Mikel Labeaga
En Euskadi, como si de la película del titulo “El día de la marmota” se tratase, nos levantamos con días que parecían ya haber pasado. Represión, detenciones y encarcelamientos de sectores de la izquierda abertzale. El PSOE en un giro de tuerca mas en su política, emprendida tras la ruptura de la tregua de ETA y en su vuelta a la política de acercamiento en “materia de Estado” al PP y con viejas recetas de la Ley de Partidos. No contento con la presentación de las llamadas Mociones Éticas, por la coherente respuesta de los concejales de Ezker Batua-Zutik de negarse a caer en su juego, ha buscado una forma ya conocida de implicación de la judicatura como actor directo. Así Garzon, recordando viejos tiempos, no ha dudado de encarcelar a Ino Gallastegui, alcaldesa de Mondragón.
Este encarcelamiento de Ino, no es sino un preludio de lo que van a ser los próximos meses en Euskal Herria… Represión, con respuesta de sectores de esa izquierda abertzale, que va a generar nuevas detenciones. Situaciones trágicas de compañeros que tras veintiún años de cárcel sin delitos de sangre, salen de presidio y en menos de un mes vuelven a ser encarcelados en aplicación de la doctrina Parrot. Decenas de jóvenes detenidos, denunciados por Kale-Borroka, con paso a presión en una continuidad del “todo es ETA”. Una espiral que solo trae lustración en la población vasca necesitada de modelos de negociación y soluciones al conflicto de nuevo encasquillado.
Pero la moción de censura y la posterior dinámica represiva a puesto algunas cosas mas al descubierto. Una crisis de cierta importancia en todas las formaciones políticas.
La izquierda abertzale muestra su limitada capacidad de para responder con movilizaciones amplias a este nuevo ataque y la supeditación de toda su estrategia a los dictados de ETA (a pesar de sus llamados a la metodología de Lizarra-Garazi, pensados mas como un torpedo hacia el PNV). En el PNV, se evidencia la existencia de un conflicto permanente entre los dos sectores que conviven en esta organización y sus constantes vaivenes entre acuerdos con el PSOE y hoja de ruta de Ibarretxe. Ezker Batua, en un malabarismo entre Llamazares y Madrazo, juega a situarse del lado de los que piden la cabeza de sus concejales en Mondragón, por negarse a entrar en la dinámica de las mociones éticas, y deja así al descubierto el total plegamiento de Madrazo al PNV y los conflictos que esto le genera con los sectores mas combativos de su base, que se niegan a entrar por la senda de la Ley de Partidos. El PSE busca acercarse al PNV, de cara a las futuras alianzas en Euskadi, y a la vez el PSOE mira con el rabillo del ojo al PP, con los llamados al pacto de Estado contra el terrorismo.
Esta terrible situación mantiene a la ciudadanía vasca en un hastío que llega a paralizar su capacidad de respuesta, haciéndose patente la necesidad de revertirla reorganizando las fuerzas de la izquierda vasca.
miércoles, 4 de junio de 2008
El día de la marmota
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