martes, 23 de diciembre de 2008

El arzobispo de Canterbury apela a Marx



El arzobispo apela a Marx

El primado anglicano considera que Marx analizó correctamente los problemas del capitalismo y advierte al laborismo de los peligros que entraña la creación de la riqueza sin contar con el individuo. No es doctrina, pero la iglesia anglicana acaba de descubrir que Marx, Karl Marx, tenía razón. Al menos, eso opina el arzobispo de Canterbury, primado anglicano y cabeza visible de la Iglesia de Inglaterra... por debajo del rey, en este caso reina, desde que Enrique VIII convirtió un divorcio en cisma. Rowan Williams, a la sazón polémico arzobispo inglés, acaba de afirmar algo parecido en un artículo de su puño y letra publicado en el diario conservador The Daily Telegraph, artículo en el que advierte además al gobierno laborista de Gordon Brown, es decir, aquellos antiguos socialistas británicos, de los peligros que entraña la defensa absoluta de una simple creación de la riqueza.



Williams, quien parece querer recordad que las enseñanzas de Jesucristo no estaban tan lejos de las de Marx, al menos en cuanto a reparto de la riqueza, aunque luego ambas teorías hayan sido violadas en sus respectivas prácticas, afirma que esa creación de riqueza no es válida si no tiene en cuenta su costo humano para los más vulnerables.

La alusión al tercer reich

El primado anglicano afirma que en la actual recesión, Gran Bretaña debería aprender la lección del Tercer Reich y recuerda el desprecio por las vidas humanas que no eran como ellos que mostró el régimen nazi. Según Williams, en 1931 había en
Alemania un "sistema de principios que funcionaban de modo consistente de aceptarse que muchas personas que uno cree que debían importar como seres humanos en realidad no contaban nada", régimen que el primado de
Inglaterra califica, lógicamente, como "una pesadilla".

Parafraseando al famoso teólogo Karl Barth, Rowan explica que hay momentos en que es preciso renunciar a la defensa "por principio" de ciertos supuestos económicos. Así, según el primado anglicano, no se puede silenciar la pregunta de cuál es el coste humano de un principio absoluto como la creación de riqueza. Para ello, el arzobispo baja su
artículo de opinión a las calles británicas, donde la crisis ha empezado a azotar sobre todo a las economías más precarias. "¿Cuáles son las preocupaciones y las crisis del jubilado que ha visto esfumarse sus ahorros, del empleado de (la cadena de almacenes) Woolworths (que ha cerrado), del joven ejecutivo (que ha perdido el empleo), y no hablemos ya del indefenso productor en un país del Tercer Mundo donde los precios de sus productos se determinan a kilómetros de distancia?", se pregunta Williams en un tono eminentemente crítico sobre la sociedad de la riqueza en la que vive -o ha estado viviendo- el denominado primer mundo.

Principios morales

Pero aún hay más. En una aparente alusión al primer ministro, Gordon Brown, que dice guiarse por "principios morales", el
arzobispo escribe que "si no existe la preocupación por los costos específicos (de los programas económicos), es que se han perdido los principios morales esenciales".

Llegado a ese punto, Williams no tiene reparos en reconocer que "algunos de los principios defendidos ahora en materia de economía" no son tan destructivos como las ideologías totalitarias del siglo XX -en referencia al fascismo y al comunismo-, pero agrega que la defensa incondicional de un sistema económico se olvida muchas veces de las personas concretas y sus problemas.

No es la primera vez que Rowan Williams arremete contra el gobierno. Su artículo llega apenas unos días después de los desacuerdos surgidos la pasada semana entre él y el Ejecutivo laborista, cuyas recetas para resolver la crisis a base de estimular el gasto equiparó al problema de un "adicto que vuelve a las drogas". Ya días antes, justo después de las quiebras bancarias del pasado setiembre en distintas partes del mundo, el arzobispo de Canterbury instó ya a los gobiernos a regular
el sector financiero y afirmó que "Karl Marx había analizado correctamente en su tiempo los peligros del capitalismo".

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