Rubén Belandia, Txaro Mendiola, Mikel De La Fuente, Javier Arostegi, Pío Pérez, Karmele Fernández Agirre
DURANTE muchos años, las componendas entre los distintos núcleos de poder han sido la base sobre la que se ha sustentado el gobierno y la gestión universitaria. El acceso al Rectorado se conseguía sumando apoyos claustrales variopintos y hasta contradictorios, cuyo único objetivo común era garantizar que todos tuvieran su porción en el reparto del pastel, lo cual dificultaba de forma notable el establecimiento de proyectos de ámbito universitario que miraran hacia el futuro.
Rubén Belandia, Txaro Mendiola, Mikel De La Fuente, Javier Arostegi, Pío Pérez, Karmele Fernández Agirre
DURANTE muchos años, las componendas entre los distintos núcleos de poder han sido la base sobre la que se ha sustentado el gobierno y la gestión universitaria. El acceso al Rectorado se conseguía sumando apoyos claustrales variopintos y hasta contradictorios, cuyo único objetivo común era garantizar que todos tuvieran su porción en el reparto del pastel, lo cual dificultaba de forma notable el establecimiento de proyectos de ámbito universitario que miraran hacia el futuro.
Cuando el sistema de elección pasó del claustro al sufragio universal ponderado, varios de esos grupos de poder intentaron llevarse la tarta entera, neutralizándose entre sí y dejando el camino libre a las opciones que se sustentaban en una visión global de la Universidad. El mandato de Juan Ignacio Pérez se ha caracterizado por el impulso a proyectos de gran calado en distintos ámbitos, por abordar cuestiones que en algunos casos llevaban hasta décadas paralizadas, por establecer criterios generales frente al permanente mercadeo de apoyos y la compraventa de favores.
La situación de partida a la que tuvo que hacer frente el equipo de Pérez y las trabas puestas por el Gobierno vasco, la agencia Uniqual o el Consejo Social de la UPV/EHU han sido lastres importantes para que los proyectos en marcha se hayan podido culminar. Además, algunos errores propios y una política de comunicación muy deficiente, permitieron crear un caldo de cultivo en el que los partidarios de la vuelta al sistema anterior se movieron como pez en el agua. Incapaces de presentar una alternativa propia, optaron por ejercer de catalizador de descontentos hasta conseguir derrotar a Pérez. Sobre esa base, los catedráticos del no presentan en las elecciones del 4 de diciembre una versión edulcorada de su manifiesto catastrofista a través de la candidatura de Marisol Esteban, que esta vez sí se confrontará con la candidatura de Iñaki Goirizelaia, que intenta recoger lo mejor del proyecto de Pérez, mejorándolo y rectificando sobre todo en lo que tiene que ver con el compromiso de mayor cercanía y escucha activa hacia la comunidad universitaria.
La campaña electoral da margen para juegos florales y promesas de todo tipo, pero cada candidato presenta una experiencia de gobierno anterior que es posible comparar:
El equipo al que pertenecía Esteban estableció un sistema de complementos retributivos para el profesorado, del que quedaba excluida más de la mitad de la plantilla, que costaba 8,5 millones de euros al año y que al no ser asumida su financiación por el Gobierno vasco generó un agujero económico de 15 millones de euros, a cuyo pago se destinará 1 millón de euros anuales procedentes de recursos propios generados por la UPV/EHU durante los próximos 15 años. El equipo al que pertenecía Goirizelaia ha conseguido un sistema de complementos para el profesorado del que se beneficia el 80% de la plantilla, que cuesta más de 19 millones de euros al año y que no genera déficit al estar garantizada la financiación por parte del Gobierno vasco. La proporción de reclamaciones presentadas ante ambos procesos es similar.
El equipo al que pertenecía Esteban dijo que iba a hacer una Oferta Pública de Empleo para el PAS, una valoración de puestos de trabajo y una planificación de la plantilla. Luego no lo hizo. El de Goirizelaia ha culminado con éxito la OPE del personal funcionario, ha elaborado una plantilla de referencia que propone la creación de casi 500 nuevas plazas (179 ya acordadas con el Gobierno vasco) y llevó a cabo una valoración con la que somos críticos, pero en el que una parte importante de la plantilla mejoró sus niveles retributivos. Y además ha desarrollado un importante proceso de promoción interna.
A la luz de esta experiencia y de sus planteamientos programáticos, podemos valorar la capacidad de cada una de las candidaturas para hacer frente a los desafíos que tiene planteados la UPV/EHU en los próximos años.
La elaboración de los nuevos planes de estudio debe tener en cuenta el potencial de la propia Universidad y las demandas sociales. Las propuestas de la candidata Esteban propician que los departamentos de mayor peso acaben imponiendo sus intereses y suponen un riesgo de subordinación a los intereses de los lobbys de poder de la Universidad.
El desarrollo de las nuevas figuras de profesorado laboral de reciente creación no puede encomendarse a quienes siempre han sido contrarios a su existencia, siendo incluso beligerantes en los tribunales como en el caso del recuso a la disposición transitoria segunda de la Ley del Sistema Universitario Vasco.
Una Universidad que, a pesar de los avances conseguidos dispone de sólo un 35% del profesorado bilingüe y que no llega a cubrir toda la demanda de enseñanza y servicio en euskera, no puede ser gestionada por alguien que considera que la plantilla bilingüe actual es suficiente y que existe una sobredosis lingüística. Las moratorias propuestas por Esteban en los perfiles del PAS ya fueron anuladas de los estatutos cuya elaboración dirigió.
La experiencia anterior y algunas de las propuestas de la candidata Esteban suponen un riesgo evidente de paralización de los procesos de estabilización y ampliación de la plantilla del PAS iniciados.
El proceso de Bolonia puede tener unos efectos positivos en cuanto a movilidad, homologación de títulos y mejora del sistema de enseñanza-aprendizaje, pero tiene unos riesgos de que se atienda demasiado a las exigencias empresariales frente a las necesidades sociales. Esas tendencias están en el seno de la propia Universidad y es en este ámbito donde hay que combatirlas pero para ello se requiere la implicación de todos los estamentos de la universidad: profesorado, PAS y alumnado. La participación del alumnado en las elecciones del 4 de diciembre es un paso esencial para poder ponerles freno.
La repetida actitud autoritaria y proclive a soluciones no dialogadas de parte de los apoyos destacados de Marisol Esteban, hacen escasamente creíbles las proclamas de la candidata a favor de una mayor participación del alumnado como vía de solución a la conflictividad. Conviene recordar que en el pasado tomaron posición a favor de limitar la representación estudiantil en los órganos de gobierno de la UPV/EHU.
También tenemos, como es lógico, diferencias con algunas de las propuestas de Goirizelaia, pero en el tratamiento de las mismas apreciamos su compromiso de apertura, de participación y de diálogo entre diferentes. Apostamos pues por profundizar en los aspectos positivos desarrollados en los últimos años y por buscar la rectificación en todo lo que es manifiestamente mejorable.
En consecuencia, desde nuestra independencia de criterio, consideramos que en estas elecciones no es posible ser neutrales, y que el voto a la candidatura encabezada por Iñaki Goirizelaia es la mejor opción para evitar una involución en la UPV/EHU.
* PAS y profesorado de la UPV/EHU
miércoles, 3 de diciembre de 2008
Riesgo de involución en la UPV/EHU
Publicado por Marce en 0:39
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