Hay dos noticias que me han impactado este fin de semana.
La primera hace referencia al dedazo del oportunista ZP a la hora de formar su camarilla. Y ahí lo importante no era si él o Caldera seguían teniendo buen rollito o si los/las inútiles de otros ministerios se corrieron de gusto o de disgusto cuando el dedazo bajó. No, la noticia más importante es que la única dirigente con peso propio, la única que era sensible (mucho o poco) a las presiones del movimiento, la única capaz de enfrentarse a depredadores del ladrillo, agua, caza... aunque fuesen personajillos de su partido, ha sido expulsada del gobierno. Y es que Cristina era lo más parecido que había en el PSOE a una reformista honrada, pertenecía a esas personas con poder que, ya que no ven factible luchar por un cambio de sistema, por lo menos intentan limitar los desastres del capitalismo.
¿Y a quien han puesto en su lugar? A la reaccionaria Espinosa, una correveidile de los elementos más oscuros de la economía. Y no solo eso, han suprimido el ministerio de Medio Ambiente (dejándole el nombre, eso sí) y lo han subsumido en el de Latifundismo (perdón, Agricultura, es que como le han cambiado el nombre...) y Depredación Marina (perdón, Pesca, en qué estaría yo pensando). A partir de ahora, ya sabeis: Trasvase del Ebro a Cataluña, más CO2 a la atmósfera, más autovías (con el litro de petroleo disparado), más AVE... y menos txorradas ambientalistas.
¿Y por qué ha fracasado Cristina? Eso me lleva a mi segunda preocupación del fin de semana ¿Por qué se extinguieron los neandertales? Según mi compañero de curso Arsuaga, eso fue debido en parte a la carga simbólica que traían los cromagnones. El efecto bandera hacía que éstos formasen grupos más grandes unidos por lazos mayores y más útiles que los del mero parentesco. En cambio los neandertales se limitaban a grupos pequeños unidos por intereses materiales y de parentesco muy próximos, lo que los incapacitó de seguir subsistiendo cuando el clima cambió y la fauna pasó de ser la pequeña y manejable de los bosques a la grande (mamuts, renos...) de las estepas.
O sea, si Cristina hubiese progresado y cogido el efecto bandera, aliándose más estrechamente a los grupos ecologistas y a la izquierda consecuente, es posible que habría tenido más exito en su lucha contra los depredadores enquistados en su propio partido.
Pero la pobrecita Cristina no se apercibió a tiempo de que el clima estaba cambiando. Que en esta fase del imperialismo en que vivimos, los reformistas honrados son también una especie en peligro de extinción.
A pesar de todo, como con los neandertales, sentimos lástima por ella. Daba una cierta satisfacción sentir que había un ministro de izquierdas en el gabinete ZP. La echaremos en falta, seguro.
Escribe aquí el resto del artículo
domingo, 13 de abril de 2008
Cristina Narbona y los neandertales
Publicado por Txema en 11:51
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario