miércoles, 4 de junio de 2008

El día de la marmota

Mikel Labeaga
En Euskadi, como si de la película del titulo “El día de la marmota” se tratase, nos levantamos con días que parecían ya haber pasado. Represión, detenciones y encarcelamientos de sectores de la izquierda abertzale. El PSOE en un giro de tuerca mas en su política, emprendida tras la ruptura de la tregua de ETA y en su vuelta a la política de acercamiento en “materia de Estado” al PP y con viejas recetas de la Ley de Partidos. No contento con la presentación de las llamadas Mociones Éticas, por la coherente respuesta de los concejales de Ezker Batua-Zutik de negarse a caer en su juego, ha buscado una forma ya conocida de implicación de la judicatura como actor directo. Así Garzon, recordando viejos tiempos, no ha dudado de encarcelar a Ino Gallastegui, alcaldesa de Mondragón.

Este encarcelamiento de Ino, no es sino un preludio de lo que van a ser los próximos meses en Euskal Herria… Represión, con respuesta de sectores de esa izquierda abertzale, que va a generar nuevas detenciones. Situaciones trágicas de compañeros que tras veintiún años de cárcel sin delitos de sangre, salen de presidio y en menos de un mes vuelven a ser encarcelados en aplicación de la doctrina Parrot. Decenas de jóvenes detenidos, denunciados por Kale-Borroka, con paso a presión en una continuidad del “todo es ETA”. Una espiral que solo trae lustración en la población vasca necesitada de modelos de negociación y soluciones al conflicto de nuevo encasquillado.
Pero la moción de censura y la posterior dinámica represiva a puesto algunas cosas mas al descubierto. Una crisis de cierta importancia en todas las formaciones políticas.
La izquierda abertzale muestra su limitada capacidad de para responder con movilizaciones amplias a este nuevo ataque y la supeditación de toda su estrategia a los dictados de ETA (a pesar de sus llamados a la metodología de Lizarra-Garazi, pensados mas como un torpedo hacia el PNV). En el PNV, se evidencia la existencia de un conflicto permanente entre los dos sectores que conviven en esta organización y sus constantes vaivenes entre acuerdos con el PSOE y hoja de ruta de Ibarretxe. Ezker Batua, en un malabarismo entre Llamazares y Madrazo, juega a situarse del lado de los que piden la cabeza de sus concejales en Mondragón, por negarse a entrar en la dinámica de las mociones éticas, y deja así al descubierto el total plegamiento de Madrazo al PNV y los conflictos que esto le genera con los sectores mas combativos de su base, que se niegan a entrar por la senda de la Ley de Partidos. El PSE busca acercarse al PNV, de cara a las futuras alianzas en Euskadi, y a la vez el PSOE mira con el rabillo del ojo al PP, con los llamados al pacto de Estado contra el terrorismo.
Esta terrible situación mantiene a la ciudadanía vasca en un hastío que llega a paralizar su capacidad de respuesta, haciéndose patente la necesidad de revertirla reorganizando las fuerzas de la izquierda vasca.


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