viernes, 6 de junio de 2008

Respuesta a la moción ética en Urretxu

Nuestro problema es con el tercer punto de la moción. Al no votarse por puntos motiva nuestra abstención. Ni que decir tiene que apoyo en su totalidad el resto de la moción.
Nos parece injusto que se criminalice y demonice a concejales de EB-Berdeak que han decidido abstenerse.



Vaya desde aquí nuestro reconocimiento a dichas personas. Esto no es un problema de poder txikitear con los de ANV, como se ha llegado a decir, o de no querer tocar un pelo a este partido (tiene gracia que esto se diga cuando se calculó como verdadero alquimista en qué sitios sí y en qué sitios no se podía presentar ANV a las elecciones municipales). Esto es que igual algunos no comulgamos con ruedas de molino y hacemos nuestras propias reflexiones, acertadas o desacertadas, pero nuestras.
Queda fuera de toda duda que el aspecto controvertido de la moción es aquél referido a la petición de dimisión de los cargos electos. Yo sobre esto queremos hacer alguna reflexión que no hemos escuchado a nadie. Cuando nos presentamos a las elecciones municipales a nadie se nos dijo que debíamos condenar a ETA para poder ser concejales (y recordemos que para las elecciones de mayo ETA había asesinado a dos personas). Es decir la condena o no de ETA no era una causa de inelegibilidad establecida como tal en la Ley Electoral. Tampoco después del asesinato de Capbreton se oyó decir a nadie que había que dimitir si no se condenaba a ETA.
Sin embargo ahora sí. Ahora al que no condene tenemos que exigirle que dimita como si fuésemos nosotros los legisladores y hubiésemos establecido una causa más de inelegibilidad.
Hace once meses la ciudadanía de Urretxu otorgó su confianza a ANV, resultando ser ésta la lista ganadora de los comicios y quien se hizo cargo de la máxima representación institucional. Un principio democrático es que la decisión de la ciudadanía no debe ser alterada por la cocina política. Si los electores depositaron su confianza en ANV deberían ser ellos quienes la retirasen en las próximas elecciones municipales. La decisión del pueblo sólo debería ser revocada por el pueblo.
Estamos dispuestos a apoyar la convocatoria de una consulta para que sea la propia ciudadanía la que se pronuncie al respecto, si alguien tiene alguna duda. Este se basa en un procedimiento sencillo y reglado que nace del artículo 71 de la Ley 7/1985 Reguladora de las Bases de Régimen Local; «De conformidad con la legislación del Estado y de la Comunidad Autónoma, cuando ésta tenga competencia estatutariamente atribuida para ello, los Alcaldes, previo acuerdo por mayoría absoluta del Pleno y autorización del Gobierno de la Nación, podrán someter a consulta popular aquellos asuntos de la competencia propia municipal y de carácter local que sean de especial relevancia para los intereses de los vecinos, con excepción de los relativos a la Hacienda local.» Los partidos políticos no deberían sentir incomodidad para que fuera la propia ciudadanía quien directamente revocara la decisión adoptada hace once meses. Nosotros nos comprometemos a asumir el resultado de la citada convocatoria.
DEMÓCRATAS VS. VIOLENTOS Rechazamos cualquier tipo de maniqueísmo, o estás conmigo o contra mí, no podemos entrar en el binomio demócratas-violentos que tan pernicioso se ha mostrado para la consecución de la paz y la normalización política, compartir fines no significa compartir los medios. Podemos comenzar apoyando mociones de censura, pero no sabemos dónde nos llevará esta senda. ¿Ahora que ETA ha decidido reanudar su criminal actividad haremos oídos sordos a arbitrariedades judiciales como el 18/98 o ante los casos de tortura? No debemos entrar en la espiral acción-reacción en que tan cómoda se encuentra ETA y sectores políticos, mediáticos y judiciales del Estado español. Conviene recordar una frase poco conocida de Adolf Hitler, pronunciada en Königsberg antes de llegar al poder. Dijo: «La gran fuerza del Estado totalitario es que obligará a los que lo temen a imitarlo». Esta reflexión puede ser homologable a un movimiento totalitario como ETA, su triunfo sería que los contrarios adoptásemos posiciones de recortes democráticos.
Ahora me dirijo directamente a ezker abertzalea. Fue en Arrasate, precisamente en Arrasate, donde se aprobó, también por la izquierda abertzale, lo siguiente:
“Reitera que el respeto a las reglas de juego propias de un sistema democrático es un elemento esencial para alcanzar la paz y la normalización política en Euskal Herria, y esta normalización política deberá estar basada en la asunción del pluralismo político y su respeto, en la ampliación del consenso entre diferentes y sin ningún tipo de expresión de violencia o vulneración de derechos”.
“Proclama que todas las ideas y todas las personas tiene derecho a participar en igualdad de condiciones en la vida política, social y cultural, defendiendo sus proyectos sólo por medios políticos y llevándolos a la práctica si obtienen el respaldo democrático de la mayoría de la sociedad vasca”.
Pues bien, esos acuerdos y principios son radicalmente incompatibles con la persistencia de la violencia de ETA. No es posible decir que se acuerda eso y sin embargo no pronunciarse ante el asesinato de ex concejales o la existencia de personas que no pueden llevar a cabo su proyecto político en libertad.
Las estrategias basadas en el aislamiento y la persecución se han mostrado históricamente perniciosas en la búsqueda de nuestros objetivos de libertad, justicia y paz en fin de democracia. Pero eso sí, para que un proceso de paz pueda avanzar es necesario que ETA abandone definitivamente su absurda estrategia de dolor, sufrimiento y esterilidad política.

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