miércoles, 25 de febrero de 2009

La Unesco cataloga de «vulnerable» la situación del euskara


M.Eizmendi-J. Vivanco
Gara

La situación del euskara ha pasado en ocho años de estar «en peligro» de desaparición a un estatus de «vulnerable», según la Unesco. Así lo recoge el último «Atlas de las lenguas en peligro en el mundo», presentado ayer en París. Una mejora que sólo parece traducirse en la CAV, ya que el autor del análisis reconoce que en Nafarroa y en los tres territorios de Ipar Euskal Herria su posición es aún «más débil».


En el último «Atlas de las lenguas en peligro del mundo», presentado por la Unesco, de los 6.000 idiomas hablados a lo largo y ancho del planeta, hay 607 en situación «vulnerable», es decir, que «la mayoría de los niños hablan la lengua, pero su uso puede estar restringido a determinados ámbitos, como, por ejemplo, el familiar», según la interpretación dada por este organismo.



Éste sería el caso del euskara, idioma que en su anterior Atlas, en 2001, era catalogado como «en peligro» de desaparición. En cualquier caso, la Unesco advierte en su nuevo análisis de que ha modificado los baremos de interpretación y sus categorías. Aceptando ese avance en positivo, sin embargo no lo es tanto en los herrialdes de Lapurdi, Zuberoa y Benafarroa, donde la situación sigue estando más o menos como hace ocho años, «en peligro severo».

En total, según este informe internacional, 660.000 personas en los siete territorios tienen el euskara como lengua m aterna; de ellas, se acota, menos de 80.000 viven en Ipar Euskal Herria. En estas cifras se ha basado el encargado de compilar los datos para Europa, el profesor de la Universidad de Helsinki Tapani Salminen, y que se antojan un tanto «anticuados», ya que, según se informa, es una estimación hecha por el lingüista Larry Trask en 1997 en base a un censo de 1991.

El etnolingüista finés reconoció ayer a GARA, vía e-mail, que la catalogación de «vulnerable» dada al euskara tiene que ver con la «dura competencia del español y francés en el día a día». Pero también es consecuencia, añade, de que «a pesar de la alta protección oficial» que tiene la lengua en la CAV, su posición es «más débil» en Nafarroa e Ipar Euskal Herria.

Salminen insiste en aclarar que la de «vulnerable» no debe ser entendida como una catalogación a las puertas de estar «en peligro», pero sí que su estatus «merece preocupación». A modo de ejemplo, comenta que hay lenguas «vulnerables» habladas po r millones de personas.

GARA quiso contrastar estas reflexiones con varios expertos en la materia de nuestro país. Olatz Altuna es integrante de Soziolinguistika Klusterra y ha coordinado las tres últimas ediciones de «Euskal Herriko kale neurketa». «Para medir la fuerza de una lengua existen múltiples variantes, pero quizás su uso oral sea el más significativo y en el caso del euskara las última investigaciones indican que, aunque haya incrementado, la situación es muy distinta en los diferentes territorios», explica. Subraya que, sobre todo, ese incremento se ha registrado en los ámbitos formales (escuelas, instituciones...) y no así en los informales, donde incluso ha disminuido.

En su opinión, el perfil de los bilingües ha cambiado cualitativamente. «Más de la mitad de los los jóvenes bilingües tienen como primer idioma el castellano, y eso no ocurría hace unos años». Ahora tienen «más facilidad para expresarse en castellano y eso tiene un efecto directo en e l uso».

Otro aspecto que hay que tener en cuenta, en opinión de Altuna, es la necesidad de atraer a las personas emigrantes al euskara. «En los últimos años el aspecto más significante en la evolución social de Euskal Herria ha sido el fenómeno migratorio, y es imprescindible poner más medios para atraerlos».

Andrés Iñigo es el responsable de la sección Jagon de Euskaltzaindia. Reconoce que el euskara ha dado un paso en la calificación de Unesco pero, aún así, coincidiendo con Altuna, afirma que la mayor debilidad reside en el uso. «El conocimiento ha aumentado, pero hay que dar pasos para fomentar el uso del idioma, y para ello son necesarias políticas lingüísticas eficaces y poner más medios, no sólo en educación, sino que también en los medios de comunicación, en el ámbito socio-económico... Ahí es donde hay que incidir más, porque el conocimiento no asegura su uso».

El mal ejemplo francés

El euskara es una de las 28 lenguas que este Atlas incl u ye dentro de los estados español y francés. En el caso del primero, además del gascón, hablado a ambos lados del Pirineo y considerado «en peligro», se citan el aragonés y el asturiano-leonés; ambos se encuentran «en peligro», con unos 10.000 y 150.000 hablantes estimados, respectivamente. Es decir, según el nivel de vitalidad de la Unesco, «los niños ya no lo aprenden en sus familias como lengua materna».

Ni catalán ni gallego presentan riesgos. Tapani Salminen subraya la fortaleza del primero, al que califica como «la lengua minoritaria más fuerte de Europa». Del gallego, subraya la ayuda protectora que le otorga su proximidad al portugués.

En el caso del Estado francés, la histórica defensa a ultranza de su idioma oficial le lleva a ser destacado por la Unesco, dado que buena parte de las lenguas que se hablan dentro de su territorio se encuentran «seriamente en peligro» de desaparición. Son los casos del normando, valón, borgoñés, loreno y bretón (unos 250. 0 00 hablantes calcula para este último). El corso, por contra, con un 64% de hablantes estimado sobre la población de la isla, logra estar ligeramente «mejor», es decir, «en peligro».

Este Atlas, presentado en París en vísperas del Día Mundial de la Lengua Materna, permite hacer búsquedas según múltiples criterios y clasifica las 2.500 lenguas en peligro diferenciadas según cinco grados de vitalidad: vulnerables, en peligro, seriamente en peligro, en situación crítica y extintas (desde 1950).

Algunas de sus informaciones son particularmente preocupantes: de los 6.000 idiomas existentes en el mundo, más de 200 se han extinguido en el curso de las tres últimas generaciones, 538 están en situación crítica, 502 seriamente en peligro, 632 en peligro y 607 en situación vulnerable.

Con todo, la situación que presenta el informe no es sistemáticamente alarmista. Así, Papua Nueva Guinea, el estado con la mayor diversidad lingüística del mundo (se hablan allí más d e 800 lenguas), es también uno de los que, proporcionalmente, tiene menos en peligro (88). Además, hay lenguas que el Atlas señala como extintas y que son objeto de una revitalización activa. Es el caso del córnico (Cornualles) o el sîshëë de Nueva Caledonia, que podrían transformarse de nuevo en lenguas vivas. Ya ocurrió en su día con el hebreo.

Además, según la Unesco, gracias a políticas lingüísticas favorables, ha aumentado el número de hablantes de varias lenguas indígenas. Es el caso del aymará central y el quechua en Perú, del maorí en Nueva Zelanda, del guaraní en Paraguay y de varias otras lenguas de Canadá, de Estados Unidos y de México.

Diez hablantes

El Atlas de la Unesco revela que 199 idiomas cuentan con menos de diez hablantes y que otros 178 tienen un número comprendido entre 10 y 50. Están al borde de la extinción.

Hizkuntza gutxituen gaineko ardura, aurtengoan Nafarroa Oinezek
Etxarri Aranatzeko Andra Mari ikastolak antolatuko du aurten N afarroa Oinez jaia. Prestaketa lanetan buru-belarri ari dira, baina bestelako egitekoak ere hartu dituzte beren gain. Euskararen egoera eta ikastolen lana han eta hemen zabaldu eta ezagutarazi nahi dute, baina gutxitutako hizkuntzekiko duten ardura ere handia da. Jaiaren web orria da horren isla; bertan «Hitzen Bidaldia» izeneko atalean kreolera, miskitoera, mundurukuera edota rapa nui hizkuntzen gaineko datuak eta haien patuaren gaineko xehetasunak ematen dituzte.

GARA

«Si olvido mi lengua materna, para qué quiero mi boca»
Alilet Nemtushkin, un poeta de la minoría china evenki, resumía en unos de sus poemas el sentimiento ante el temor a perder su lengua:

Si olvido mi lengua materna,
y los cantos que entona mi pueblo,
de qué me sirven mis ojos y oídos,
para qué quiero mi boca.

Marie Smith Jones era una anciana nativa india que falleció el 21 de enero de 2008. Con ella, se fue la última hablante de la lengua eyak, localizada en Alaska. Jefa de la nación del mismo nombre, había participado entre 2000 y 2005 en la elaboración del Proyecto Lenguaje Eyak. Y como Marie, con la muerte de Tefvic Esenc en 1992 se extinguió el idioma ubyh, en Turquía; y con la de Ned Maddrell en 1974, le ocurrió al manés, de la Isla de Man. Resulta imposible calcular el número de lenguas desaparecidas a lo largo de la historia de la humanidad. Pero que han desaparecido y desaparecen es más que una evidencia. Sólo desde la llegada de Crsitóbal Colón a América se han perdido 115 de los 280 idiomas hablados por aquel entonces.

Según la Unesco, sólo en las tres últimas generaciones se calcula que han desaparecido unos dos centenares de lenguas. Hoy día, por ejemplo, en el África Subsahariana, cuya poblac i ón usa más de dos mil idiomas para comunicarse, es decir, casi un tercio de todos los del mundo, es muy probable que al menos un diez por ciento desaparezca en los próximos cien años.

El Atlas constata también que India, Estados Unidos, Brasil, Indonesia y México, países con una gran diversidad lingüística, son al mismo tiempo aquellos que tienen más lenguas en peligro. En Australia señala no menos de 108 lenguas en distinto grado de peligro. J.V.

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