independiente frente a la crisis, para que realicemos un gran acto en Plaza de Mayo, de los que no estamos ni con el gobierno K ni con las entidades ruralistas y a favor de una salida de clase a esta crisis.
Parece de novela pero es verdad: la pugna entre el gobierno K y las entidades agrarias lleva 100 días; ahora parece abrirse una negociación en el Congreso a la que nadie le ve mucho futuro. ¡Mientras tanto, los platos rotos los seguimos pagando los trabajadores!
Una catástrofe nos amenaza: los bienes de consumo han aumentado de manera sideral; la inflación se está comiendo los aumentos salariales obtenidos en paritarias; conseguir trabajo empieza a ser más difícil y en muchos lugares se vienen despidos y suspensiones. Como si esto fuera poco, cada vez se nota más el desabastecimiento de los productos de consumo popular.
Con toda justicia amplios sectores comienzan a hartarse con esta situación. A los de arriba parece no importarles. La pelea entre los ruralistas y el gobierno K tiene en vilo al país, se suceden maniobras y contra maniobras entre ellos. Hay una crisis política, de autoridad e institucional crecientes que exigen que la clase obrera, única clase que no se ha expresado hasta ahora en la crisis, diga presente con sus propios reclamos y reivindicaciones.
Una pelea entre tiburones
Los trabajadores tenemos cosas que aprender de esta crisis. Una importante es la tenacidad con la que se pelean ambos bandos por sus egoístas intereses. La clase obrera debería defender los suyos propios con la misma tenacidad por el bien de toda la sociedad.
Hay una confusión: como en un Boca-River muchos creen que hay que hacerse hincha de uno u otro bando. Nada más alejado de la realidad. Gane quien gane perderemos los trabajadores. Es que la mayoría no termina de comprender lo que está en juego. Digámoslo sencillamente: están peleando por la distribución, entre ellos, de una tajada del trabajo no pagado de los obreros rurales y urbanos. Somos los trabajadores (del campo y la ciudad) los que con nuestro esfuerzo producimos todas las riquezas. Lamentablemente, bajo un sistema capitalista como este, la mayor parte de nuestro trabajo se lo quedan los patrones, sean estos industriales, agrarios, de los servicios o el propio gobierno K.
Esto mismo es lo que pasa hoy en el campo argentino: mientras los propietarios agrarios se disfrazan de “piqueteros” cortando las rutas, los trabajadores rurales siguen produciendo y siendo explotados tranqueras adentro. No hay que confundirse: un supuesto “pequeño productor” en las zonas más productivas –que son el centro del conflicto– con 500 hectáreas se embolsa la friolera de 250.000 dólares anuales solo por alquilar sus campos!
Lo propio ocurre con el gobierno K: se llena la boca acerca de la “distribución de la riqueza” mientras mantiene férreamente –de la mano de la CGT y la CTA– un techo salarial de miseria solo a beneficio de las patronales.
En el fragor de su pelea, a nadie le importa (patronales agrarias y gobierno K) ese millón y medio de asalariados rurales de los cuales cerca del 70% están en negro, en condiciones de trabajo de esclavitud laboral. ¡Si hasta todavía es común en el campo argentino el trabajo infantil, una rémora del siglo XIX!
Hay una falsa izquierda que vergonzosamente apoya a uno u otro bando patronal
A lo largo de toda esta crisis se ha generado una situación lamentable: campo y gobierno K han puesto sus intereses sobre la mesa. Mientras tanto la clase trabajadora, atada de pies y manos por las burocracias sindicales, no ha podido salir a la lucha por sus propias reivindicaciones.
Para colmo, una parte considerable de la “izquierda” han venido cumpliendo un papel lamentable a lo largo de la crisis ayudando a la confusión general. Unos, enfeudados con el gobierno K como es el caso de Libres del Sur y el Partido Comunista. Otros, de la mano de los ricachones de la Sociedad Rural como el MST de Vilma Ripoll y la CCC de Alderete.
Es decir, han salido a defender y a legitimar intereses de uno u otro sector patronal en vez de poner en alto las banderas de la clase obrera. Una posición verdaderamente de izquierda y socialista solo puede partir de la absoluta independencia de ambos bandos patronales.
Por esto, reiteramos el llamado a los sectores sindicales independientes, intelectuales, organizaciones de desocupados y partidos de la izquierda que no se han alineado con uno u otro bando patronal a que de inmediato conformemos un polo de clase para intervenir en conjunto en esta crisis.
Salir a la lucha y preparar un verdadero paro general
Para los próximos días se están anunciando nuevos cortes de ruta, paros patronales, “marchas federales” y otros tantos actos de parte de las entidades agrarias como del gobierno K. La crisis de gobernabilidad se está profundizando.
Es hora que la clase obrera les diga BASTA a ambos bandos patronales que están hundiendo el país: ¡hay que salir a la lucha y a las calles por las propias reivindicaciones de los trabajadores y el pueblo y por darle una salida obrera a la crisis!
Esta salida a la lucha de los trabajadores debería incluir la preparación de un verdadero paro general: ir discutiendo y organizándonos para poder imponérselo a una CGT y una CTA que lo único que vienen haciendo es cuidarle los intereses al gobierno sumándoles gente a sus actos y a los distintos sectores patronales con los que están relacionados en sus respectivos gremios.
A estas urgentes tareas llamamos desde el nuevo MAS: a luchar por las reivindicaciones de nuestra clase al tiempo que vamos organizando una medida contundente: una huelga general activa y con movilizaciones donde la clase trabajadora se haga ver en la escena nacional con sus propias reivindicaciones independientemente de ambos bandos patronales.
¡No al techo salarial K!
¡Reapertura de las paritarias y aumentos salariales indexados acordes con la inflación!
¡Ningún despido ni suspensiones!
¡Control obrero y popular para frenar el desabastecimiento! ¡Inmediata expropiación de todo sector que desabastezca!
¡Abajo las leyes de esclavitud laboral!
¡Créditos baratos para verdaderos pequeños productores y unidades de producción familiar!
¡Expropiación de los campos mayores de 500 hectáreas y su puesta en producción bajo administración y/o control de los asalariados rurales!
¡Expropiación bajo control de los trabajadores de todos los pools de siembra y grandes empresas acopiadoras, exportadoras y productoras de insumos y medios de trabajo para la producción agraria!
¡Monopolio del comercio exterior bajo control de los trabajadores!
¡Huelga general para que sea la clase obrera la que le dé una salida a la creciente crisis social y política!


Leer más......