viernes, 7 de noviembre de 2008

OJALA

Me estoy volviendo mayor, no estoy contento ni ilusionado con la victoria de Obama. Sin duda que he suspirado cuando he visto que la era Bush ha terminado, que se ha acabado con estos ocho años de horrendas pesadillas, de muerte, vulneración de derechos, y destrucción… pero no estoy esperanzado. Quiero estarlo, quiero creerlo, pero uno ya está harto de las campañas de imagen, del marketing, de la superficialidad. Sin negar que cuando estas en Guatepeor, no está mal volver a Guatemala. Ojala llegue el cambio, sí. Ojala, que todo no sea un sueño, que empiece a hacerse realidad, y OJALA que se cumpla lo que escribe Eduardo Galeano



Ojalá (Eduardo Galeano)

¿Obama probará, desde el gobierno, que sus amenazas guerreras contra Irán y Pakistán fueron no más que palabras, proclamadas para seducir oídos difíciles durante la campaña electoral?

Ojalá. Y ojalá no caiga ni por un momento en la tentación de repetir las hazañas de George W. Bush. Al fin y al cabo, Obama tuvo la dignidad de votar contra la guerra de Irak, mientras el Partido Demócrata y el Partido Republicano ovacionaban el anuncio de esa carnicería.

Durante su campaña, la palabra leadership fue la más repetida en los discursos de Obama. Durante su gobierno, ¿continuará creyendo que su país ha sido elegido para salvar el mundo, tóxica idea que comparte con casi todos sus colegas? ¿Seguirá insistiendo en el liderazgo mundial de los Estados Unidos y su mesiánica misión de mando?

Ojalá esta crisis actual, que está sacudiendo los cimientos imperiales, sirva al menos para dar un baño de realismo y de humildad a este gobierno que comienza.

¿Obama aceptará que el racismo sea normal cuando se ejerce contra los países que su país invade? ¿No es racismo contar uno por uno los muertos invasores en Irak y olímpicamente ignorar los muchísimos muertos en la población invadida? ¿No es racista este mundo donde hay ciudadanos de primera, segunda y tercera categoría, y muertos de primera, segunda y tercera?

La victoria de Obama fue universalmente celebrada como una batalla ganada contra el racismo. Ojalá él asuma, desde sus actos de gobierno, esa hermosa responsabilidad.

¿El gobierno de Obama confirmará, una vez más, que el Partido Demócrata y el Partido Republicano son dos nombres de un mismo partido?

Ojalá la voluntad de cambio, que estas elecciones han consagrado, sea más que una promesa y más que una esperanza. Ojalá el nuevo gobierno tenga el coraje de romper con esa tradición del partido único, disfrazado de dos que a la hora de la verdad hacen más o menos lo mismo aunque simulen que se pelean.

¿Obama cumplirá su promesa de cerrar la siniestra cárcel de Guantánamo?

Ojalá, y ojalá acabe con el siniestro bloqueo de Cuba.

¿Obama seguirá creyendo que está muy bien que un muro evite que los mexicanos atraviesen la frontera, mientras el dinero pasa sin que nadie le pida pasaporte?

Durante la campaña electoral, Obama nunca enfrentó con franqueza el tema de la inmigración. Ojalá a partir de ahora, cuando ya no corre el peligro de espantar votos, pueda y quiera acabar con ese muro, mucho más largo y bochornoso que el Muro de Berlín, y con todos los muros que violan el derecho a la libre circulación de las personas.

¿Obama, que con tanto entusiasmo apoyó el reciente regalito de setecientos cincuenta mil millones de dólares a los banqueros, gobernará, como es costumbre, para socializar las pérdidas y para privatizar las ganancias?

Me temo que sí, pero ojalá que no.

¿Obama firmará y cumplirá el compromiso de Kyoto, o seguirá otorgando el privilegio de la impunidad a la nación más envenenadora del planeta? ¿Gobernará para los autos o para la gente? ¿Podrá cambiar el rumbo asesino de un modo de vida de pocos que se rifan el destino de todos?

Me temo que no, pero ojalá que sí.

¿Obama, primer presidente negro de la historia de los Estados Unidos, llevará a la práctica el sueño de Martin Luther King o la pesadilla de Condoleezza Rice?

Esta Casa Blanca, que ahora es su casa, fue construida por esclavos negros. Ojalá no lo olvide, nunca.
Permalink: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-114566-2008-11-06.html


3 comentarios:

Melania Moscoso dijo...

Hola Ekaitza,

No sé si nos conocemos personalmente, pero sí que he tenido el gusto de tratar con Marce. El caso es que gracias a una beca postdoctoral me encuentro en el imperio invstigando cositas de discapacidad
1.= En cuanto a la victoria de Obama: el sentido común dice que el candidato más votado es el ganador. Sin embargo, cuando se repara en en las especificidades del electorado Pro Mc Cain "predominantemente rural, rednecks, evangelistas, creacionistas y conservadores ultramontanos" y los del electoado obamista =urbanos, educados y clase obrera de extrarradio la cosa cambia. No se si sabeis que aquí las elecciones se celebran siempre el primer martes de noviembre, día laborable, con lo que la gente tiene que salir de trabajar para ir a votar, y hacer cola durante cuatro horas en las ciudades. A eso hay que añadeirle que tienen que haberse registrado para votar. No hay censo automático, como en nuestra civilizada europa. Las pequeñas ciudades"towns" mayoritariamente republicanas tienen una población muy estable que no hace necesario registrarse y no tienen que hacer cola. Además circulan una serie de bulos interesados que favorecen al partido republicano. Sin ir más lejos ayer mellamaron al móvil para decirme que si quería votar a obama debía esperar al Miércoles.

2= El impacto de su elección: en EE.UU existe una separación de poderes muy acusada entre el poder ejecutivo =presidente= y el legislativo (Senate y House of representatives) tradicionalmente el presidente era de un partido y el legislativo de la oposición, si. Las próximas elecciones del house of representatives o cámara baja no se producirían hasta 2011. De momento el en el Senado ha habido un incremento de los demócratas A lo mejor Obama va a tener cierto margen de actuación. De todos modos, si quisiera vetar alguna iniciativa de ley particularmente ofensiva, tendría que obtener dos tercios de apoyos entre los reprentantes de la cámara baja, y el predominio demócrata no va dar para tanto.

3= un apunte con respecto a la reforma de la sanidad. Obama no pretende poner en marcha un sistema de salud público universal como el que conocemos. Sólo extender a los cuarenta millones de americanos sin seguro médico una cobertura semejante a la que tienen los empleados federales, lo cual es un gran adelanto, pero no lo que creemos en Europa. Las implicaciones son que los empleados del Starbucks, esa cadena en la que te cobran tres dolares por tomarte un café vomitivo, que hasta ahora eran relativamente privilegiados porque el empleador les paga el seguro médico ahora van a estar en desventaja.
4.= Obama no es Bush, pero tampoco es Zapatero. Si tuviera que compararlo con algún político español se me ocurre Manuel Pimentel, un tipo listo de la socialdemocracia liberal.

Es increíble, en todo caso, las expectativas que la buena gente de este país ha puesto en su presidente electo. La cara de felicidad que de la gente en el metro era tremenda. Creedme que según por donse se mire este país tiene una vitalidad cívica considerable.

Caperucita Coja

Marce dijo...

Que grande eres Caperucita Roja, frente a mi lentitud con el correo y con el blog te has adelantado a introducir tu texto como comentario. Yo lo quería en como una entrada directa con tu firma, pero bueno el próximo va en primera fila. No hay nada mejor que tener una caperucuta roja que te cuente como es verdaderamente el bosque de Obama USA.
Eskerrik asko

Mikel dijo...

Eskerrik asko. Pero justamente por eso, porque intuimos o sabemos como se ha movilizado una parte de la sociedad americana... OJALA el cambio, aunque sea mínimo, sea cierto. Artículos sesudos y de análisis exhaustivos ha habido muchos, que todos hemos leido, pero por lo que expresa de sentimiento, de sensaciones desde la izquierda, he escogido el de Eduardo Galeano. Yo coincido en ese escepticismo, desde, buuuf, el alivio que se siente al saber que la era BUSH ha terminado.

Sería malo que se hiciese un seguimiento acrítico de la etapa Obama, que se le diera un cheque en blanco, y eso es lo que destilaban muchos de los análisis interesados sobre la necesidad de su victoria. La izquierda norteamericana tiene un gran y buen trabajo por delante para resurgir.