martes, 27 de enero de 2009

Las Azafatas

De una Web chilena (etimologias.dechile.net) he recuperado la etimología de la palabra AZAFATA. No tiene desperdicio:



En el árabe de al-Andalus la palabra السفط (as-safát) significaba "cesto", nada más. De ahí sacó el romance castellano el término azafate que significaba lo mismo, "canasto", que luego derivó hacia significar recipientes similares a un canastillo hechos con otros materiales que no fueran los primitivos de mimbre o junco, pero no es el caso para la etimología de azafata.

La cuestión es que la dama de la reina de Castilla que le llevaba el azafate de la costura, donde se guardaban el real dedal con el real acerico y las reales agujas con los reales hilos, se llamó por esto la azafata. Por eso es que la palabra azafata tenía un prestigio añadido, como antiguo cargo cortesano, aunque era una palabra absolutamente en desuso desde la Edad Media.

Cuando en la España de la dictadura fascista del general Franco la empresa estatal de aviación "Iberia" hubo de contratar escogidas señoritas que hablasen idiomas y estuviesen bien educadas para dar buena imagen exterior, en una época en la que el conservadurismo más reaccionario había apartado a las mujeres del estudio para enseñarles labores del hogar y una cosa que se llamaba "Cultura General" en lugar del Bachillerato, tuvieron que echar mano de las "hijas de buena familia" para estos puestos de trabajo.

Pero el problema era la denominación. No podían llamar a estas señoritas con nombres serviles, que las equiparasen a criadas, como por ejemplo "aeromozas", ellas no eran vulgares mucamas. Entonces tuvieron la brillante idea de recuperar del olvido la sonora y elegante palabra de azafata, que remitía a las damas de la nobleza más rancia de Castilla. La propuesta fue todo un éxito. Las azafatas lograron un prestigio social que no tenía ninguna camarera, mesera o tabernera, por hacer un trabajo similar. Tanto es así que se ha extendido su uso, no sólo en el espacio, pues ya es general en toda América, sino también en el campo semántico, pues se ha ampliado a toda señorita que atiende a los asistentes a una convención, feria de muestras, o similares. Incluso se le ha creado el masculino azafato.

Y en la creatividad lingüística popular se puede llegar a oir cosas como lo que, en cierta ocasión de la que fui testigo, dijo, orgullosa, una mamá de Algeciras, que su niña "estudiaba pa safanta", hermosa variante donde aunaba el étimo de azafata con el de infanta ¿Habrá más satisfacción en una madre?

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